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¿Es posible controlar el placer de la compra?
Miércoles, Abril 27, 2016 - 10:35

Adquirir cosas de manera compulsiva forma parte de los mecanismos ancestrales de las personas. Expertos señalan que hay maneras de controlar ese impulso.

 

Para algunos especialistas en psicología, la compra compulsiva es –en rigor- un resabio del instinto de sobrevivencia del ser humano. Ryan Howell, profesor de psicología de la Universidad Estatal de San Francisco, en California, explica que “las personas si ven algo que parece que se está acabando, van a querer tenerlo”.
 
Eso se explica a nivel del subconsciente porque en los tiempos en que el ser humano cazaba y recolectaba, si observaba algo que le interesaba o le servía, lo tomaban de inmediato; incluso, si no lo necesitaba.
 
La razón principal era que nada garantizaba que eso que le interesó iba a estar ahí disponible otra vez. La dinámica del consumo compulsivo funciona exactamente así, según el experto.

 

Howell señala que si bien las personas hoy no viven la escasez como la conocieron los antepasados en épocas menos cómodas, lo cierto es que la dinámica del marketing apela a esos resabios para ofrecer sus productos y servicios.
 
Cuando vemos esa etiqueta con 50% de descuento, el impulso de escasez se activa y el sentimiento es  ´si no lo compro ahora, se irá para siempre´. O al menos a ese precio tan bueno”, explica.
 
Hay también otros mecanismos. Scott Rick, profesor asistente de Mercadeo de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, habla de la “terapia de compras”. Existen personas que se sienten mejor si van de compras cuando están tristes, porque les restaura cierto sentido de control sobre sus vidas.
 
Sin embargo, este tipo de acciones pueden ser negativas y, por cierto, muy caras a la larga. El experto acota que existen otras dinámicas más efectivas como arreglar los libros en una repisa o clasificar prendas de ropa para donar algunas a organizaciones de caridad.

 

Ante ello la pregunta es: ¿pueden las personas contrarrestar sus tendencias naturales? Los expertos apuntan que con un poco de disciplina, es posible.
 
Howard sugiere esperar 24 horas antes de hacer una compra impulsiva, sea grande o pequeña. Por lo general, la decisión de compra puede encontrar argumentos válidos. O, por el contrario, se llega al convencimiento de que no es necesaria.
 
Otro mecanismo es monitorear los gastos y pagar en efectivo. Lo más probable es que se puede ver cuánto se gasta, es más probable que se termine comprando sólo lo que realmente necesitas.

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