Multimillonario, prófugo y presidiario, David Peñaloza vuelve a ser uno de los hombres más ricos de México.

David Peñaloza Sandoval era uno de los empresarios más importantes de México hace 20 años: su empresa Triturados Basálticos SA, (Tribasa) ganaba una y otra vez las concesiones de carreteras licitadas durante el aperturista gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), lo que le permitió acumular una fortuna superior a los US$ 1.100 millones. 

Cuando el peso mexicano perdió el 70% de su valor frente al dólar en 1994, encontró a Tribasa endeudada en moneda extranjera. Fue la debacle. 

Peñaloza huyó del país acusado de fraude. Después de seguirle la pista por Estados Unidos, Italia y Alemania, la Interpol lo atrapó en 2002 en España. Fue extraditado a México y mediante fianzas y amparos enfrentó su juicio en libertad.

Tras vencer las demandas y renegociar con sus acreedores, Peñaloza es hoy más rico que antes. Tribasa fue rebautizada como Promotora y Operadora de Infraestructura (Pinfra). Hoy tiene 19 concesiones para autopistas, una terminal aérea, un puente y un puerto. No le ha hecho daño el nuevo gobierno del PRI.

Pinfra obtuvo una utilidad operativa de US$ 215 millones. Sus acciones en el último año subieron 55%. “Es una opción muy atractiva y está en una posición envidiable para aprovechar las oportunidades en infraestructura de transporte en México”, dice Rodrigo Heredia, analista del banco de inversión Va por Más.