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Capitolio Nacional de La Habana se rejuvenece y recobra su atractivo
Jueves, Septiembre 10, 2015 - 10:59

La gigantesca obra de rehabilitación, que tiene como propósito de devolverle al edificio su estado original, comenzó en noviembre de 2013, dividida por etapas.

El Capitolio Nacional de La Habana, uno de los iconos arquitectónicos de la capital cubana, recobra de manera gradual su majestuosa belleza luego de someterse a una restauración capital desde hace más de dos años con vistas a acoger de nuevo la sede del parlamento después de más de medio siglo.

La gigantesca obra de rehabilitación, que tiene como propósito de devolverle al edificio su estado original, comenzó en noviembre de 2013, dividida por etapas.

Aunque el recinto desde el punto de vista estructural estaba bien conservado, en algunos sitios se diagnosticaron graves daños, como la linterna (parte superior de la cúpula), así como en la carpintería y los sistemas de electricidad e hidráulico.

"El inmueble estaba pidiendo a gritos una restauración capital", expresó la ingeniera Mariela Mulet Hernández, jefa del Grupo Inversiones Prado que está a cargo de los trabajos constructivos.

Mulet Hernández explicó que la mitad norte, donde la Asamblea Nacional del Poder Popular desarrollará sus sesiones, está prácticamente restaurada. También se impermeabilizó la cubierta del edificio y eliminaron las filtraciones.

La cúpula del Capitolio habanero es el segundo punto más alto de la urbe (casi 92 metros), precedido por la emblemática Plaza de la Revolución "José Martí. De estilo renacentista, por sus proporciones y silueta recuerda a la Basílica de San Pedro, en Roma (Italia).

La proyectista general Marilyn Mederos Pérez aseguró que esta es la mayor restauración del inmueble desde su inauguración en 1929, e incluye los elementos arquitectónicos e históricos, adecuarlos a las nuevas tecnologías como sus sistemas contra incendios, de seguridad, de redes informáticas y de climatización.

Adelantó que espacios como el Salón de los Pasos Perdidos y la biblioteca, inspirada en la del Vaticano, mantendrán los servicios al público, por su condición de Patrimonio Nacional.

Dicho Salón conduce a los hemiciclos y galerías de la parte posterior, donde se erige la estatua de "La República", de bronce laminado en oro, que fue fundida por el italiano Angelo Zanelli en Nápoles, pesa 75 toneladas y mide casi 15 metros de alto, por lo que es considerada una de las esculturas más grandes bajo techo del mundo.

También son de Zanelli las dos estatuas de bronce (una masculina y otra femenina) con pedestal de granito y una altura de más de seis metros cada una, que resguardan la escalinata monumental de 55 escalones del Capitolio y representan el progreso de la actividad humana y la virtud tutelar del pueblo, respectivamente.

Durante julio y agosto últimos, se realizó una apertura parcial y la Oficina del Historiador de la Ciudad organizó visitas guiadas dentro del proyecto "Rutas y Andares", para mostrar los avances de la restauración.

"Rutas y Andares" es un programa público que desde 2001 impulsa la Oficina que dirige Eusebio Leal para acercar a las familias al patrimonio del centro histórico de la capital de la isla.

El Capitolio Nacional, que ocupa 13.000 metros cuadrados y una amplia área circundante de jardines, se levantó en apenas tres años y dos meses y se considera una réplica casi exacta del edificio similar ubicado en Washington, Estados Unidos.

Tras su apertura, bajo el gobierno de Gerardo Machado, se convirtió en la sede del Senado y la Cámara de Representantes de Cuba, hasta el triunfo de la revolución de Fidel Castro en 1959 cuando se cerró el Congreso y desde entonces el edificio fue ocupado por la Academia de Ciencias y luego por el ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma).

Entre las historias que rodean al colosal edificio de clasicismo ecléctico destaca el robo del brillante de 25 quilates que marcaba el kilómetro cero de la Carretera Central del país, en marzo de 1946.

Según cronistas de la etapa seudorrepublicana, a pesar de la alta seguridad que tenía la piedra preciosa (escogida para engalanar la segunda corona del Zar Nicolás II) solo 30 minutos bastaron a los ladrones para sustraerla.

Cinco mil policías, 2.000 agentes secretos y los técnicos del entonces Gabinete Nacional de Identificación participaron en la búsqueda, pero no encontraron pista alguna para rescatar la joya y capturar a los ladrones.

Quince meses después, el brillante reapareció en el despacho oficial del presidente de la nación, Ramón Grau San Martín.

Sustituido más tarde por una réplica, rodeada de una estrella octogonal diseñada y elaborada con mármoles italianos en diversas tonalidades, el brillante se encuentra en la bóveda del Banco Nacional de Cuba.

Esta y otras leyendas hacen del Capitolio Nacional un símbolo de La Habana, junto al Castillo del Morro, la Catedral y el Malecón.

Mientras prosiguen las labores para devolverle su lozanía y se develan las fachadas restauradas, sin conocerse aún fecha de terminación, los más de 600 diputados esperan por el anuncio para retornar a la sede inicial del máximo órgano de gobierno, devenida hoy en uno de los más grandes atractivos turísticos de La Habana y sus casi siglos de historia.

* Nota de Rogelio del Río

Autores

Xinhua / LifeStyle