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Arresto de lider oficialista en el senado brasileño lleva nuevamente la investigación de Petrobras a las puertas de Rousseff
Jueves, Noviembre 26, 2015 - 13:10

"El arresto (de Delcídio do Amaral) fue percibido como una bomba nuclear aquí en el palacio presidencial", dijo un asesor de Rousseff, que pidió anonimato. "Por desgracia, la crisis política se está profundizando y complicando aún más nuestra agenda en el Congreso".

Brasilia. El programa de austeridad de la presidenta Dilma Rousseff para enmendar las tambaleantes finanzas de Brasil enfrenta nuevos problemas, después de que su hombre clave en el Senado fuera arrestado por un escándalo de corrupción cada vez mayor que podría reavivar los llamados que piden su destitución.

"El arresto fue percibido como una bomba nuclear aquí en el palacio presidencial", dijo un asesor de Rousseff, que pidió anonimato. "Por desgracia, la crisis política se está profundizando y complicando aún más nuestra agenda en el Congreso".

Delcídio do Amaral es la figura más prominente del Partido de los Trabajadores en el Congreso y ha sido un negociador clave con la oposición mientras Rousseff buscaba este año apuntalar las cuentas públicas de Brasil y recuperar la confianza de los inversores.

Sin embargo, los líderes de la oposición dicen que el arresto de Amaral muestra que los esquemas de soborno que implican contratos en la petrolera estatal Petrobras alcanzaron sus niveles más altos con la llegada al poder del Partido de los Trabajadores en 2003.

"Esto expone la relación de corrupción entre el Gobierno, los políticos y las grandes empresas", dijo Rubens Bueno, un legislador opositor y feroz crítico del Gobierno en la Cámara baja.

Amaral fue detenido por orden del Supremo Tribunal Federal por supuestamente intentar sobornar al ex director del área internacional de Petrobras Nestor Cervero, quien alcanzó un acuerdo de culpabilidad que podría implicar al senador y otras personas en una red de sobornos vinculada a la costosa compra de una refinería en Pasadena, Texas, en 2006.

Rousseff no es objeto de investigación en el escándalo de corrupción, pero era la presidenta de Petrobras cuando se realizó la compra de la refinería y cuando muchos de los presuntos esquemas de sobornos se habrían estado incubando.

El escándalo de Petrobras, combinado con una profunda recesión económica, provocó a principios de este año llamados de la oposición para llevar a Rousseff a un juicio político, en momentos en que las encuestas muestran que la mayoría de los brasileños quiere que la mandataria sea despojada de su cargo.

Rousseff parecía haberse distanciado de las investigaciones en los últimos meses y comenzó a sumar victorias en el Congreso mediante votaciones en contra de nuevos proyectos de ley de gastos y medidas de austeridad.

Amaral, que tiene cercanos vínculos con el mundo empresarial y es un estrecho aliado del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, jugó un papel clave en esos triunfos, pero su arresto colocó a Rousseff y a su equipo nuevamente en el centro del escándalo.

"El Gobierno perdió a su peso más pesado en el Senado. Será difícil para Rousseff llegar a un acuerdo con la oposición sobre la agenda de austeridad", dijo Gabriel Petrus, analista de la consultora Barral M Jorge Associates en Brasilia.

Autores

Reuters