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República Glaciar: Chile tenía glaciares, pero no eran de nadie
Mié, 26/03/2014 - 09:50

Loreto Oda Marín

Botar o no botar, esa es ahora la cuestión
Loreto Oda Marín

Loreto Oda es periodista de AméricaEconomía.com

Estaban en blanco. Literal y metafóricamente. Fue gracias a un vacío constitucional que ahora esa zona, prácticamente olvidada al sur del mundo, está llena de posibilidades y ha llamado la atención. Ahora ese lugar no es nada menos que una micronación, luego que Greenpeace fundara el 5 de marzo República Glaciar, con el fin de proteger esas masas milenarias de hielo, en el sur de Chile.

Este nuevo país es una forma de protestar por el vacío legal chileno que no reconoce este recurso como parte de su soberanía, por eso los fundadores de la República de 23.000 km2, en medio de Los Andes, ya cuentan con bandera y tienen embajadas en más de 40 países -entre las que se cuentan las ubicadas en Santiago de Chile, Buenos Aires, Madrid, Ámsterdam, Sao Paulo, México y Berlín-. Sólo cuando el país sudamericano proteja y reconozca como bien de todos los chilenos los glaciares, este territorio será devuelto.

La noticia estalló cuando ya era una verdad sin vuelta atrás, cuando se había convertido en una protesta legal viralizada con mucha celeridad a través de las redes sociales. De hecho, fue un tortazo en la cara de las autoridades que ya se marchaban detrás de su líder, Sebastián Piñera, cuando no tenían nada que hacer. Aplausos, ¡chapeau! para Greenpeace.

En cuanto vi la noticia, a principio de mes, me deslumbró por muchas razones. Una de ellas es la astucia de estos defensores del medio ambiente para hallar un vacío legal, aferrarse a éste y convertirlo en un proyecto que denuncia con elegancia cómo la clase política chilena ha desatendido, por omisión o con intención, los glaciares. No faltará el que piense que la superficie de esta nueva República no es gran cosa, si se le compara con el territorio chileno antártico que asciende a una superficie de 1.250.257,6 km2, pero se trataría de una mirada cínica, que no advierte lo evidente: el acierto creativo de Greenpeace, una exitosa campaña comunicacional, de gran peso simbólico, que denuncia que los glaciares están siendo destruidos por emprendimientos mineros que pueden afectar gravemente el ecosistema.

No por nada cada día ganan más adeptos. Hoy son más de 68 mil los chilenos que se han inscrito como "ciudadanos de República Glaciar", en poco más de 20 días de campaña. De hecho, decenas de ¿glacianos, glaciaros? ¡Glaciarenses! marcaron presencia en la llamada "marcha de todas las marchas", manifestación multitudinaria realizada en Santiago, el pasado sábado. Y ya con un ciudadano ilustre muy ad hoc, el antipoeta Nicanor Parra.

Con pasaporte en mano, ahora los ciudadanos de esta República tienen un elemento más de fuerza social para demandar una Ley de Protección de Glaciares que los consagre como bien público para todos los chilenos. Aunque es cierto que esta iniciativa es una puerta que recién comienza a abrirse; tendremos que aguardar para saber cómo reaccionará ante República Glaciar la nueva administración recién llegada a La Moneda.

Chile tenía glaciares, pero no eran de nadie.

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