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Los drones 'buenos' quieren pantalla
Mié, 02/04/2014 - 15:31

Pablo Albarracín

Big Data: ¿la nueva llave para el desarrollo?
Pablo Albarracín

Pablo Albarracín es periodista de la Universidad de Playa Ancha, Valparaíso (Chile) y actualmente sub editor de AETecno.com, el sitio web de tecnología de Americaeconomía. Trabajó previamente como periodista en Corfo, la agencia chilena estatal de desarrollo; Conicyt, agencia estatal de ciencia y tecnología y en centros de investigación científica universitarios. Ganó el Premio Accenture al Periodismo de Innovación y Tecnología 2013 y es reportero habitual en congresos de tecnología en ciudades como Shanghai, Las Vegas, Sao Paulo, Santiago, Cancún, Río de Janeiro, entre otras.

El 17 de junio de 2013 pudimos ver desde el aire, cual edición de los X Games, cómo los 250 mil manifestantes que se tomaron las calles de Sao Paulo ponían nerviosas a las autoridades al gritarle al mundo que no estaban de acuerdo con los millonarios gastos realizados para la infraestructura del Mundial de Fútbol, mientras las condiciones del transporte, del espacio público, seguía en desgracia. Las imágenes aéreas, bellas en su concepción, fueron realizadas por TV Folha, la televisión del diario Folha de Sao Paulo, que utilizó un dron. Un dron ‘bueno’.

La innovación de TV Folha ha sido sólo el comienzo, porque cada vez estamos más familiarizados con los drones, sin embargo, qué duda cabe de que algo raro pasó entre medio. Hace aproximadamente un año la palabra dron o drone sólo nos hacía pensar en ataques a civiles en Afganistán o Pakistán, muertes injustificadas, “daño colateral" excesivo, muerte y devastación. Y seamos sinceros en el común denominador: EE.UU. Sin embargo, poco a poco los monstruosos abejorros de metal empezaron a dejar la milicia para infiltrarse al mundo civil, sorprendiéndonos con sus usos desconocidos, útiles y en son de paz: una herramienta para la comunicación.

“Maravillosa herramienta, yo quiero uno para mi medio”, dicen los editores que ahora se dan cuenta que no es necesario gastar una millonada para poder filmar y fotografiar desde los cielos dando cobertura a eventos donde la presencia humana puede significar un riesgo o simplemente donde el camarógrafo no puede acceder. Accidentes en plantas industriales, incendios, inundaciones, eventos deportivos y artísticos, actos políticos, monitoreo de recursos hídricos y hasta migraciones de aves. El dron bueno no reclama por condiciones de trabajo extremas ni pide las horas extras a fin de mes.

No obstante, las redacciones y medios regionales no están adaptándose con rapidez al uso periodístico de los drones. Si bien se han registrado algunos casos como el mencionado en Sao Paulo o durante un incendio hace algunas semanas en Santiago de Chile -registrado por un dron arrendado por TVN-, su uso sistematizado y adaptado a las pautas periodísticas aún se ve lejano.

Lo curioso es que la prensa de farándula pareciera que está tomando la delantera en el uso de drones, por lo menos en Chile. El mayor y más comentado ejemplo de ello fue la utilización de un dron durante "la gala" del último Festival de la Canción de Viña del Mar por parte del canal Chilevisión. El dispositivo filmaba en el exterior del Casino de Viña del Mar a los invitados que caminaban con garbo por la alfombra roja. Las imágenes aéreas llamaron la atención del televidente que rara vez está habituado a ver desde tomas cenitales a los personajes y a una corta distancia. El dron bueno captaba los escotes a la perfección.

Más allá de la natural (lenta) adaptación a las nuevas tecnologías, a la falta de normas y criterios sobre seguridad del espacio aéreo, a posibles interferencias en las telecomunicaciones o a la violación de la privacidad personal, los noticieros y otros espacios informativos deberían acelerar la adopción de los drones buenos. La innovación narrativa de los nuevos medios digitales de hoy va de la mano con el uso de tecnología que hasta hace poco tiempo era materia sólo de científicos o ingenieros; ahora ya es asunto de periodistas y editores. El uso de un dron es un claro ejemplo de lo anterior. Porque las nuevas tendencias llegan más rápido de lo que pensamos y quienes saquen provecho de éstas, medios de comunicación en este caso, destacarán y generarán nueva audiencia, un público cada vez más familiarizada con el uso y generación de video, con YouTube, con la multimedialidad. La innovación no pasa sólo por tener la versión para smartphones o tener un canal de videos en YouTube o Vimeo, pasa por entregar contenido original y novedoso y de una forma atractiva, diferente. Por ello que los medios realmente innovadores están dando importancia y espacio al contenido multimedial, al periodismo de datos y al uso de drones.

Esto viene de la mano con una mayor complejización e interdisciplinariedad de las redacciones. Por ello, en EE.UU. algunas universidades están incorporando el uso de drones en las mallas curriculares de las carreras de periodismo. Como el Drone Journalism Lab de la Universidad de Nebraska o el Missouri Drone Journalism Program.

Así que más allá de los anuncios de Amazon y su dron repartidor o el DomiCopter de la cadena de pizzas Domino’s, la pregunta es la siguiente: ¿qué están esperando los editores de prensa y dueños de medios de comunicación para implementar una estrategia periodística que saque partido a los drones? ¿Están esperando que los drones buenos sean monopolizados por los programas de farándula, convirtiéndolos en el nuevo “notero” estrella o que los drones regresen al lado oscuro de la fuerza?

Las nuevas audiencias exigen nuevos productos y de farándula ya tenemos suficiente.