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La depresión multiplica los riesgos de otras condiciones críticas en el organismo
Lunes, Abril 4, 2016 - 15:58

No tratar un cuadro depresivo afecta la salud mental y física de las personas, pero también aumenta el riesgo de otras condiciones, especialmente relacionadas con el corazón.

 
Aunque suene a libro de autoayuda, lo cierto es que vivir implica afrontar todo tipo de situaciones, de las buenas y también de las otras. Pérdida de un ser querido, presiones laborales, problemas familiares o escasez económica forman parte de ese lado malo de la rueda. 
 
Ante ella, es normal sentirse decaído y sin ánimos, incluso triste y hasta desesperado ante una crisis, pero sólo temporalmente.
 
Cuando la tristeza, el desánimo y la desesperanza no pueden ser superadas de buena forma, perduran por meses y hasta empeoran con el paso del tiempo. Junto a ello, las personas pueden entrar en una depresión clínica o crónica, condición que afecta no solamente su vida emocional, su trabajo y relaciones personales, sino hasta su salud física.  
 
 
 
Recibir el tratamiento adecuado lo antes posible, es fundamental para controlar la depresión.
 
Un estudio realizado en Duke University Medical Center, en Carolina del Norte, Estados Unidos, suma otro elemento importante: las personas con depresión crónica sin tratamiento pueden verse privadas de ciertos beneficios de salud obtenidos de un estilo de vida saludable, como la moderación en el consumo de alcohol, o hacer ejercicio con regularidad.
 
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores examinaron los niveles de actividad física y el consumo de alcohol de más de 200 adultos, no fumadores y con buena salud, sin previa historia o diagnóstico de sufrir de una enfermedad mental.  
 
Sin embargo, las evaluaciones previas revelaron que un 4.5% de los participantes reunían los criterios para considerarlos con depresión.  
 
Además, analizaron los niveles de la proteína reactiva-C (CRP por su sigla en inglés) en muestras de sangre de los participantes.  
 
La CRP se mide para predecir el riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca y otras condiciones inflamatorias crónicas en el futuro. Este tipo de proteína también podría jugar un papel importante en la formación de la placa que se acumula y puede llegar a obstruir (tapar) las arterias.
 
 
 
Varias investigaciones previas ya han demostrado que el ejercicio realizado de forma habitual y el consumo moderado de alcohol  (una bebida al día en el caso de las mujeres y dos en el de los hombres), ayudan a reducir la inflamación y por lo tanto, a disminuir el riesgo de enfermedad cardíaca y la diabetes tipo 2. 
 
Por otro lado, la diabetes se asocia con niveles más altos de CRP, es decir, a mayor inflamación, así como con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca.
 
Los participantes en el estudio que llevaban una vida activa tuvieron, por lo general, los niveles de la proteína CRP más bajos, con la excepción de los que tenían depresión.  
 
Además, la investigación encontró que el consumo moderado de alcohol también se asoció con niveles más bajos de proteína CRP en los hombres sin depresión, pero esto no sucedió  en el caso de los hombres con depresión.
 
Entre las mujeres los resultados fueron un poco más alentadores ya que indicaron que la depresión no tuvo un gran efecto en los niveles de la proteína CRP en las que no bebían alcohol, en las que bebían solamente de vez en cuando o consumían bebidas alcohólicas de forma moderada (una bebida al día o menos).
 
En conclusión: la depresión no solamente afecta la salud mental y física del individuo sino que podría incluso disminuir otros beneficios de salud obtenidos a través del ejercicio y del consumo moderado de alcohol. 
 
La depresión entonces se convierte en un factor multiplicador del riesgo de otras condiciones, sobre todo si están relacionadas con procesos inflamatorios del organismo, como la enfermedad cardíaca, por ejemplo.
 
 
 
¿Cuáles son las características de la depresión?
 
- Tristeza profunda o decaimiento en el estado de ánimo casi todo el día y casi todos los días
 
- No se disfrutan las mismas actividades y cosas que antes
 
- Pérdida (o subida) de peso y/o del apetito
 
- Insomnio o dificultad para dormir
 
- Fatiga y pérdida de energía
 
- Dificultad para concentrarse
 
- Dificultad para tomar decisiones
 
- Sentimientos de desesperación y autoestima baja
 
- Irritabilidad y ansiedad
 
- Pensar en la muerte o en la posibilidad de suicidio
 
 

Autores

LifeStyle/ VidaySalud.com