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El cacao ecuatoriano ante el alza mundial de precios: ¿la oportunidad histórica de la “pepa de oro”?
Viernes, Marzo 22, 2024 - 18:30
Fuente: Cárdenas Chocolates

Con precios superiores a US$ 8.500 la tonelada en el mercado internacional y un marco regulatorio favorable, los productores de cacao aún deben lidiar con el cambio climático y las exigencias del mercado europeo para vender la llamada “pepa de oro”.

La fama del cacao como materia prima del chocolate es universal. Como base de golosinas, postres, bebidas y hasta productos de belleza, el cacao ha sorprendido en estas últimas semanas al experimentar un alza inusual en sus tarifas globales. Este 22 de marzo, alcanzó un precio de venta de US$ 8.603 por tonelada métrica, según IFC Markets. Se trata de un incremento del 25% en una semana y un alza del 215% en comparación con el año anterior.

Las causas se remontan a una caída abultada en la producción de cacao en Costa de Marfil y Ghana. En estos países de África Occidental, se ha presentado desde el año pasado un brote de “vaina negra”. Se trata de un hongo agresivo y de rápida expansión que destruye las mazorcas y prospera en ambientes de excesiva humedad. Es otra consecuencia notable del Fenómeno de El Niño, que afecta al planeta desde 2023 y en ambas naciones africanas, genera lluvias excesivas que estropean los cultivos.

“Se habla de un déficit de 500.000 toneladas en Costa de Marfil y Ghana, lo cual obviamente al representar el 70% de la producción mundial de cacao, genera un vacío en el mercado. Esto a su vez ocasiona una ola especulativa en los mercados de Nueva York y Londres, generando alzas históricas que tienen incidencias a nivel mundial”, explica Iván Ontaneda, ex ministro de Producción de Ecuador y actual presidente del directorio de la Asociación Nacional de Exportadores de Cacao (Anecacao) para AméricaEconomía

LAS RESTRICCIONES EUROPEAS

Cabe destacar que el cambio climático es únicamente la punta del iceberg del déficit de producción. Geff Endara, empresario ecuatoriano radicado en España y CEO de GenGroup Corp, consorcio dedicado al comercio internacional de cacao, café y otros commodities, señala que las restricciones de la Unión Europea (UE) en torno a las condiciones de exportación han impactado la agroexportación desde Latinoamérica y África.

“La normativa europea ha exigido buenas prácticas agrícolas a los productores de cacao y otros productos que conllevan evitar el uso de químicos nocivos para el medio ambiente. Lamentablemente, las enfermedades de las plantas necesitan muchas veces estos acompañamientos químicos para evitar la expansión de las plagas. Al impedir el uso de glifosatos u otros compuestos y ante la ausencia de métodos alternativos, la producción se ha visto afectada”, declaró Endara para AméricaEconomía

Las consecuencias inmediatas del alza implican una disminución en la adquisición de cacao en los mercados internacionales. Desde su perspectiva, Endara nota que los compradores europeos ahora son más selectivos al momento de utilizar la materia prima para ciertos productos.

“Esto quiere decir que si se tiene prevista la elaboración de una cantidad determinada de bombones, barras o sucedáneos, se limita a elegir el producto que más rentabilidad le genera a esta industria. Ahora se apuesta más por las chocolatadas, pues es un producto que genera mayores ganancias, debido a que aplica el mayor volumen de producción o de transformación de la materia prima. Los cosméticos, derivados de la manteca de cacao, también son un claro ejemplo”, explica Endara. 

Puede resultar irónico, pero Ecuador, un país, históricamente afectado por los embates de El Niño, es el protagonista entre los beneficiados por el alza mundial del cacao. Como muestra, en la última edición del certamen Cacao of Excellence, entre los diez mejores productores, se premió a dos ecuatorianos. Por otro lado, las cifras macroeconómicas más recientes son alentadoras: de acuerdo al Banco Central de Ecuador, las exportaciones nacionales de cacao y derivados han crecido más de un 40% desde 2021. En dicho año, además, se reportaron ventas por US$ 940,3 millones y para 2023, estas habían ascendido a US$ 1.322,8 millones.

Puertas adentro, el país cuenta con más de 138 empresas registradas que se dedican a la preparación de chocolate y productos elaborados, según Anecacao. De esta suma, alrededor de 61 empresas exportan sus bienes al extranjero. Asimismo, entre los principales receptores del cacao ecuatoriano, se encuentran Estados Unidos, Alemania, España, e incluso, economías asiáticas emergentes como Indonesia y Malasia. Queda claro que las mazorcas cuentan con difusión internacional, pero surge la duda cuánto reciben los productores ecuatorianos a cambio y en un contexto atípico.

En ese sentido, Ecuador sale bien parado, debido a que sus agricultores reciben uno de los porcentajes más altos sobre el precio internacional del cacao. “No tenemos una regularización que impide que el productor acceda a estos precios. Esto permite que reciba el 92% del precio de farm gate. Hablamos que hoy un agricultor está recibiendo ganancias mayores a US$ 350 por un quintal de cacao. Mientras que hace un año, solo obtenía US$ 100”, declara Ontaneda. Finalmente, a diferencia de los países africanos, en Ecuador, hay mejor disponibilidad de mano de obra en la industria cacaotera, debido a la ausencia de esclavitud y trabajos forzados en el sector. 

EL CAMBIO CLIMÁTICO COMO DESAFÍO

Sin embargo, la naturaleza es independiente a los sistemas creados por los humanos y por ende, no todos los productores de cacao se han escapado de sufrir problemas similares a sus símiles africanos. Desde hace seis años, la periodista Susana Cárdenas dirige Cárdenas Chocolate, una empresa que utiliza la variedad nacional de cacao ecuatoriano para fabricar chocolates de esencia purista con la finalidad de venderlos en el mercado interno y europeo. 

Maravillada desde su infancia por el olor frutal del cacao y el ambiente pacífico del valle de Chone, ubicado en Manabí, al noroeste de Ecuador, Cárdenas logró posicionar su marca en el viejo continente al punto de ganar 12 premios consecutivos en la Academia de Chocolate de Londres. Actualmente, para potenciar la marca, emplea la producción de su finca personal, así como una serie de propiedades pertenecientes a sus socios locales. No obstante, el cambio climático les ha obligado a afrontar el momento más crítico del emprendimiento. 

“Este año ha sido totalmente atípico. En los años anteriores, para cuando llegaba marzo, se cosechaba en una sola finca entre 1.200 a 1.300 libras de cacao. Ahora llegamos, si somos bendecidos, a 200 libras de cacao”. ¿Qué es lo que pasó? El Niño llegó tarde, pero llegó finalmente y esta zona fue totalmente inundada. Eso obviamente ha afectado a toda la cosecha”, relató Cárdenas para AméricaEconomía.

De esta forma, el río Chone y sus afluentes, fuentes de vida del valle, arrasaron con múltiples plantaciones y la humedad resultante generó plagas de hongos e insectos que diezmaron la producción, tal como sucedió en África a mayor escala. Para Cárdenas, el impacto fue mayor, debido a que los picos de cosecha en el valle del Chone se concentran entre diciembre y abril, periodo en que El Niño se ha manifestado con suma intensidad. “Generalmente nos gusta cosechar al inicio del periodo, porque normalmente es el momento cúspide de producción. Por ello, nuestras ediciones son muy limitadas”, sostiene Cárdenas.

Cuando a fines de 2023, el alza mundial del cacao comenzaba a ser una realidad, la empresaria chocolatera estimó que el quintal seco de la mazorca alcanzaría los US$ 300. Hoy, Cárdenas admite con sorpresa que sus predicciones fueron ampliamente superadas: si la tonelada métrica de cacao supera los US$ 8.600, entonces ella espera que el quintal ya se cotiza al menos en US$ 375, una cifra aún mayor que la expuesta por el presidente de Anecacao.  Supone un alza que, en tiempos de bonanza productiva, es beneficiosa para los productores, pero es un desafío, tanto para los chocolateros que deben lidiar con una materia prima costosa, así como los productores que enfrentan períodos de escasez.

PENSAR A CORTO Y LARGO PLAZO

A pesar de este revés, Cárdenas no pierde el optimismo ante el potencial de la llamada “pepa de oro” de Ecuador. “El año pasado, tuvimos una cosecha generosa. Y en esta ocasión, si bien necesitamos una reevaluación de precios, confío que nuestro nicho de mercado en Europa sabrá apreciar la diferencia entre un chocolate de origen desconocido con uno fabricado con un cacao nacional de origen, de una zona que viene produciendo desde 1890. Hay una tendencia muy fuerte que surgió en Estados Unidos con el movimiento Bean to Bar y que después, se extendió a Europa. Abarca tanto a productores artesanales como los de mayor escala”, explica Cárdenas.

Sobre las variedades preferidas por el mercado europeo, la empresaria aclara que los clientes suelen ser muy puristas: apuestan por chocolates con altos porcentajes de cacao, sin importar el amargor. Aunque en Suiza, ha cobrado relevancia algunas alternativas peculiares como el chocolate con café jipijapa, una variedad también oriunda de Manabí. 

“El cacao ecuatoriano actualmente se encuentra muy bien posicionado en Alemania, Francia y parte de Suiza. Sus principales competidores son las variedades provenientes de Centroamérica y Perú, aunque hay una realidad compartida para todos: la temporada alta no durará mucho. La venta máxima se produce entre abril y mayo; de junio en adelante, se produce una caída”, advierte Geff Endara. 

El empresario añade que la industria latinoamericana en general carece de políticas que impulsen la conversión de plantaciones alternativas en cacaoteras. Para cuando empiece la producción en las pocas nuevas plantaciones, los países africanos habrán recuperado sus cuotas en el mercado y los precios volverán a la normalidad. Vale la pena preguntarse si esta alza mundial es un simple espejismo para la “pepa de oro” ecuatoriana o una nueva oportunidad para relucir entre los amantes del chocolate, los productos de belleza y el buen gusto.

Autores

Sergio Herrera Deza