Así lo ha señalado la Organización Mundial de la Salud (OMS) al presentar sus estadísticas mundiales sobre la evolución del acceso a servicios de saneamiento y agua apta para el consumo humano.
Ginebra. Cerca de 2.500 millones de personas en el mundo no tienen acceso a instalaciones de saneamiento básico, pese a los notables avances en esta materia en las últimas dos décadas, periodo durante el cual 17% adicional de la población de Latinoamérica se benefició de estos avances.
A la imagen de lo ocurrido en el sureste asiático, los países latinoamericanos y del Caribe redujeron notablemente la proporción de sus poblaciones sin acceso a fuentes mejoradas de agua y cumplieron por adelantado con este Objetivo del Desarrollo del Milenio, planteado para 2015.
Así lo ha señalado la Organización Mundial de la Salud (OMS) al presentar sus estadísticas mundiales sobre la evolución del acceso a servicios de saneamiento y agua apta para el consumo humano.
La falta de ellos está relacionada con la transmisión de enfermedades como cólera, diarrea, disentería, hepatitis A y tifoidea.
Tres países latinoamericanos -Ecuador, Honduras y Paraguay- son mencionados "por sus impresionantes mejoras relativas" en acceso a instalaciones de saneamiento, con 25% o más de mejora en la cobertura desde principios de los noventa.
En la región de Latinoamérica y el Caribe, las tasas más bajas de acceso corresponden a Bolivia y Haití.
Relacionado con ello, la práctica de defecar al aire libre no es un problema erradicado en esa región y el informe de la OMS cita -como ejemplo en la buena dirección- el caso de Perú.
En este país andino, esa práctica estaba en 1990 extendida entre un tercio de la población, por falta de alternativas, pero para fines de 2012 -momento al que se refieren las estadísticas recientes más confiables- sólo afectaba al 6%.
Por otra parte, la OMS destaca que "Latinoamérica y el Caribe tienen la tasa más alta de cobertura (94%) de agua potable entre las regiones en desarrollo".
En el mundo, un total de 748 millones de personas no tienen acceso a fuentes de agua segura.
En ambos ámbitos, acceso a saneamiento y a agua apta para el consumo, los progresos más notables en países latinoamericanos corresponden a Paraguay, con 33% y 35% de la población que ganó acceso a ambos desde 1990; Honduras con 30% y 26%, y Guatemala con 28% y 29%.
Chile aparece con una mejora del 18% y 15%, respectivamente; Colombia con 18% y 16%; México con 21% y 19%, y República Dominicana con 17% y 9%.
A nivel mundial, el informe revela que una tercera parte de la población ganó acceso al agua potable apta para el consumo humano y a medios dignos de saneamiento básico en 22 años: 2.300 millones de personas en el primer caso y 2.000 millones en el segundo.
Al presentar el informe, la directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, María Neyra, comentó que el próximo desafío para el mundo consiste en "acelerar el acceso" a ambos servicios para los grupos desfavorecidos.
"Un primer paso esencial es determinar mejor quién, cuándo y cómo tiene acceso a agua potable y saneamiento mejorado, de modo que podamos centrarnos en aquellos que no tienen acceso a las instalaciones mínimas", señaló.
En el periodo evaluado, también las diferencias de acceso entre las ciudades y las áreas rurales se redujeron notablemente.
En 1990, más del 76% de gente que vivía en zonas urbanas tenía acceso a saneamiento básico, frente a sólo 28% en las rurales. Según los últimos datos, ahora se trata del 80% y del 47%, respectivamente.
En términos de agua potable, 95% de residentes urbanos tenían acceso a ella a principios de los noventa, con respecto al 62% en zonas rurales. Poco más de dos décadas después, esos porcentajes han pasado al 96% y 82%, respectivamente.