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La enemiga de Babel
Miércoles, Mayo 30, 2012 - 10:18

TBO y Machinalis apuestan a pisar fuerte en el mercado mundial de traducciones que mueve US$31.000 millones anuales.

La inteligencia artificial está cambiando los servicios de traducción. De eso tomó nota la argentina Translation Back Office –TBO–, proveedora de entidades como SAP, Banco Mundial, DiGi-Key Microsoft o Youtube, entre otras. De la mano de Machinalis, una start-up de la Universidad Nacional de Córdoba -UNC-, desarrolló de una máquina de traducción con inteligencia  artificial que aprende a medida que trabaja.

Los resultados son sorprendentes. “Multiplicamos por cuatro el rendimiento de cada traductor en el mismo nivel de calidad”, se entusiasma Lucas Brizuela, gerente de operaciones de TBO. No es para menos. Hasta el momento los traductores representaban 70% del costo del servicio y ahora espera cortarlo a la mitad. “En una solución win-win con el profesional, lo transformamos en editor”, explica.

El corazón de la máquina de TBO es Moses, un decodificador de código abierto sostenido por el MIT, DARPA y un grupo internacional de universidades, desarrollo que abrió una revolución en los servicios de traducción. “Hasta hace cinco años sólo existían máquinas regidas por reglas que demandaban una compilación permanente y gran cantidad de  recursos. Ahora pasamos a proyectos de pequeños grupos y sólo meses de trabajo”, comenta Laura Alonso Alemany, investigadora del Grupo de Procesamiento de Lenguas Naturales de la UNC. Como consecuencia, la principal apuesta de los especialistas es el crecimiento en la industria, cuyo volumen ya ronda los US$31.000 millones, según estima Common Sense Advisory, firma de estudios de mercados especializada en servicios de traducción. Por falta de traductores o costos altos aún queda mucho por traducir, asegura un trabajo de Donald De Palm, investigador de la firma.

Para lograr la eficiencia de su máquina de traducción, TBO debió desarrollar  un sistema de reglas morfológicas y sintácticas, además de incorporar al traductor los manuales de estilo, la compatibilidad con herramientas estándar de la industria como Trados, amén de una interface gráfica  amigable. Su plan es poner en funcionamiento comercial la máquina para los servicios inglés-español en el primer  semestre del año y sumar luego las de inglés-portugués e inglés-francés. Para una segunda etapa se incluirán idiomas de alfabetos no latinos.

Autores

Redacción AméricaEconomía