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Análisis: pesimismo, el grave error para la Argentina del 2015
Martes, Marzo 25, 2014 - 16:43

La Argentina tiene la prima de riesgo soberana más alta del planeta Tierra, esto lo sabemos todos. Su riesgo país a 5 años cotizado en el mercado de Credit Default Swaps es más de 10 veces el de Chile, Colombia, Perú, Uruguay o Brasil.

Sala de Inversión.com. La coyuntura que vive actualmente Argentina es ambivalente. Por un lado hay un gran preocupación de lo que puede suceder con los fondos buitres y la deuda, y por otro, lo que sucede a nivel interno con el precio del dólar y la inflación.

En este sentido el analista Germán Fermo, director de MacroFinance se pregunta ¿habrá crisis argentina en 2014 al estilo 1989 o 2001?.

Si la respuesta es no, como creo que será el caso, este mercado va a empezar a operar en 2015 antes de lo imaginado. Los pesimistas de “Argentina” van a quedar relegados a un pasado de dinosaurios como quedaron los escépticos de “Grecia” hace dos años atrás. Esto será volátil pero el tiempo de shortear Argentina ya fue, dice con énfasis el experto.

Los mercados internacionales todavía no han hecho pero harán en breve un “de-pricing” del kirchnerismo (descargarlo de los precios de activos financieros) con sustanciales consecuencias en las tasas de descuento argentinas. Ustedes que me leen y que me leyeron anticipar el rally de la Argentina en agosto del 2013: ¿están viendo esto, o siguen mirando el dólar blue, el PBI, las reservas, el dólar oficial, el dólar “contado con liqui”, 15 veces por día?

La Argentina tiene la prima de riesgo soberana más alta del planeta Tierra, esto lo sabemos todos. Su riesgo país a 5 años cotizado en el mercado de Credit Default Swaps es más de 10 veces el de Chile, Colombia, Perú, Uruguay o Brasil (esto también lo sabemos todos). Esto significa que todo proyecto de inversión valuado en la Argentina es terriblemente castigado por la tasa de descuento utilizada. Mientras nuestros vecinos valúan proyectos de mediano plazo al 5% anual, nosotros lo hacemos a más del doble por lo que la destrucción de valor vía prima de riesgo es enorme. Argentina como equity value está colapsada en relación a nuestros vecinos.

Podríamos ponernos a llorar y a no hacer nada y dedicarnos todo el día a ver cómo bajan las reservas y cómo sube el dólar informal (blue), actividad escogida por muchos. En cambio, comenzarnos a imaginar el país que se viene en donde probablemente necesitemos articular historietas relevantes para bajar la prima de riesgo y en ese contexto me pregunto:

1.¿No será ya el tiempo de mirar a la Argentina como una oportunidad inminente en emergentes?

2.¿Mientras los pesimistas, que la ven pasar todo el tiempo, siguen mirando la caída de reservas, la inflación y la inminente recesión del 2014, los hombres de negocios no estarán ya mirando el revés que se viene para Argentina post-2014?

También podríamos preguntarnos: ¿y por qué tenemos que suponer que esta vez, con la reputación que tenemos, vamos a hacer las cosas bien de cara al futuro, si nunca lo hicimos?

Cortita y al pie: porque no nos queda otra chance. Estamos tan en el horno, hemos tocado tantas restricciones fiscales y monetarias que por primera vez en una década la ortodoxia económica comienza a dominar a la política, y eso es precisamente lo que me pone optimista en la Argentina. Estar mal hoy, ya está obligando a encarar reformas económicas impensadas un año atrás que irán ganando aceleración en la medida que avancemos de cara al nuevo presidente en 2015. En este contexto es inminente la apertura de la cuenta capital y un colapso en la prima de riesgo argentina. Entonces, en vez de llorar el 2014, se me hace agua la boca al imaginar una Argentina posible y seductora en 2015/2016. Convengamos que Argentina tiene la patológica costumbre de reinventarse una vez por década y estamos precisamente ante una renovada e inminente reinvención de esta bendita república.

No sería casual que la Argentina intente acordar en el CIADI, o el claro intento de acercamiento con el Club de París, o la confección de un índice inflacionario razonablemente fidedigno que deje contento al FMI o el flamante acuerdo YPF-Repsol. Estas medidas aunque tardías y onerosas, son correctas y apuntan a la clara necesidad de abrir puertas nuevamente que permitan a la Argentina en los próximos años recomponer entre otras cosas su posición energética, que en el mejor de los casos llevará años de intenso trabajo e inversión: la energía es la única importación que no se puede cerrar, se hace indispensable nuevamente abrir la cuenta de capital y el acceso al financiamiento externo.

El 2014 será un año difícil, pero una cosa es “año difícil” y otra muy distinta es “un año en crisis” al estilo de lo que los argentinos estamos tan acostumbrados a observar una vez cada diez años (1989, 2001). Tengo la sensación de que la Argentina del 2014 no tendrá un desenlace crítico. Pero entonces: ¿por qué no esperar al próximo gobierno para comprar? Muy sencillo, normalmente los mercados financieros se anticipan todo el tiempo, esperar al próximo gobierno muy probablemente significaría llegar muy tarde al trade para ir “largos en Argentina”. Si se espera comprar “regalado” al país post-crisis, quizá no llegue a comprarlo nunca.

Sin embargo, el mercado todavía necesita disipar una sola pregunta remanente: ¿habrá crisis argentina en 2014 al estilo 1989 o 2001? Si la respuesta es no, como creo que será el caso, este mercado va a empezar a operar 2015 antes de lo que imaginamos. Parecería claro que bajo ninguna circunstancia le conviene al peronismo deteriorar a la macroeconomía local al punto de ocasionar un desenlace trágico, nunca observé a los peronistas “suicidarse” y no creo que ésta sea una excepción. Los años que le esperan a los activos argentinos serán muy volátiles, de eso no caben dudas, sin embargo, los trades ganadores hay que armarlos cuando duelen y todavía hoy irse largos en Argentina duele y es precisamente en este punto en donde está la oportunidad: “no pain, no gain, no guts, no glory”. Es decir, sin dolor no hay ganancia, no hay agallas, no hay gloria”. Y muchas gracias por la sopa.

Autores

Sala de Inversión