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27/F en Chile: el día en que las comunicaciones fallaron
Jueves, Marzo 3, 2011 - 14:20

La madrugada del 27 de febrero de 2010 un terremoto de gran envergadura afectó a Chile, y luego de un año es lógico revisar qué mejoras se han implementado y quiénes han sido los gestores principales. El gobierno, las empresas de telecomunicaciones y las inmobiliarias se encuentran entre los actores más criticados, donde se concentraron las fallas.

Santiago. A poco más de un año del terremoto 8,8 grados Richter y el tsunami que azotaron el centro sur de Chile, los habitantes de la nación sudamericana siguen preguntándose por qué no funcionaron los sistemas de prevención y alerta temprana que se supone, el paí­s tení­a grabados en su ADN dadas sus conocidas caracterí­sticas sí­smicas.

En efecto, pues Chile es una nación que ha conocido de varios movimientos telúricos y maremotos en su historia reciente, incluso, más devastadores (Valdivia, 1960, 9,5 grados Richter) que el que despertó la madrugada del 27 de febrero (27/F) del año pasado a una población que terminaba sus vacaciones de verano. Por lo mismo, los chilenos acostumbran a comentar que poseen una cultura sí­smica y que sus sistemas de alerta y emergencia están entre los mejores del mundo.

Sin embargo, el 27/F algo ocurrió y el paí­s entero se vio sobrepasado por las circunstancias. De hecho, actualmente se desarrollan investigaciones judiciales para determinar responsabilidades de autoridades y privados por los daños a la infraestructura que llegan a los US$30.000 millones en pérdidas y también, por las más de 500 muertes y los 800 mil damnificados que aún sufren los embates del fenómeno natural.

Los sistemas de alerta, las comunicaciones y otros elementos decisivos para soportar la embestida de la naturaleza, no funcionaron es fatídico 27 de febrero. La tecnología, eje central de estos soportes, colapsó o simplemente se transformó en una víctima más del daño que dejó el sismo. De hecho, una encuesta del Centro de Estudios Públicos de Chile (CEP), revela que las empresas de telefonía estuvieron entre las instituciones o empresas peor evaluadas tras la catástrofe, con una valoración que apenas llega al 20%. Las operadoras se defendieron diciendo que la urgencia de la crisis, colapsó las líneas y el impacto del movimiento telúrico dañó algunas antenas. No obstante, en el otro extremo el sistema radial chileno, tanto comercial como aficionado, tuvo una valoración de la ciudadanía, según la misma encuesta, de un 80% por el rol informativo que cumplió en la catástrofe, entregando un servicio casi contínuo.  

La radio recuperó el valor que tuvo antaño. En algunos casos, las frecuencia se transformaron en un gran canal de apoyo para mantener informadas a las comunidades que se encontraban desconectadas de la red de telefónía e internet, sin electricidad ni televisión. Al respecto, Ignacio Rodríguez, conocido bloguero chileno, dice que "el país se ha farreado oportunidades en ese sentido. Ver el espectro radial AM abandonado y lleno de propaganda religiosa me invoca emociones similares a ver estaciones y vías de tren abandonadas. Una buena red radial estatal podría haber servido de alerta temprana en zonas costeras e Isla Juán Fernández, salvado muchas vidas".

Y es que aún se buscan explicaciones por la carencia de información de la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) para alertar acerca del tsunami, que se desató pocos minutos después del terremoto, así como por la imposibilidad de obtener información de fuentes como los medios de comunicación, tanto dentro como fuera de Chile. José Miguel Piquer, profesor del departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Chile, y el equipo de Nic Chile, explican que esa falta de operatividad del principal organismo de alerta y emergencia de Chile, se debió a un conjunto de fallas que involucran la caída de la conexión a internet a nivel nacional.

El problema incluye a Global Crossing, empresa instalada en las Bermudas que presta servicios de almacenamiento de información (data warehousing), y que alojaba datos de varias instituciones del gobierno chileno, así como algunas de las empresas más importantes, que incluyen a la Universidad Andrés Bello, el Banco de Chile, y los servicios online del ministerio de Obras Públicas de Chile (MOP). Asimismo, el corte de luz prolongado provocó que datacenters y proveedores de internet no dieran abasto, debido a que la mayoría de sus sistemas auxiliares de generación de energía se agotaron.

Nic Chile indica que a las 3:37 AM del 27/F se cayó el sistema de Global Crossing, el que a las 3:40 AM se re-rutea a través de Telefónica. Entre las 4:00 y 9:00 AM se produjo una caída masiva, en la que dejaron de funcionar las operadoras de telefonía, internet y televisión por cable Entel, GTD y Telmex. Tras ese corte masivo, el servicio que prestaron volvió de forma intermitente. José Miguel Piquer, en su blog de Terra, explica que esta situación pudo afectar el desempeño de la Onemi. "La primera recuperación (de la conectividad) sucedió cerca del mediodía, que calza justo cuando la luz volvió al centro de Santiago. La mayoría de las historias que he escuchado son coherentes con estas fallas: incluso la Onemi explica que no recibió la alerta de tsunami desde Estados Unidos porque su acceso a internet murió como a los 15 minutos luego del terremoto", dice Piquer. Cabe destacar en todo caso, que el ex jefe del Estado Mayor Conjunto de Chile, Cristian Le Dantec, ha dicho que tanto la Onemi como el gobierno sí contaban con la alerta de tsunami de Estados Unidos, información que actualmente es materia de una investigación judicial.

Más allá de esa discusión, el apagón como respuesta a la falla en la disponibilidad de la conexión coincide con las opiniones de las empresas de telecomunicaciones. Manuel Araya, gerente de Regulación y Proyectos Entel, dice que la empresa contaba con sistemas de respaldo de batería y/o de combustible para asegurar hasta 8 horas de funcionamiento a sus clientes, "sin embargo, los problemas de comunicación en las zonas afectadas por la magnitud de la catástrofe se originaron por dos motivos: por la excesiva congestión que se produce en las redes cuando un gran número de abonados intenta simultáneamente acceder al servicio; y porque se fueron agotando las baterías eléctricas de respaldo con que funcionan las antenas una vez que se interrumpe el suministro eléctrico, debido a falta de abastecimiento de combustible".

Según Araya, Entel creó una comisión dedicada especialmente a abordar los problemas del servicio de internet, dado que además de proveer conexiones a los usuarios finales, era necesario asegurar que ante una catástrofe similar, 450 sitios web importantes de Chile pudieran matener su operatividad.

En la misma línea, Andrés Wallis, director de Asuntos Corporativos de Movistar, también sindica a los usuarios del sistema de telefonía como los causantes de las fallas. El ejecutivo asegura que el problema del colapso de la red telefónica fue debido a la desesperación colectiva ante de incertidumbre por falta de información. Realizar inversiones en redes que soporten los llamados de sus mismos usuarios ante una emergencia como esta, sería "inviable" para la empresa, dice Wallis.

Una vez que se reestableció la telefonía fija y móvil, así como la conexión a internet, tanto las operadoras como el gobierno de Chile y la subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel), fomentaron el uso de SMS, correo electrónico y redes sociales en caso de réplicas, dado que estos sistemas no congestionan las redes al nivel de una llamada telefónica.

Un reporte de la Radio Cooperativa de Chile, dice que se realizaron más de 3 millones de llamadas telefónicas durante el 27/F, entre las 03:34 y las 8:00 AM. La información coincide con las cifras entregadas por las propias operadoras, en el marco de la investigación para determinar responsabilidades por los problemas de alerta del maremoto que lleva la fiscal Solange Huerta. Según dice el medio local, Entel reportó que se efectuaron 1.391.975 llamadas entre las 03:34 y las 8:00 AM horas desde la V a la VIII región. Asimismo, Claro registró 818.965 llamadas, y VTR apuntó 1.195.239 conexiones telefónicas.

La telefonía, y en particular la red móvil, tardó varios días en restablecerse completamente. Para el día 3 de marzo, la Subtel registraba niveles de recuperación de las comunicaciones más ámplios. Respecto a la red fija, la V región, la Región Metropolitana y la región de la Araucanía, ya encontraban sus líneas recuperadas en un 95%. Les siguieron la región del Libertador Bernardo O'Higgins, con un 85%; la región del Maule, con un 75%; y la región del Bío Bío, con un 45%. La red móvil en tanto, demoró más recuperarse completamente. Al 3 de marzo de 2010, el 93% funcionaba en la región de La Araucanía, seguida de la V región con un 84% y la Región Metropolitana con un 82%. Las regiones del Libertador Bernardo O'Higgins, El Maule y Bío Bío, tuvieron una recuperación del 63%, 51% y 27%, respectivamente.

Redes sociales al rescate. En medio de la desinformación, fomentada por la incomunicación de las personas y la tardanza en el reestablecimiento, surgió una nueva vía de comunicación desde los consumidores principales de internet: las redes sociales. En Facebook se crearon muchos grupos para canalizar las estrategias de ayuda a aquellos que se vieron más afectados con el sismo. Twitter hizo otro tanto. Según Simplycit, a febrero de 2010 había 100 mil usuarios chilenos en la popular red social de "microblogging". Luego del terremoto, esta cifra aumentó en 190% y según Jenna Dawn, directora mundial de comunicaciones de Twitter, este porcentaje se incrementó en 500% en los tres meses siguientes. Asimismo, se enviaron 2.392.839 "tweets" asociados con el hashtag #terremotochile.

"Las plataformas de socialización online como Facebook, Twitter y la mensajería instantánea, permitieron a muchas personas mantenerse contactadas", dice Ignacio Rodríguez. Agrega que fue satisfactorio observar que los usuarios chilenos más conectados se tranformaron voluntariamente en puentes de comunicación donde era difícil establecerla. "Ese rol que antes lo asumían predominantemente los radioaficionados pareció extenderse a un grupo más amplio, empoderado por esta tecnología que es más masiva y fácil de usar. En los días post-terremoto cualquiera con conexión a internet y un poco de tiempo podía ayudar en ese sentido", dice Rodríguez.

Onemi "satelital". Vicente Núñez, director de la Onemi, dice que luego del terremoto y de la negativa evluación del organismo de emergencias, se realizó una "gran inversión" en una nueva red troncal de telecomunicaciones de alta frecuencia, en convenio con el Ejército de Chile para la Red Torrente. "Se adquirieron más de 50 teléfonos satelitales, para ponerlos a disposición de las personas en las oficinas regionales de Onemi", dice Núñez, sin mencionar que la justicia investiga la presencia de una veintena de teléfonos satelitales en las bodegas de la Onemi a la hora del terremoto que no se ocuparon y no estaban inventariados.

Núñez en todo caso, no era el director del organismo a esa fecha, por lo que se ha concentrado en hablar del trabajo que se ha hecho desde que asumió su cargo. Por lo mismo, menciona que entre las mejoras promovidas por Onemi, destacan precisamente la una nueva red troncal con equipamento de vanguardia, la incorporación de tecnología e internet satelital, para enfrentar colapsos de comunicación tradicional (es decir, accesos de red fija y celular) en conexión con la red "Torrente" del Ejército de Chile; reforzamiento del sitio web, para enfrentar "caídas" por alta demanda de los visitantes; atención 24/7 en las oficinas de Onemi, así como la reubicación de 7 de las oficinas dado que algunas se encontraban en zonas afectadas por la catástrofe o muy cerca del borde costero.

No obstante, estas medidas no son suficientes para enfrentar una nueva emergencia, por lo que la Subtel lanzó una licitación para establecer un nuevo sistema tecnológico de alerta masiva, el que debiera incluir avisos a través de mensajes de texto a celulares, entre otros. Nueve empresas postularon para adjudicarse este proyecto: Cellcast Technologies, Inex Americana Ltda, Indra Sistemas, Gallyas Servicio Ltda, Coasin Chile S.A., Cia de Ingeniería de Sistemas, Sixbell, Global Systems y Corp ZTE. Algunas de ellas ya han implementado esta plataforma en países como Estados Unidos, Israel y Holanda.

Esta implementación contempla las prácticas habilitadas y basadas en cell broadcast service (CBS), para informar de forma adecuada y oportuna a la población, en los casos de emergencia. Según el ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Pedro Pablo Errázuriz, esta tecnología no se ve afectada por la congestión de las redes celulares, dado que usa canales de radiofrecuencia alternativos. La inversión total de este proyecto asciende a $2.000 millones (US$4,1 millones).

¿Una nube de soluciones?. Paralelamente, el mercado de los datacenters también ha sido cuestionado, por lo que surgen opciones aternativas como el cómputo de nube o cloud computing. El terremoto del 27/F provocó que muchas empresas perdieran valiosa información que no estaba replicada en ningún tipo de soporte digital, y de estarlo, sufrió daños severos.

Según proveedores de este rubro, como EMC y Soluciones Orión, el mercado repuntó con posterioridad al terremoto. "Nuestras soluciones seguras en la nube experimentaron gran aceptación en grandes y medianas empresas. Sólo en Chile concretamos más de 40 proyectos de este tipo en el 2010", asegura Andrés Cargill, gerente General de soluciones Orión.

A su vez, Guillermo Moya, director Regional de Ventas de EMC para Chile, Perú y Bolivia, dice que "el sector financiero, el retail y las teleco son los rubros donde ha aumentado el interés por soluciones de almacenamiento, dado a la sensibilidad de su información, que requiere ser recuperada con rapidez y seguridad".

 Más allá de la nube y los nuevos sistemas alternativos de comunicación, en Chile aún queda mucho por hacer, dicen las autoridades y empresarios. La ciudadanía en tanto, sigue esperando que se concrete una reconstrucción que avanza a paso lento. Mientras, las medidas adoptadas a nivel tecnológico se acercan a las recomendaciones del equipo de NIC Chile y José Miguel Piquer. Sin embargo, a un año de la catástrofe en el país sudamericano aún pesa la carencia de un sistema de última generación para alertar sismos, a pesar de sus sabidas condiciones geográficas. Las constantes réplicas del terremoto, recuerdan reiterádamente a los chilenos lo frágil que se vuelve un país cuando las comunicaciones y la tecnología fallan.

Autores

Tamara Toro