Según la Asociación Brasileña de Salud Colectiva (Abrasco), el país sudamericano consume cerca del 20% de los pesticidas de todo el mundo, tras un fuerte aumento en los últimos años.
Río de Janeiro. Considerado como uno de los principales graneros del mundo por la gran cantidad y diversidad de alimentos producidos, Brasil es también el mayor consumidor de pesticidas del mundo, algo que ha encendido todas las alarmas por el peligro que ello comporta para la salud humana.
Según la Asociación Brasileña de Salud Colectiva (Abrasco), el país sudamericano consume cerca del 20 por ciento de los pesticidas de todo el mundo, tras un fuerte aumento en los últimos años. Se calcula que los agricultores brasileños usan cada año cerca de 1.000 millones de litros de pesticidas, lo que supone cinco litros por habitante.
Recientemente, el Instituto Nacional del Cáncer (Inca) recomendó una "reducción progresiva y sustentada" en el uso de agrotóxicos en las plantaciones ante las evidencias de que pueden provocar cánceres.
"El Inca se posiciona claramente no por cuestiones ideológicas. El instituto sigue evidencias científicas, fruto del trabajo de su equipo y de científicos de todo el mundo, que tuvieron sus trabajos evaluados por la Agencia Internacional de Pesquisa en Cáncer (Iarc, por su sigla en inglés), vinculada a la Organización Mundial de la Salud", según el comunicado de la institución.
La venta de agrotóxicos en el país pasó de los 2.000 millones de dólares en 2001 a los 8.500 en 2011. "Es importante destacar que la liberación del uso de semillas transgénicas en Brasil fue una de las responsables por colocar el país en el primer lugar en el ranking de consumo de agrotóxicos, una vez que el cultivo de estas semillas modificadas exigen el uso de grandes cantidades de estos productos", agrega la nota.
El uso de agrotóxicos provoca a menudo intoxicaciones agudas a los trabajadores rurales, que sufren cólicos, diarreas, dificultades respiratorias, convulsiones y hasta la muerte. La exposición prolongada puede causar infertilidad, impotencia, abortos, malformaciones y cáncer, alertó el Inca.
Ante el crecimiento y el peligro que supone el uso de pesticidas, y la imposibilidad de evitarlos en los cultivos masivos, la agricultura orgánica crece a gran velocidad en el mayor país de América Latina. La cantidad de granjas registradas en el Ministerio de Agricultura se duplicó entre 2012 y 2015, para superar este año las 10.000 toneladas.
Las plantaciones de productos orgánicos totalizan cerca de 1 millón de hectáreas, apenas el 0,3 por ciento del área agrícola del país. Hay unos 10.500 productores orgánicos en todo el país.
Según Organics Brasil, el organismo de promover este tipo de productos en el extranjero, algunos supermercados han comprado un 40 por ciento más de productos orgánicos en el último año.