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Conozca al chef alemán con acento y toque guayaquileño
Viernes, Noviembre 27, 2015 - 14:56

Sven Hanne es el chef ejecutivo de Unihotel y tiene a cargo a 36 personas, además de participar en otros restaurantes en Guayaquil. Lo invitamos a conocer su experiencia en Ecuador.

Además de su 1,95 M de estatura, otra cosa que llama rápidamente la atención de Sven Hanne es su forma de hablar, pues pronuncia bien el castellano y tiene el típico acento guayaquileño.

Son once años ya desde que dejó su Hannover natal, en Alemania, y se vino a Guayaquil con Elke, su esposa guayaquileña, nieta de alemán, a quien conoció allá. “Ella estaba estudiando, ya nos habíamos casado el civil allá, y siempre le dije que yo no tendría problema en venir a vivir acá, pero teniendo un trabajo, así que en junio de 2004 llegué prácticamente con un contrato de trabajo con el hotel Oro Verde, yo ya era chef”, cuenta Sven, de 35 años, desde una mesa del Unicafé, donde es el chef jefe ejecutivo del grupo hace dos años.

En el Oro Verde estuvo nueve años y siete meses, donde cumplió varias funciones hasta llegar a subchef ejecutivo. “De ahí tuve la oportunidad de venir acá para reforzar la cocina, ya que el Unihotel y el Oro Verde son de la misma cadena. Aquí realmente manejo todo lo que son los restaurantes, la cafetería que está en el segundo piso y en las mañanas se da el servicio de desayuno, en las tardes bar y servicio de sushi. También los locales del Unideli La Carreta, donde se venden productos elaborados por nosotros, así como los salones de eventos a cargo del grupo, incluido el Centro de Convenciones y el servicio a domicilio”, detalla.

De sonrisa fácil, cuenta que su trabajo consiste en planificar el menú y los bufés diarios, ver si la producción está funcionando, coordinar pedidos, administrar al personal, estar pendiente de los eventos, y dice que no hay horario, que en un día normal se entra a las 07:00 y se sale a las 19:00, pero si hay un evento se puede salir a la madrugada. Tiene a su cargo a 36 personas, pocas según él, que añade que antes eran más de 100, luego bajaron a 70, “un poco debido a la tecnología, ya que así nos evitamos ciertos pasos, las cosas se hacen mucho más fáciles”.

En la pequeña oficina que comparte con el subchef en la amplia cocina del Unihotel, en el cuarto piso, cuelgan ordenadamente los diferentes menús y bufés diarios, así como todos los menús que se anuncian ya para la Navidad y fin de año, todo esto en un ambiente donde corre la adrenalina entre gente que va y viene, grandes ollas hirviendo y bandejas ya listas con lasagnas y dulces. Ahí también se ríe, conversa con su personal. “Yo ya lo conozco desde hace 15 años, cuando éramos compañeros en el Oro Verde”, dice Erwin Alcívar, mesero del Unicafé.

Tiene ya 20 años en el mundo de la gastronomía. “Realmente nadie de mi familia se dedicó a esto, pero tenía un amigo que era cocinero y me contaba de su trabajo y me gustó muchísimo, así que a los 14 años de edad hice mis primeras pasantías de cocina”, cuenta Sven, que hizo todos sus estudios en gastronomía, “trabajando cuatro días y yendo a clases un día”, debido al sistema de estudios dual que hay en Alemania, que mezcla las pasantías con la teoría y asistencia a clases.

“Uno básicamente es un cocinero en esto, esa es la base de un chef, que también se especializa para administrar”, dice tajante Sven, a quien le encanta cocinar comida típica guayaquileña, de ahí los festivales gastronómicos que hace el Unihotel en julio y octubre, cuando se celebran las fiestas de la ciudad.

“Me gusta también mucho la comida con maní”, asegura el chef alemán, que con buen humor cuenta que trata de hacer agradable el trabajo con su personal. “Por ejemplo, si vamos a hacer aguado de gallina, les digo: bueno y qué más, y por ahí uno comienza a contar que su abuelita le ponía tal cosa, lo hacía de tal forma, y experimentamos, aprendo mucho de ellos, de eso se trata”, cuenta Sven, quien dice ser bastante estricto con los detalles.

Vive con su familia en Santa Cecilia, y cuenta orgulloso que su hijo Nils, de 8 años, se para a su lado cuando cocina en casa. “Coge su cuchillo, quiere cortar cosas conmigo, igual que mi hija Lasse, de 6, quien juega con sus juguetes de cocinitas” .

A pesar de su ajetreado trabajo, Sven juega fútbol dos veces por semana con profesores y padres de familia del Alemán Humboldt. En el equipo, él es arquero. “Aquí también cuando hacemos campeonatos en el hotel, siempre soy el arquero”, cuenta riendo.

Autores

El Universo.com