Pasar al contenido principal

ES / EN

Zapatos anticaídas: la innovación también llega para los adultos mayores
Viernes, Septiembre 19, 2014 - 11:27

Dotado de sensores de presión y de deslizamiento en su suela, los zapatos permiten recuperar automáticamente el equilibrio, imitando el paso natural hacia atrás y evitando que los mayores se caigan de forma accidental.

Medicamentos para la presión arterial, alteraciones en el flujo sanguíneo,  bajadas del azúcar sanguíneo, deterioro de la vista. Son algunos de los factores que aumentan el riesgo de mareos y caídas en las personas conforme envejecen, según el doctor  Jason Rice, médico de atención primaria del Sistema de Salud de la Universidad de Loyola (loyolamedicine.org) en Maywood, Illinois (EE.UU.)

Para reducir el riesgo de caerse, Rice recomienda levantarse lentamente e incorporarse completamente y aferrarse a una superficie estable antes de caminar, así como tomar los medicamentos habiendo comido de forma adecuada, comprobar los nivel de azúcar en la sangre, sobre todo si tienen síntomas inusuales y realizarse revisiones de la vista de manera regular.

"En todos los casos, tomarse el tiempo necesario, ser consciente del lugar donde uno se encuentra y evaluar la propia estabilidad antes de andar son cuestiones fundamentales", añade.

En la ciudad israelí de Haifa, los investigadores de B-Shoe Technologies, B-S T (www.b-shoe.com) han desarrollado un innovador calzado para evitar las caídas que, a menudo, se producen en el propio domicilio y aumentan el riesgo de discapacidad, así como el  deterioro de calidad de vida del afectado.



Una de cada tres personas mayores de 65 años se cae cada año, mientras que los mayores de 72 años sufren de media una caída cada dos años y los que superan los 80 años de edad, informan desde B-S T advirtiendo de que este problema en los mayores seguirá empeorando debido al aumento de la esperanza de vida de la población.

Ayuda "invisible"

“En general, los médicos recomiendan usar un bastón o andador tradicional de cuatro patas, pero la gran mayoría de las personas mayores se niegan a utilizar estas y otras ayudas de asistencia porque simbolizan debilidad y dependencia”, añaden desde B-S T.

Los ingenieros de esta compañía han ideado, con la participación de un cirujano ortopédico y un neurólogo, un dispositivo que, no solo evita las caídas de forma eficaz, sino además las resistencias de los usuarios a utilizar ayudas: el denominado B-Shoe (abreviatura de “Balancing Shoes” o Zapatos de Equilibrio), un calzado para caminar de forma convencional que da automáticamente un "paso atrás" con precisión y solo cuando es necesario.

Este zapato incorpora sensores de presión, un dispositivo de movimiento integrado en la suela, un microprocesador y algoritmos inteligentes (un programa informático que genera instrucciones en base a la información que recibe), así como una batería recargable, según sus diseñadores.

Para la empresa B-S T, cuando los sensores detectan un desequilibrio, el dispositivo de movimiento tira del zapato ligeramente y suavemente hacia atrás hasta que el usuario recupera el equilibrio. Los algoritmos aseguran una detección temprana de los desequilibrios en la marcha de la persona y que el zapato solo funcionará cuando haga falta corregir la estabilidad del cuerpo.

Según sus creadores, el B-Shoe está protegido por patente y su funcionamiento y el rendimiento han sido validados y verificados con éxito en pruebas de marcha efectuadas en laboratorio, durante las que se emularon las condiciones de desequilibrio y las situaciones en las que las personas de edad avanzada pueden caerse y en las que este calzado “funcionó como se esperaba”.

Pruebas en un laboratorio de marcha

Las pruebas se efectuaron con una plataforma en movimiento sobre la cual se paraban -debidamente sujetos con arneses de seguridad- los sucesivos participantes en los ensayos. Las condiciones de desequilibrio se generaban al moverse el suelo de la plataforma, mientras las personas estaban de pie.

Simultáneamente, un sistema de cámaras registraba en tres dimensiones y analizaba el comportamiento de los zapatos y las respuestas del cuerpo de la persona que los usaba, mientras que la plataforma estaba equipada con sensores de presión que daban información sobre la posición de los pies y las fuerzas de presión que estos inducen sobre el suelo.

Las pruebas compararon la forma en que las personas responden a un desequilibrio al utilizar zapatos normales y su respuesta a la inestabilidad corporal al usar los B-Shoes, según la compañía.


También señalan los diseñadores que, de momento, los zapatos funcionan como prototipos y se están probando tres pares en uno de los principales hospitales de Israel, mientras se gestiona la financiación necesaria para completar el proceso de regulación, miniaturizar todo el mecanismo y comenzar la producción en masa, que está prevista para 2016.

"Hemos completado el desarrollo de los prototipos, que se probaron con éxito en un laboratorio de la marcha. El siguiente paso, tras obtener la financiación necesaria, será rediseñar los B-Shoe para la producción masiva” explica a EFE, desde Israel, Aharon (Arale) Shapira, cofundador, de B-Shoe Technologies.

Consultado sobre cuándo podrían comercializarse los B-Shoes en Europa y América, Shapira señala que, si todo va bien, prevén que la mercadotecnia y las ventas se inicien en un plazo de 24 meses, a partir del último semestre de 2014.

Según Shapira, este calzado es adecuado sobre todo para aquellas personas que ya se han caído o que padecen el denominado "miedo a caer", quienes podrán acudir a su médico de familia, geriatra, neurólogo, ortopedista o fisioterapeuta, para que identifique el problema y les recomiende o prescriba el B-Shoe, si lo considera adecuado.

Según este ingeniero israelí, esta innovación ayudará a prevenir en muchas personas de edad avanzada las caídas, que “no son una enfermedad, sino una parte del proceso de envejecimiento”.

“De la misma manera las personas de edad no oyen de la forma en que solían escuchar cuando eran jóvenes y su vista no es tan buena como lo era en su juventud, su capacidad para mantener el equilibrio se degrada a medida que se van haciendo viejas”, concluye Shapira.

Autores

EFE