Antes de la era de Usain Bolt, Johnson dominó las pistas deportivas con su velocidad y estilo. Ahora es portavoz de la candidatura de Los Ángeles 2024 y afirma que el próximo presidente de EE.UU. no tendría por qué intervenir en la decisión de una candidatura por parte del Comité Olímpico Internacional.
Río de Janeiro. Michael Johnson ya no tiene esa mirada desafiante que lo caracterizó en el pasado. Ahora es cordial. Hace 20 años, era diferente. Cuando tienes una locomotora en los pies y corres pero al mismo tiempo vuelas, seguro que el ego lo tienes hasta el cielo. El hombre de raza negra que maravilló al mundo en los 200 y 400 metros planos por su peculiar estilo de correr, como sin esfuerzo, sólo moviendo las piernas como correcaminos, con el cuello bien erguido y su cadena de oro volándole, ahora promueve que Los Ángeles reciban los Juegos Olímpicos en el 2024.
Cuando le preguntas algo a Michael nunca deja de mirarte a los ojos. Domina la escena:
—Michael, ¿hoy la tecnología hace ganar carreras?
—Jamás la tecnología va a sustituir a un entrenador ni a un buen corredor.
Luego vienen a la memoria las imágenes en televisión del momento en el que tiró esa sonrisa arrogante y dominante, el instante en que estiró los labios hacia un costado.
Este fin de semana arranca el atletismo, la disciplina protagonista de la segunda semana de los Juegos Olímpicos y, el domingo, la carrera de los 100 metros planos, la prueba reina. El Economista charló con el cuatro veces ganador de medalla de oro en los 200 y 400 metros planos, el velocista de las zapatillas de oro.
—¿Consideras que los fans han dejado de creer en el deporte?, corrupción, dopaje, compra de partidos...
—Creo que veremos el estadio olímpico repleto de miles de personas y fans que van a estar apoyando, gritando, pero nos debe quedar claro que no serán todos, habrá otros en el mundo que seguramente no estarán de acuerdo con todo lo que está sucediendo. Ok, el atleta ha sido un villano y ha dañado al deporte en el tema del dopaje, pero la historia no termina ahí.
El deportista no hace las reglas que le permiten volver a la pista o a la piscina, ésas son decisiones del Comité Olímpico Internacional, la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) y todas las federaciones internacionales, que es justo ahí donde se debe apuntar para hacer un cambio de verdad. La gente siempre va a tratar de hacer trampa, y el deporte es un microcosmos de la sociedad.
—Entonces, ¿la credibilidad es un asunto imposible de conseguir en el deporte?
—A mí me encantaría que mañana mismo en las cadenas de televisión y en los diarios ya no se escribiera más del tema, que no hicieran este tipo de preguntas. Pero la credibilidad dependerá de las determinaciones que se tomen.
No es algo que se resuelva en 30 días, sino que se irá con el rumbo que definan las instituciones, con la transparencia del Comité Olímpico Internacional y la Agencia Mundial Antidopaje. Es tomar decisiones en momentos adecuados.
—No ha sido un año fácil para Usain Bolt por las lesiones, ¿qué análisis haces de él?
—Bolt es un extraordinario corredor, increíble. Sin duda cuando está en su mejor estado es muy fuerte, poderoso, ya lo hemos visto mucho tiempo. Un Bolt a 100% es increíble, ya veremos cómo llegará.
—Estados Unidos tendrá en Justin Gatlin a uno de los principales rivales de Bolt, pero también es de las estrellas que han estado involucradas en problemas de dopaje.
—Algo está claro y creo que así debería de ser: si alguien rompió las reglas, no debería estar en el equipo. Las reglas son las reglas y se tienen que respetar. Creo que lo primero que tienes que hacer (en relación con Justin Gatlin, que recibió una sanción de ocho años de suspensión por dopaje) es cumplir lo que se estipula, y luego ya puedes regresar, antes no. El problema no se va a resolver sólo poniendo el dedo sobre el atleta, sino también sobre el sistema.
Incluso un deportista con un solo caso de dopaje no debería estar en los juegos. Muchos dicen que no sabían qué es lo que estaban poniendo en su cuerpo, pero debe ser su responsabilidad.
Los deportes no van a estar 100% limpios, lo sabemos, pero el punto es poner más trabas a los tramposos, concientizar de lo malo que puede ser la mentira y dar protección a los que sí hacen bien las cosas.
—Iniciaste la era en que la tecnología empezaba a ser introducida con consistencia en el desarrollo de los deportes, ¿crees que ahora es fundamental?
—Es extremadamente importante. La tecnología ha ayudado a hacer más eficiente el deporte, a tener mejor calidad, perfeccionar los entrenamientos. Les ayuda a mejorar en muchas cosas, hay facilidades y nuevas oportunidades para mejorar tiempos. Pero nunca podrá desplazar la tecnología a la calidad y la capacidad.
—Apoyas la candidatura de Estados Unidos, Los Ángeles 2024 ¿Consideras que las próximas elecciones presidenciales afectarán políticamente la toma de decisión de la sede?
—El próximo presidente no tiene por qué intervenir en la decisión de una candidatura por parte del Comité Olímpico Internacional. Son cosas separadas y no creo que afecte si llega uno u otro. Son temas independientes y no se mezclan.