A tres años del sismo, la reconstrucción ha sido lenta y se han entregado apenas la mitad de los US$5.000 millones prometidos; más de 350.000 víctimas aún viven en campamentos y se han construido sólo unas 6.000 viviendas permanentes.
El ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, voló a Haití este sábado para unirse al presidente del país, Michel Martelly, en una conmemoración oficial del tercer aniversario del terremoto que diezmó a la capital y acabó con la vida de más de 250.000 personas.
Una simple corona funeraria figuraba en una fosa común en la ladera de una colina en las afueras de la capital de Haití, Puerto Príncipe, donde ni Clinton, ni el enviado especial de la ONU para Haití ni Martelly pronunciaron discursos.
"Hoy estamos aquí para que no olvidemos y pagar hacer mejor", dijo a la prensa el primer ministro de Haití, Laurent Lamothe. "Fuimos golpeados con fuerza, eso es verdad. Pero estamos de pie para reconstruir nuestro país", agregó.
Más temprano este sábado, el Gobierno de Haití conmemoró la ocasión con una ceremonia deliberadamente de bajo perfil en el devastado palacio presidencial en el centro de Puerto Príncipe.
En breves declaraciones, Martelly rindió un homenaje a la memoria de aquellos que murieron y al coraje de los que sobrevivieron.
"Un poco más solitarios, un poco más vulnerables. Les expreso mi compasión", agregó.
También se dirigió a donantes internacionales y organizaciones de ayuda, a quienes agradeció y prometió que los esfuerzos de reconstrucción en curso serán evaluados de cerca para evitar despilfarro y corrupción. "Entiendo su preocupación", aseguró.
Martelly también anunció el lanzamiento de nuevas normas para las construcciones y afirmó que otra tragedia como la de 2012 nunca volverá a ocurrir.
El aniversario de este año es un marcado cambio respecto a la conmemoración de horas que organizó el Gobierno en los últimos dos años, incluyendo presentaciones musicales en directo, una serie de plegarias por parte de los líderes espirituales de Haití, conferencias de prensa y una ceremonia en la que se plantaron árboles.
Tres años tras el terremoto, la reconstrucción ha sido dolorosamente lenta y se han entregado apenas la mitad de los US$5.000 millones prometidos.
Más de 350.000 víctimas desplazadas por el sismo aún viven en campamentos, muchos de ellos bajo la amenaza de desalojo, con pocas perspectivas de alivio para la mayoría. Se han construido sólo alrededor de 6.000 viviendas permanentes desde el terremoto.
La empresa de telefonía celular Digicel, con sede en Jamaica, ha construido más de 80 nuevas escuelas en Haití y la organización benéfica Partners in Health edificó un moderno hospital que fue inaugurado en localidad central haitiana de Mirebalais.