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10 ejercicios de meditación para practicar en el trabajo
Miércoles, Abril 27, 2016 - 10:26

Sólo un lugar cómodo y concentración se necesitan para practicar entre reuniones o tareas laborales.

La meditación es un excelente herramienta para practicar en el trabajo, entre reuniones o tareas que lo puedan tener tenso en un determinado momento. Así lo revela, Sharon Salzberg, autora del libro “Real Happiness at Work”, quien en más de 250 páginas revela el poder de este tipo de ejercicios ancestrales.

Salzberg, revela además un excelente ejercicios, que te dejamos a continuación.

1. Busca un lugar confortable para sentarte y trata de concentrarte en tus pensamientos por cinco minutos. Deja que tu mente parezca una pantalla en blanco y observa cuidadosamente los pensamientos que surgen. Ellos pueden llegar como imágenes o palabras en tu mente, o las dos juntas. Algunos pensamientos se pueden manifestar a través del cuerpo, como mariposas en el estómago o tensiones en el hombro.

2. Por cinco minutos experimenta contando tus pensamientos. Después de notarlo, y contarlos, simplemente espera, y concéntrate en tornar tu mente en una pantalla blanca, para que los próximos puedan surgir. Ten en cuenta que algunos pueden ser muy sutiles. No los contamos para hacer un juicio de nosotros, sino para observarlos con atención plena y para no perdernos en cada historia.

3. Tenga cuidado con cada respiro que da. A medida que surjan los pensamientos, trate de respirar lentamente.

4. ¿Qué tipo de pensamientos predominan en tu mente - palabras, imágenes, sentido cinestésico, o una combinación?

5.  ¿Si las imágenes surgen, puedes ver aquellas que brillan, desvanecen, rompen, mueven más cerca o se quedan donde mismo?

6. ¿Puedes notar qué tipos de pensamientos surgen (planificación, recuerdos, amor, juzgar)?

7. Observa los efectos de los variados tipos de pensamientos, como si pensaras que no podrás ser mejor. ¿Qué pasa con tu estado anímico y a tu cuerpo como consecuencia de este pensamiento? Recuerda la metáfora de dar la bienvenida a las emociones como un visitante en tu puerta.

8. Enfócate en uno de esos pensamientos insistentes y descubre si te produce compasión o humor.

9. Si un pensamiento en particular se repite, date cuenta que cualquier estado emocional podría estar alimentándolo.

10. Uno vez que distinguimos entre nuestra experiencia real y los pensamientos, podemos renunciar a esos complementos útiles y regresar a nuestra experiencia directa.

Imágenes | Flickr

 

Autores

AméricaEconomía.com