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Rogelio León, autor del libro Con aroma a flor: "Es mentira que uno nace emprendedor"
Lunes, Febrero 26, 2018 - 15:00

El ingeniero agrónomo de origen peruano dice que el perfil del emprendedor "se construye, se educa y se mejora". A continuación, León refiere sobre su libro y las claves que todo empresario debe considerar.

Rogelio León es un ingeniero agrónomo peruano que lanzó recientemente el libro "Con aroma a flor: la ecuación del éxito de los negocios del futuro", en el cual desde su experiencia atendiendo a productores agrícolas de Perú con financiamiento para sus negocios, quiso mostrar que la agricultura también puede ser un sector atractivo para invertir. 

León dice que esta industria es una "buena proveedora de casos de estudio, con errores, aciertos e interesantes lecciones que tranquilamente podrían ser aplicables a otras actividades económicas". Es en este mundo donde León dice ver cómo se crece y gana dinero, por lo que se cuestiona la creencia de que se trata de un negocio atado en el pasado, que no genera valor agregado ni aporta al desarrollo de los países. 

-¿Por qué elegiste el sector floricultor para hablar de negocios en tu libro?

Generalmente, la agricultura se asocia con la producción de alimentos o materia prima. Este encasillamiento se cae cuando hablamos de la floricultura, un negocio sui géneris enfocado al mercado de la expresión de sentimientos. Nicho asociado a una valoración subjetiva, con precios que no necesariamente dependen de la demanda y cuya rentabilidad es directamente proporcional a la prosperidad de sus mercados.

Aunque no lo parezca, la floricultura es también uno de los negocios con mayor desarrollo empresarial y tecnológico dentro de la agricultura. La eficiencia es la religión que mueve sus hilos. No se imaginan toda la ciencia invertida en generar, por ejemplo, nuevas variedades de flores, toda la tecnología asociada en los invernaderos donde lo producen o el increíble despliegue logístico para que en máximo 36 horas, las flores puedan estar en sus principales plazas de comercialización, alejadas a más de 4.000 km de las fincas de producción.

Hablamos además de un negocio multimillonario. Al 2017, el comercio internacional de flores cortadas alcanzó una cifra cercana a los US$ 9.000 millones. Si agregamos el comercio local del mundo, en un escenario conservador, tranquilamente multiplicarse hasta por tres.

-En el libro se menciona la experiencia de tres países en la producción de flores: Colombia, Kenia y China. ¿Qué tienen en común y qué destacarías de cada uno?

Se trata de un viaje temporal y geográfico por cada uno de estos países planteándose la pregunta ¿por qué, a pesar de sus notorias diferencias geográficas, culturales, etc., fueron capaces de desarrollar una industria de similar magnitud?

La respuesta estaría en las coincidencias que estos países tienen para la producción de flores de corte. Un conjunto de factores como: clima favorable, ecosistema empresarial (cluster), alta conectividad (aeropuertos, carreteras), sólido sector empresarial (gremio influyente y organizado) y cercanía a mercados de gran demanda.

Estos factores o elementos, terminan siendo los componentes de “la ecuación del éxito” para esta industria tan particular. Factores que han coincidido y se articulado en el momento oportuno. La falta de uno o varios de estos elementos, explica por ejemplo, la razón de que la floricultura no se ha desarrollado con la misma magnitud en Perú o Bolivia (solo por ponerlo como ejemplos).

De esto se trata “la ecuación del éxito”, de identificar esos factores mínimos (actores, entorno, condiciones, etc.) que son extremadamente necesarios para el desarrollo del proyecto/idea/emprendimiento que tengas. Si lo básico no se encuentra, entonces es probable que la puerta del fracaso esté más cerca que la del éxito.

-Ya que es clave para desarrollar una idea, proyecto o emprendimiento lograr “la ecuación del éxito”. ¿Cuál es la razón por la que varios aspirantes a emprendedores fallan? 

Yo creo que a muchos nos han inculcado que el éxito es directamente proporcional a la motivación y al esfuerzo invertido. Estas son las características del emprendedor, pero un emprendimiento exitoso requiere de mucho más. A veces, olvidamos evaluar la existencia de condiciones ideales (entorno y actores) para su desarrollo. Desde mi experiencia, muchos de los fracasos en un emprendimiento ocurren por dos razones:

Primero, no tienen claro el significado del éxito para sus emprendimientos. Para mí, el éxito no es otra cosa que alcanzar los objetivos trazados. El problema es que muchos emprendedores no saben exactamente a donde apuntan, no cuentan con metas claras y no saben en que momento pueden decir que lo han alcanzado. El éxito no es un punto estático. Son escalones continuos e intermitentes. Alcanzas un objetivo y vas por otro. El éxito debe dosificarse. Estratégicamente es más favorable tener muchos pequeños éxitos en lugar de uno gigante.

Y segundo, tampoco tienen identificado los factores que conforman su “ecuación del éxito”. Un emprendimiento (sea idea, proyecto o negocio), no se construye solo con sueños. Literalmente requiere “pisar tierra”, contar con un escenario donde se articulen y complementen un conjunto de elementos (entorno, condiciones, actores, etc.). Todo negocio tiene muchos factores, algunos son importantes y otros no, identificarlos es el trabajo que todo emprendedor debe realizar previamente. Si estos no están presentes y no hay reemplazos, es recomendable no continuar. Cegarte con el apasionamiento en una idea, muchas veces solo incrementa el dolor de una caída.

-Está la idea de que los negocios surgen de la nada o de la propia experiencia o necesidad, ¿qué pasa con la persona que hace un ejercicio de exploración para buscar un negocio interesante? , ¿cuáles deberían ser los pasos?

Aunque no suene tan romántico como el crear una nueva necesidad, muchos emprendimientos que surgen de un análisis consciente del entorno, en la mayoría de los casos, cuentan con mayores probabilidades de éxito. El ciclo ordenado para un emprendimiento debería ser:

1. Definir el proyecto.

2. Delimitar el significado del éxito para tu proyecto y como lo medirás.

3. Determinar si los factores de “la ecuación del éxito” para tu proyecto están presentes.

4. Planifica una estrategia para alcanzarlo. Plan A y plan B

5. Medir, retroalimentar y rediseñar.

- ¿Qué falta en América Latina para crear más negocios?

Latinoamérica es una región emprendedora por esencia, nacemos con este chip, el problema es que no todos cuentan con las condiciones de entorno y la presencia de aliados para impulsar el desarrollo de sus proyectos.

Somos una región que pese al incremento sustancial de los ingresos medios y el crecimiento en la democratización de la prosperidad, aún carecemos de conectividad suficiente (física y virtual) y donde la informalidad continúa siendo el principal escenario donde nos desenvolvemos.

Me ha tocado ver a muchos emprendedores luchar contra las limitaciones del entorno, invertir tiempo y recursos valiosos en tratar de construir un ecosistema más amigable, esforzándose por encontrar aliados, intentando ser formales cuando el resto no lo es, etc. Seamos claros en esto, las condiciones favorables deberían ser proveídas por los gobiernos, y dejar que los emprendedores se concentren en lo que verdaderamente son buenos: innovar y crear negocios.

La innovación y el emprendimiento deben ser políticas de estado. Con esto no quiero decir que los gobiernos asuman una actitud paternalista. Los empresarios latinoamericanos piden solo una cancha más equilibrada, con igualdad de oportunidades, con menos corrupción y que las políticas para impulsar el emprendimientos avancen a la misma velocidad.

-Una vez que el emprendimiento está en marcha, ¿qué se necesita?

Debe mantenerse alerta siempre, porque sentir algo de confianza es bueno, pero nunca deben asumir una posición de confort y un triunfalismo desmedido cuando se alcanzan pequeños éxitos. Los emprendedores deben sentirse siempre acosados por la posibilidad del fracaso. El riesgo nos mantiene atentos y muchas veces, saca lo mejor de nosotros.

También es recomendable que nunca perder el sentido común. No se tiene que dejar llevar por métricas complicadas, conceptos difíciles o procesos complejos. Fortalezca su equipo. Hoy los emprendimientos no se mueven por un faro, “muchos LED’s juntos, iluminan mejor”.

La retroalimentación tiene que ser constante. Y esto se logra mirando a ambos lados: a su interior para seguir mejorando y al exterior para identificar los cambios al que su sector/industria esté apuntando. No es conveniente que se aíslen, y por ningún motivo vean a sus competidores como enemigos.

También es importante que desarrollen un alto nivel de resiliencia. La capacidad de adaptación es la mayor virtud del ser humano. Así que, mientras los emprendimientos sean liderados por seres humanos, estos deben tener una alta cuota de esta virtud. Los emprendimientos deben siempre tener un plan B.

-Si el emprender es más intuición, ¿hay quienes tienen mejor olfato o por su experiencia saben mirar a donde otros no lo hacen? , ¿de qué está hecho el emprendedor?

El emprendedor está hecho de sueños y trabajo. Es mentira que uno nace emprendedor. Este perfil se construye, se educa y se mejora. Muchas veces, la necesidad y las caídas son las mejores maestras. Así que no hay que tener miedo de intentarlo, pero se debe hacer con mucho criterio.

-¿Qué otros sectores le llaman la atención en la región?

En particular, yo creo que los alimentos serán el gran negocio del futuro. El mundo nunca dejará de comer. Hoy hay menos áreas de siembra y menos personas dedicadas a la producción de alimentos, mientras que hay más personas en el mundo con mayor poder adquisitivo. Sin embargo, la agricultura como cualquier otro sector, no podrá desarrollarse de forma aislada.

Creo que a futuro no habrá un sector definido. Habrá más bien, clusters de sectores. Grupos de negocios interconectados cual equipos multidisciplinarios en pro de objetivos comunes y en el que solo podrán alcanzar resultados potentes si trabajan juntos.

Bajo esa perspectiva, creo también que el flujo de información y el procesamiento de grandes volúmenes de datos serán insumos valiosos para las empresas. El sector financiero seguirá jugando un rol trascendental a futuro. Un enfoque más ambicioso que permita por ejemplo, fortalecer emprendimientos con riesgos mitigados y que aseguren la sostenibilidad de ambos.

Autores

Daniela Arce