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Redes sociales, un aliado también para los presidentes
Lun, 11/08/2014 - 14:28

Núria Vilanova

Núria Vilanova
Núria Vilanova

Núria Vilanova es Presidenta del Capítulo Ibérico de la CEAL y presidenta de Inforpress.

Prácticamente todas las grandes empresas latinoamericanas tienen una página web y muchas tienen cuentas oficiales en las redes sociales, pero es más difícil encontrar  cuentas personales de altos directivos en la red. Para comprobarlo, basta seleccionar las mayores empresas multilatinas del ránking que publica AméricaEconomía y comprobar su huella digital. Resulta fácil localizar la web de estas empresas y sus cuentas en Twitter, Linkedin o Facebook, pero es más complicado rastrear la presencia de sus primeras espadas. Hay presidentes de multilatinas con cuentas en redes sociales, pero son contados.

Curiosamente, Latinoamérica es un continente con un crecimiento espectacular en internet. Según diversos estudios, un tercio de la población tendrá pronto una cuenta en una red social (las personas con conexión a internet superan en mucho este porcentaje) y los presidentes de gobiernos latinoamericanos son muy activos en la red. Tanto, que Cristina Fernández de Kirchner, Enrique Peña Nieto, Juan Manuel Santos o Dilma Rouseff, entre otros, aparecen en todos los ránkings de notoriedad online.

Papel de los presidentes. ¿Por qué esta brecha entre la presencia de las empresas en internet y la de sus líderes empresariales? Posiblemente piensan que con tener a la empresa la red es suficiente, pero eso no es cierto. Actualmente la marca y la propia reputación de la empresa se generan en la red. En la consultora que presido tenemos la oportunidad de hablar con numerosos empresarios de distintos países iberoamericanos, y se observa que hay una serie de líderes con una buena reputación off line que parecen haber renunciado a crear una reputación online propia. No es que no estén en internet, sino que han renunciado a controlar su identidad digital como parte de su marca personal.

Porque si no estamos nosotros en la red, otros estarán en nuestro lugar. Hagan una prueba. Comprueben los nombres de los presidentes y CEO de las mayores empresas del ránking y su presencia en internet. Aparecen cuentas con los mismos nombres que ellos, pero con los que no tienen nada que ver.

Hay que estar en internet, y debemos estar con voz propia y con el apoyo de nuestro equipo, porque el liderazgo online forma parte de la marca de la empresa. Es un proceso irrenunciable en la consolidación de la identidad. Actualmente, las marcas se crean y se destruyen en la red. En este proceso,  todos los colaboradores deben remar en la misma dirección.

Sin embargo, hay directivos que sufren vértigo por los cambios que provoca internet. Se estima que hasta el 40% de las empresas han limitado en algún momento el acceso de los empleados a internet, según datos de un estudio de 2011 recogido por la consultora Euram.

Nuestros embajadores online. Pero a los colaboradores no sólo hay que permitirles utilizar internet, sino que, con determinada cautela, debemos fomentar su uso. Unos colaboradores alineados con los objetivos de nuestra empresa y nuestra política de comunicación se convierten en los mejores embajadores de nuestra marca.

Las organizaciones deben reinventarse continuamente y, hoy más que nunca, debemos comunicar nuestros valores corporativos. Una empresa que aspire a ser líder debe serlo también en internet. El secreto para trabajar la reputación es conocer lo que los demás dicen de nosotros, cómo nos definen. Así podemos reforzar conceptos en base a objetivos de posicionamiento.

En este sentido, la red nos ofrece no sólo la posibilidad de hablar de nosotros, sino la oportunidad de escuchar a todos los stakeholders o grupos de interés: accionistas, empleados, proveedores, clientes, administración. Las redes se convierten así en un aliado imprescindible para transformar nuestra organización, una comunidad de personas aglutinadas en un interés común. Twitter, como el resto de las redes, no es sólo un canal de comunicación y de posicionamiento, es también una herramienta de negocio que nos permite detectar, a través de un diálogo fluido con nuestros públicos, las áreas que mejor funcionan de nuestras empresas y las actividades que debemos mejorar.

En realidad, no hay alternativa. En internet hay que estar y, además, hay que liderar la conversación. Si lanzamos los mensajes adecuados y mantenemos una actitud abierta y proactiva; si dialogamos con los grupos de interés y les hacemos partícipes de nuestros objetivos, multiplicaremos el impacto de nuestras opiniones y conseguiremos que los stakeholders sean los embajadores de nuestra marca.

Sólo así seremos, entonces, líderes en la sociedad y en la red.

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