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Cocina chifa y urbanización rápida: dos caras de China y A. Latina
Jue, 29/01/2015 - 15:07

Nora Libertun

¿Cuál es el origen de la riqueza de una ciudad?
Nora Libertun

Nora Libertun de Duren es especialista líder en Vivienda y Desarrollo Urbano en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Anteriormente, se desempeñó como Directora de Planificación de la Ciudad de New York, Department of Parks and Recreation, Profesora Adjunta Asistente en University of Columbia, y editora del MIT Journal of Planning. Su trabajo examina las implicancias espaciales y sociales de los nuevos modos de urbanización, y ha sido publicada en prestigiosos jornales científicos. Ha recibido numerosas distinciones, incluyendo la beca presidencial del MIT, de Harvard-Fortabat, Fulbright, y la Medalla de Oro de la Universidad de Buenos Aires. Cuenta con un doctorado en urbanismo y planificación regional del Massachusetts Institute of Technology, una maestría en diseño urbano de Harvard University, y otra en arquitectura de la Universidad de Buenos Aires.

En Washington, DC acaba de abrirse un nuevo restaurante, China Chilcano, que promete tallarines con salsa de sésamo, y dimsum con ají amarillo para los afortunados comensales. El menú está basado en la cocina chifa, desarrollada por los inmigrantes chinos que llegaron a Perú en el siglo XIX. Pero las huellas de la presencia China en Latinoamérica van más allá de la gastronomía. Hay barrios chinos en muchas de las grandes ciudades de nuestro continente, y la influencia de notables personalidades de ascendencia china se ha hecho notar en la academia, las artes, los negocios y el servicio público.

China y América Latina comparten ahora, aparte de esa rica tradición cultural un reto similar: la rápida urbanización. Es un fenómeno que en nuestra región se produjo en los años 70s y 80s y en el gran gigante asiático está apenas comenzando, de la mano de su vertiginoso crecimiento económico.

La fuerte presencia económica y comercial de China en todo el mundo es también cada vez más sensible en América Latina.

Nuestra región tiene mucho que aprender de China, de su capacidad de planificación y de la cooperación público-privada. A su vez, Latinoamérica ofrece soluciones innovadoras en planes de protección social, transporte urbano, y mejoramiento de barrios. En base a esta idea, el BID, junto con la Academia de Ciencias Sociales Chinas y el Ministerio de Vivienda del Perú, organizó en Lima un intercambio entre líderes de política de vivienda. Las semejanzas en la velocidad de urbanización de China y Latinoamérica, las mejoras logradas en la calidad de vida de la población, y las enormes demandas de servicios y vivienda urbanos, emparentas a nuestras ciudades con las chinas.

Semejanzas y oportunidades. Pero no se trata solo de hablar de semejanzas. El desarrollo urbano de China es una oportunidad. Su flamante Plan Nacional de Urbanización 2014-2020, implica una inversión estimada en 7 millones de millones de dólares para vivienda, líneas ferroviarias y autopistas. Esto es una oportunidad enorme para reforzar el comercio entre China y Latino América. Primero, porque la masiva inversión en infraestructura y vivienda se traduce en una demanda constante por las materias primas que exportan nuestros países. Y segundo, porque el aumento del poder adquisitivo de las familias chinas abre la posibilidad de diversificar nuestras exportaciones a productos de mayor valor agregado.

Para catalizar estas oportunidades es fundamental el diálogo basado en conocimiento, dándole la razón a nuestro encuentro en Lima. Lo que aprendimos, y los temas sobre los que aún podemos aprender más, estas resumido en esta publicación. Porque tanto en China como en América Latina sabemos que el conocimiento es la más duradera de todas las riquezas.

*Esta columna fue publicada originalmente en el blog URBE & ORBE del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

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