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Petrobras fue el tema central en el debate de los candidatos brasileños
Miércoles, Septiembre 17, 2014 - 16:26

Temas polémicos como la despenalización del uso de la marihuana, el aborto y el matrimonio homosexual, traídos al debate en las preguntas de los obispos y la prensa de orientación católica, fueron eludidos por los principales candidatos.


A diferencia de los dos anteriores debates televisivos, el organizado por la católica TV Aparecida en el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Aparecida careció del enfrentamiento directo entre los candidatos, sometidos esta vez por las reglas del foro de discusión a sorteos para hacer preguntas y dar respuestas.

A pesar de ese formato, que evitó un cara a cara directo, la presidenta Dilma Rousseff, que busca su reelección por el gobernante Partido de los Trabajadores (PT), y el opositor socialdemócrata Aécio Neves, candidatos de las formaciones con más rivalidad en la disputa electoral, cruzaron acusaciones de uno y otro lado.

A lo largo de mi vida tuve una tolerancia cero con la corrupción y quien descubrió todos los crímenes de corrupción fue un órgano del gobierno, que es la Policía Federal. No es fácil descubrir un esquema de ese tamaño y nunca resolvimos 'cajonear' eso", sentenció Rousseff.

El episodio está referido a revelaciones del ex director de Abastecimiento de la petrolera estatal Paulo Roberto Costa, quien está implicado en corruptelas y aceptó colaborar con la Justicia para reducir su pena y acusó a políticos que supuestamente se beneficiaron de irregularidades en la mayor empresa del país.

La ambientalista Marina Silva, favorita para disputar una segunda vuelta electoral ante Dilma, en la que aparecen técnicamente empatadas según las últimas encuestas, cuestionó a Rousseff y Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), por no presentar un programa de gobierno, según consigna la agencia Efe.

Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB), consideró que la "reforma agraria" es "fundamental para promover la igualdad social", insistió en la necesidad de mejorar el "saneamiento básico" y defendió la inversión de un equivalente al 10% de la recaudación bruta para la salud y 10% del PIB para la educación.

Sin embargo, evitó profundizar sobre su defensa de una "independencia" del Banco Central, como consta en su propuesta de gobierno, tema que fue abordado por varios de los otros candidatos, incluso por la propia Rousseff.

"Algunos candidatos defienden la independencia del Banco Central, con presidente y directores teniendo un mandato fijo. Creo que el Banco Central tiene que tener una autonomía operacional, pero la independencia como nuevo poder es un equívoco" y hasta "inconstitucional", resaltó Rousseff, sin mencionar a Silva.

La jefa de Estado citó reiteradamente números favorables de su gestión, como el hecho de "salir del mapa del hambre", confirmado ayer por un informe de la ONU, y los 50 millones de personas que tuvieron más acceso a la salud con el programa "Más Médicos", que llevó profesionales, muchos de ellos extranjeros, a regiones remotas.

La mandataria se defendió de los ataques del candidato del Partido Verde (PV), Eduardo Jorge, al ser criticada por mantener una matriz energética con hidroeléctricas y fuentes fósiles, como el carbón y la nuclear, y aunque reconoció la necesidad de más inversiones en la eólica y solar, manifestó que su producción "es cara".

Temas polémicos como la despenalización del uso de la marihuana, el aborto y el matrimonio homosexual, traídos al debate en las preguntas de los obispos y la prensa de orientación católica, fueron eludidos por los principales candidatos y abordados más por los aspirantes menores.

En lo que todos coincidieron fue en la reforma política propuesta por el Episcopado y cuyo documento fue entregado en el debate a los ocho candidatos -con representación en el Congreso- de los once que disputarán la Presidencia el 5 de octubre con una segura segunda vuelta el 26 de ese mes.

La sal en el debate la puso la izquierdista Luciana Genro, aspirante por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), mientras que los conservadores Levy Fidélix, del Partido Renovador Laborista Brasileño (PRTB), y José María Eymael, del Partido Social Demócrata Cristiano (PSDC), defendieron las posiciones de la Iglesia.

Una encuesta del Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (IBOPE) conocida anoche indicó que Dilma obtendría 36% de los votos en primera vuelta, frente a 30% de Marina, lo que representa un leve retroceso de ambas respecto de la medición anterior, del 12 de este mes, en la que la presidenta alcanza 39% y la ambientalista, 31%.

En el balotaje, la candidata opositora alcanzaría 43% frente a 40% de Rousseff, situación que las encuestadoras considera como de empate técnico debido a los márgenes de error que tienen los sondeos.

Autores

Télam