¿Te ves representado por la televisión brasileña? ¿Estamos hoy mejor que ayer en relación al derecho a la información y a la libertad de expresión?
El año 2015 comenzó con el debate candente sobre la regulación de los medios en Brasil. Sin embargo, desgraciadamente, algunas personas confunden regulación de los medios con censura.
Debemos entender cómo funcionan los medios de comunicación brasileños. En Brasil, un mismo grupo empresarial puede ser propietario de canales de televisión abierta, de radios, periódicos, canales de televisión paga, sitios web, editoriales y demás vehículos de comunicación. Y, encima, dicho grupo no tiene obligación de estar instalado en una región determinada, desde donde transmitir y hacia donde transmitir; es decir que la emisora de radio o televisión del interior de un estado puede transmitir contenidos del Sur o del Sudeste (regiones más ricas e industrializadas del país).
Hace poco, el diputado Eduardo Cunha (del partido del Movimiento Democrático Brasileño en Río de Janeiro) fue electo presidente de la Cámara de Diputados para el bienio 2015-2017, lo cual representa una tragedia para Brasil en varios sentidos. El abogado de Cunha utilizó documentos falsos para intentar librarlo de la acusación de fraude en las licitaciones. Además, Eduardo Cunha se opuso a la neutralidad de la red y a la privacidad del usuario en el Marco Civil de Internet, está en contra del aborto. Por último, está en contra de la regulación de los medios.
El proyecto Donos da Mídia (“Dueños de los Medios”) identificó a los políticos que tienen participación directa en emisoras de radio y televisión:
Prefectos 54,24%, Diputados Estatales 20,3%
Diputados Federales 17,71%, Senadores 7,38%
Gobernadores (Estatales) 0,37%
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Pero, ¿qué es lo que dice la Constitución brasileña?
Art. 220. La manifestación del pensamiento, la creación, la expresión y la información, a través de cualquier forma, proceso o vehículo, no sufrirán restricción alguna, según lo dispuesto en la presente Constitución.
5º – Los medios de comunicación social no pueden, directa o indirectamente, ser objeto de monopolio u oligopolio.
No puede existir monopolio u oligopolio en la comunicación y, aun así, más de 70% de los medios de comunicación son controlados por seis familias.
Art. 221. La producción y la programación de las emisoras de radio y televisión acatarán los principios a seguir:
I – preferencia por finalidades educativas, artísticas, culturales e informativas;
II – promoción de la cultura nacional y regional y estímulo a la producción independiente que objetive su divulgación;
III – regionalización de la producción cultural, artística y periodística, según porcentajes establecidos por ley;
IV – respeto a los valores éticos y sociales de la persona y de la familia.
Como mencionado anteriormente, no existe producción de contenido regional o local. Los contenidos se resumen al eje Río – San Pablo.
Además, los programas sensacionalistas de televisión violan los derechos humanos y, principalmente, los de los jóvenes negros.
¿Cómo funciona esto en los otros países?
VENEZUELA: Venezuela fue el primer país a aprobar un reglamento para las telecomunicaciones. La Ley Orgánica de las Telecomunicaciones busca garantizar el derecho a la comunicación y crea la Comisión Nacional de Telecomunicaciones, instituto autónomo cuya función es la de “administrar, regular, ordenar y controlar el espacio radioeléctrico”. Actualmente, 37 emisoras de televisión y 244 radios comunitarias están en actividad en el país. La mayoría recibió equipos y capacitación técnica por parte del propio gobierno para comenzar a funcionar.
ARGENTINA: La Ley de Medios fue aprobada en el año 2009, luego de un largo proceso de debates conducidos por la presidenta Cristina Kirchner y del cual formaron parte movimientos estudiantiles, sindicales y sociales, representantes académicos y propietarios. La ley prohíbe que un mismo operador brinde servicios a más del 35% de la población del país e impide que la misma persona tenga la concesión de televisión abierta y paga en la misma localidad.
BOLIVIA: Bolivia aprobó, en el 2011, la Ley General de Telecomunicaciones, tecnologías de información y comunicación. La ley tiene como foco a las poblaciones nativas, lo cual queda demostrado en la distribución de frecuencias por sectores: hasta 33% para la comunicación estatal; 33% para la explotación comercial; 17% para la comunicación social comunitaria y hasta 17% para poblaciones indígenas, campesinas y comunidades interculturales y afro-bolivianas.
INGLATERRA: Uno de los objetivos del Parlamento inglés es garantizar que los ciudadanos tengan acceso a una variedad de servicios de óptima calidad, que estén protegidos del abuso del poder económico y que sean establecidas normas mínimas de decencia y privacidad. La regulación de los medios está a cargo de la Ofcom, la cual puede aplicar sanciones financieras con valores de hasta un millón de libras esterlinas (cerca de tres millones de reales).
ESTADOS UNIDOS: En Estados Unidos existen reglas que imponen ciertos límites sobre la cantidad de estaciones de radio y televisión que una misma empresa puede controlar en un determinado mercado. Dichos límites varían según el tamaño del mercado y su objetivo es impedir que un mismo grupo tenga el control total sobre la audiencia en determinada área.
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¿Notaron la diferencia? ¿Se dieron cuenta de que regular la comunicación no significa censurar?
¡Tú puedes ayudarnos en esto! La sociedad civil comenzó a juntar firmas para el Proyecto de Ley de Medios Democráticos con el objetivo de establecer un nuevo marco regulatorio para las comunicaciones electrónicas en Brasil. Es necesario que tengamos medios que den valor a la pluralidad, a la diversidad, a la libertad de expresión, que sean transparentes… a fin de cuentas, medios democráticos.
¡Listo! Ahora tú sabes por qué en Brasil hay personas y partidos que afirman que la regulación de los medios significa censura.
*Esta columna fue publicada originalmente en el centro de estudios públicos Asuntos del Sur.