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Más de 3.000 empresas han abandonado Cataluña desde 2012 por su deseo independentista
Jueves, Mayo 5, 2016 - 10:35

El anhelo independentista de la región española ha provocado el éxodo de las empresas afincadas en Cataluña, entre ellas, varias latinoamericanas. Muchas otras ya manifestaron también su decisión de irse si finalmente se realiza la separación catalana de España.

Desde 2012 a esta parte,  más de 3.000 compañías abandonaron Cataluña, y sólo en 2015 casi 700 trasladaron sus oficinas centrales a otras ciudades españolas, la mayoría a Madrid. Los capitales y los empresarios latinoamericanos no escapan a esta dinámica y advierten el impacto que tiene sobre los negocios y las inversiones.

Alberto Benbunan es un inmigrante venezolano, fundador y director de Mobile Dreams  Factory, una de las agencias líderes en España de comunicación móvil, con sede en Madrid. “En 2015 no crecimos lo que debimos, gracias a la incertidumbre que esta situación está generando. Fue un año en el que ha habido mucho optimismo, pero lamentablemente no se ha traducido en los resultados”, acusa Benbunan al referirse al anhelo independentista de un gran sector de Cataluña. Y no es el único que piensa así. Diversos expertos y empresarios latinoamericanos advierten la inseguridad que el impulso separatista genera en los inversores.

“Monté una nueva empresa: Delsuper.es, una plataforma donde el usuario puede comprar en su supermercado favorito online y en una hora la empresa se la entrega en su domicilio”, prosigue el empresario venezolano. “Acabo de levantar una rueda de medio millón de euros en Estados Unidos para este proyecto, y el tema de conversación con todos los inversores era qué está pasando con la escisión de Cataluña, y qué pasa con la avanzada de Podemos. Los inversores extranjeros están esperando esos dos hitos importantes: ver quién va a gobernar en España y la definición del tema catalán, y es por eso que están retraídos de invertir aquí. A mí me afecta en forma directa, independientemente de que tenga o no una sede en Cataluña”, explica.

“Barcelona, Madrid, Valencia y Sevilla son ciudades con gran densidad poblacional y las más importantes en España, y para nuestra expansión a Barcelona, estamos esperando que se defina el panorama político allí, porque ahora es una incógnita”, acota Juan Rivero, CEO de Delsuper.com. “Y si las propias empresas catalanas están saliendo de allí, al menos tenemos que evaluarlo”, advierte.

Estampida

Desde 2012  a este parte, 3.286 empresas han dejado Cataluña, según un informe de la agencia de rating española Axesor. Por su parte, la entidad de Empresa y Competitividad del Departamento de Empresa y Empleo del Gobierno de Cataluña dio a conocer que cada año se marchan de allí entre 700 y 1.000 empresas, lo cual supone entre el 0,2% y el 0,3% de las compañías, y que en 2015 se fueron 683 empresas cuya facturación global durante 2014 alcanzó 1.533 millones de euros. Esto imprime un signo negativo, dado que llegaron a la comunidad catalana sólo 133 con un negocio que mueve cerca de 615 millones de euros.

Según un reciente informe, publicado por la agencia de calificación Moody’s, a partir de los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de España, Cataluña sigue destruyendo empresas, mientras en la capital española, Madrid, el crecimiento de pymes durante 2014 fue uno de los mayores del país, con un incremento del 1,4%, en contraposición a la comunidad catalana, donde la creación se redujo y anotó un -0,4%.

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Cabe señalar que del total de empresas que emprendieron el éxodo en 2015, 306 radicaron sus sedes en Madrid, 94 en Andalucía y 93 en Valencia. “Es imposible saber cuántas empresas son latinoamericanas porque en realidad son empresas españolas, creadas aquí, más allá de que sus dueños, capitales o inversores sean latinoamericanos; pero claro que las hay, y no son pocas”, explica Juan Canals, presidente de la comisión internacional de Fomento del Trabajo de Cataluña, una plataforma que nuclea a más de 300 confederaciones de empresas en toda España y que a su vez  engloba a 500 mil empresas.  

A todo esto, el gobierno español hizo un guiño a las empresas y modificó la ley que facilita el cambio de domicilio social dentro de España, y que antes requería ser aprobado en junta de accionistas, con el objetivo de allanar a las compañías el traslado fuera de Cataluña.

El valor de Barcelona

Cataluña representa un enclave estratégico para el desembarco de las inversiones extranjeras, pues alberga a una de las ciudades más cosmopolitas de Europa: Barcelona, que tiene una ubicación geográfica privilegiada, con un tejido empresarial y un ecosistema emprendedor muy desarrollado, con talento y recursos humanos cualificados. Todo esto la transforma en una de las ubicaciones más significativas a los ojos de las compañías que quieren internacionalizarse hacia este lado del Atlántico, aunque ya comienzan a sopesar el riesgo de su elección.

“Si bien Madrid es una gran ciudad, Barcelona es más cosmopolita y para aquellos empresarios latinoamericanos que quieren venir a España, ‘la ciudad’ es Barcelona, pero también es cierto que circunstancias políticas como el secesionismo pone frenos a la inversión porque es evaluada en el diagnóstico del plan empresarial como un riesgo”, explica desde Argentina Jorge Bliman, presidente de Franchising Advisors, una de las consultoras de franchising pioneras en América Latina, responsable del desarrollo y comercialización de más de 250 franquicias lanzadas al mercado en diez países. “Y la otra cara del riesgo, en este caso, es la inseguridad jurídica”, agrega el experto.

“La situación es preocupante”, considera John Quintero, economista colombiano y vicepresidente de la Asociación Latinoamericana de Comerciantes y Empresarios de España (ALCE), que reúne a más de 400 asociados en todo el territorio español entre comerciantes, emprendedores y empresarios. “El panorama de incertidumbre que trae aparejada la cuestión catalana preocupa, y mucho, a nuestros asociados, entre los cuales tenemos pymes, empresas medianas y comerciantes”, afirma Quintero.

En este contexto, Bliman acota que “la realidad es que las pymes son las principales exportadoras, y no tienen la capacidad ni los recursos para capear temporales de este tipo”. Y que la inseguridad jurídica “va a inspirar mayor confianza en un lugar donde el nivel de riesgo es menor”.

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Para Juan Canals, de la comisión internacional de Fomento del Trabajo de Cataluña, “el independentismo catalán horroriza a los empresarios”.  No es para menos, dado que Cataluña es considerada por muchas empresas extranjeras como la puerta privilegiada de acceso a los mercados de Europa y África, y el secesionismo amenaza con dejar a la región fuera del euro y de la Unión Europea.  

“La deriva independentista incomoda muchísimo a los empresarios extranjeros que hay en Cataluña, porque este proceso divergente implicará salir de la Unión Europea, un mercado en el que en este momento se coloca el 40% de las ventas de la industria radicada en Cataluña, ya sean nacionales o extranjeras”, advierte Canals.

Y también ahuyenta a los inversionistas. En este aspecto, el empresario venezolano Benbunan agrega que pronto realizará una ronda de inversionistas más en Londres. Esta vez por cuatro millones de euros. “Y los inversionistas ingleses, a diferencia de los americanos, no te preguntan por el panorama político, directamente te dicen que quieren invertir en España pero después de las elecciones”, dispara.

Por su parte, Eduardo Abadía, director gerente de la Asociación Española de Franquiciadores (AEF) y hasta hace poco director ejecutivo de la Federación Iberoamericana de Franquicias (FIAF), entiende que el independentismo catalán supone “un tema delicado y bastante confuso”, a la vez que comenta que aunque la AEF no tiene datos reales de empresas franquiciadoras ni españolas ni latinoamericanas que hayan cambiado su sede social a raíz de esta coyuntura, no asegura que ello se mantenga. El tema no es menor, pues la cantidad de franquicias comerciales en España, incluyendo Cataluña, no es poca. Argentina es el país que más franquicias comerciales ha desarrollado en la Península Ibérica, entre ellas las textiles La Martina, Vale 4, Chevignon y la cadena de restaurantes con parrilla La Vaca Argentina. Le siguen México, con cadenas de restaurantes como Sí Señor, y Brasil, con Nobel, un centro de cultura y ocio que también comercializa libros y artículos de papelería, entre otros.

Hala, Madrid

Por lo pronto, el clima de inestabilidad política y el efecto soberanista catalán estimulan el traslado de las empresas –sin distinguir tamaño ni nacionalidad– de Cataluña a otras ciudades españolas, y en especial hacia Madrid.

La entidad financiera la Caixa, y el Banco Sabadell, uno de los íconos catalanes, del cual el principal accionista es el colombiano Jaime Gilinski, con el 7,5% de las acciones, cambiarían en breve su sede social a Madrid para evitar el corralito en caso de secesión, dado que si Cataluña se independizara de España y quedara fuera de la Unión Europea, los bancos perderían el acceso a la financiación a bajo interés del Banco Central Europeo y quedarían excluidos de la protección del Fondo de Garantía de Depósitos, que garantiza a los clientes de la entidad bancaria los depósitos hasta 100 mil euros. Incluso, la editorial Planeta, alertó que cambiaría su sede central si sigue adelante el proceso separatista. Por su parte, la envasadora y distribuidora de Coca Cola en España ya trasladó sus oficinas a Madrid.

Días antes de la 27S o 27 de septiembre pasado, cuando tuvieron lugar las elecciones autonómicas en Cataluña, donde se consultó a los votantes acerca del proceso soberanista, varias empresas catalanas advirtieron mediante un comunicado conjunto a los grupos independentistas que reconsiderarían su presencia en Cataluña.

En el mismo mes, la Asociación Española de la Banca (AEB) y la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA), integrada por CaixaBank, Santander, BBVA, Bankia, Banco Sabadell y Popular, entre otros, advirtió que la exclusión de Cataluña de la zona euro sometería a las entidades a “graves problemas de inseguridad jurídica”, con “el consiguiente riesgo de exclusión financiera y encarecimiento y escasez del crédito”. Y aunque los banqueros se cuidaron de aludir a un posible corralito, existe la posibilidad de que se establezca un corralito financiero en Cataluña si esta se independizara, según un estudio realizado por el Consejo Asesor de la Transición Nacional (CATN) de España.

Los efectos separatistas

Joaquim Coll, vicepresidente de la Societad Civil Catalana, una asociación que defiende los derechos de Cataluña en el marco del Estado español, explica a AméricaEconomía que la independencia implicaría una caída libre de las ventas de las empresas catalanas de entre un 33% y un 66%, debido a que de los quince principales mercados donde venden las empresas catalanas, diez son provincias españolas. “Por eso muchas empresas, hartas ya de esta cuestión que no le hace bien a nadie, comenzaron a mudar sus empresas a otras ciudades, como Madrid”, afirma Coll.

Por su parte, el director general del Círculo de Economía Catalán, Jordi Alberich, cree que “es de esperar que la deriva independentista genere una inseguridad jurídica que afecta en forma negativa  no sólo a las inversiones sino también a la localización de sedes centrales en Cataluña”.

A su vez, en un informe de diciembre pasado, la agencia Moody´s advirtió que la insistencia independentista pasaría factura al rating del país, generando implicaciones crediticias negativas para España dada la importancia económica de la región, porque Cataluña representa una de las regiones importantes, dado que concentra un 19% del total del Producto Interior Bruto (PIB) de España, y el 16% de la población del país. En el mismo informe, la agencia también se refería al denominado Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), una línea de crédito creada por el gobierno español en julio de 2012 en el contexto de la crisis económica, para que el Estado español preste dinero a las comunidades autónomas ibéricas y que estas no tengan que financiar su deuda en los mercados, un instrumento de financiación hoy por hoy elemental para Cataluña, cuya falta complicaría el cuadro financiero para la región ante una hipotética independencia.

“Es una pena lo que está sucediendo porque inversores reconocidos quieren venir a España por tres razones: 1. las valoraciones son muy bajas y  para montar una startups aquí puedes empezar con un millón de euros, cuando en Silicon Valley no bajan de 5 millones; 2. porque hay mucho talento; y 3. porque es un bonito lugar para vivir, y cualquier extranjero quiere venir a vivir y montar una empresa aquí antes que en el lluvioso Londres”, comenta Benbunan.

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Los efectos separatistas

El proceso soberanista no es poco. El 47% de los catalanes se pronunció el 27S a favor de una hipotética independencia de Cataluña. Según los analistas políticos españoles, la salida política de Artur Mas, ex presidente de Cataluña y la reciente investidura del nuevo presidente, Carles Puigdemont, en enero, potencia la incertidumbre y promete endurecer las negociaciones. Y es que los medios ibéricos le recuerdan su polémica frase pronunciada en 2013, en la apertura de una reunión de la Asamblea Nacional Catalana, cuando cerró su discurso citando al periodista Carles Rahola, fusilado en el franquismo: “Los invasores serán expulsados de Cataluña”, en referencia a los mismos españoles.

Por lo pronto, los empresarios latinoamericanos, al igual que la patronal de empresarios catalanes, aspiran a que “se pueda reconducir el tema hacia una situación de estabilidad y que se recupere el sentido común y la serenidad”, asegura Canals. Habrá que esperar a los acuerdos políticos que sean capaces de gestionar los partidos políticos y ver si Cataluña se queda en España y sigue siendo la puerta de entrada natural a Europa para los capitales latinoamericanos.

Autores

Hebe Schmidt