Tras 25 años del primer ingreso público a la World Wide Web (www), creada para "dar acceso universal a un gran universo de documentos" -y sobre la cual opera internet-, los cambios introducidos al cómo nos comunicamos, relacionamos y accedemos a la información han sido profundos y estructurales.
Internet no solo ha ampliado el acceso al conocimiento, transformado nuestra sociedad política, social, económica y culturalmente, sino que también ha hecho posible que se reduzcan las barreras de entrada a la participación, ampliando la democracia. En el ámbito de la economía internacional, esto nos ha conducido a que se reduzcan sustancialmente las barreras de entrada al comercio exterior, otorgando oportunidades a sectores que tradicionalmente han estado marginados, como las personas naturales, las micro y pequeñas empresas.
Además, gracias a la digitalización, ha surgido la denominada "economía digital", caracterizada por altas tasas de innovación, costos decrecientes, amplia gama de producción; requerimientos modestos de capital, lo que lo hace más accesible a los pequeños emprendimientos; acceso y salida frecuente de nuevos actores, y economías de escala en el consumo. Hoy en día, cualquier persona con una buena idea de negocio y con acceso a internet puede participar del comercio internacional.
En 2014, según Ecommerce Foundation, el comercio electrónico transfronterizo sumó US$328.000 millones a nivel global, es decir, 1,4% de las exportaciones mundiales de bienes y servicios. Esto, sin duda, nos presenta un desafío mayor para aprovechar esta nueva forma de operar las transacciones internacionales.
Es en este contexto que en Direcon-ProChile hemos creado el programa "Exporta Digital" que tiene como objetivo principal incentivar el uso de plataformas digitales de comercio entre los exportadores y empresas con potencial exportador del país. Entendemos que es una oportunidad para diversificar los canales de comercialización internacional, facilitar el negocio de las pymes en el exterior y sumar a nuevas empresas a la actividad exportadora nacional.
Este programa -que surge tras la firma de un convenio con el gigante chino Alibaba, en agosto de 2015-, capacita empresas en temas de comercio electrónico, les ayuda a generar un perfil en plataformas digitales y otorga la posibilidad de participar en acciones de promoción internacional. Un ejemplo de esto último es la reciente participación de Chile con cinco empresas del sector TIC relacionadas al comercio electrónico, software de servicios, seguridad y plataformas colaborativas, en la feria E-Commerce París 2016, que se realizó entre el 12 y 14 de septiembre.
Ésta es una de las ferias más relevantes de Europa en el ámbito del comercio electrónico, que reúne a todos los actores del sector en un mismo lugar. Este año asistieron más de 500 empresas, que presentaron una oferta integral en los distintos campos de la tecnología. Nuestras empresas tuvieron la oportunidad de reunirse con varias de ellas e intercambiar experiencias y prospectar futuros negocios en un campo que crece en promedio en 20% anual.
En 2017, se espera que las transacciones electrónicas transfronterizas representen el 18% del E-commerce en América Latina, una cifra interesante pero que queda pequeña si se la compara con el 40% esperado para Asia y el 33% de Estados Unidos y la Unión Europea.
Chile, sus exportadores y emprendedores, tienen que atreverse a usar esta herramienta para así incrementar nuestro comercio exterior y a la vez diversificar la oferta exportadora nacional. Nosotros acabamos de firmar un segundo convenio con un gigante chino del e-commerce, JD.com, y seguimos trabajando para ampliar aún más nuestra red y apoyando el desarrollo del comercio electrónico. Las posibilidades crecen cada día más, hay que aprovecharlas.