Según las estimaciones del Banco Mundial, Colombia puede crecer por encima del 4% este año. Sin embargo, señales de desaceleración en industria, agro, minería y comercio preocupan al Banco de la República.
En medio de una recuperación de la economía mundial que camina a tres velocidades —la lentitud de Estados Unidos, la continuidad de pronósticos negativos para Europa y el buen ritmo que han mantenido las economías emergentes del mundo, que al cierre del año podrían expandirse a tasas del 5,3%—, el Banco Mundial ve en sus estimaciones que Colombia se está acercando a un nivel de crecimiento potencial pese a que en 2012 su PIB fue menor que el registrado en 2011 (cerró en 4%).
Gloria Grandolini, directora del Banco Mundial para Colombia y México, estimó que al terminar 2013 el país puede crecer 4%, o incluso más, ya que se debe esperar cómo reacciona la economía con la reducción de tasas de interés y con un incremento en el gasto. Por ejemplo, el que se deriva de los recursos provenientes de las regalías. “Para 2014 podría darse un crecimiento del 4,5%, contando con una mayor productividad. El país necesita reformas que toman tiempo en concretarse”.
Este último pronóstico, dado a conocer por Grandolini, también se sustenta en que el país ha mantenido fuertes sus finanzas públicas, en que se ha endeudado a bajo costo y en la conservación de la flexibilidad cambiaria. “Hay buenas noticias para América Latina. Hay mucha liquidez que se va a países emergentes como Colombia. Eso favorece el crecimiento de la inversión extranjera. Además, los precios de las materias primas siguen siendo buenos”.
De igual modo, Issam Abousleiman —gerente del Banco Mundial para Colombia desde abril pasado— ve que el país, en comparación con muchas regiones como Europa, tiene buenas proyecciones de crecimiento para los próximos años.
Sin embargo, Grandolini resaltó que a la economía nacional le siguen afectando factores como una elevada tasa de informalidad acompañada de un desempleo estructural alto, baja productividad, una concentración de las exportaciones (un 70% se traducen en productos derivados del sector minero-energético) y la falta de vender al exterior productos con un mayor valor agregado. En contraste, destacó que la ley de reforma tributaria sancionada en enero pasado sí va a contribuir a la modernización del mercado laboral, debido a la reducción en los costos de contratación.
“La brecha de infraestructura continúa siendo muy grande. Eso es importante para ayudar al comercio exterior. Esto podría ser una buena oportunidad para aumentar la participación del sector privado. También vemos que otro factor a tener en cuenta es la calidad de la educación en Colombia”, agregó la directora.
Frente al pronóstico que da el Banco Mundial, César Ferrari —ex director del Banco Central del Perú y docente de la Universidad Javeriana— aseguró que “ese tipo de estimaciones son dudosas. Entiendo la posición del Banco Mundial porque está como invitado. Hablar de un 4% me parece una tasa elevada y no coincide con las predicciones de Fedesarrollo. Vamos a estar por debajo de ese nivel al terminar el año”.
Otra cosa que está nublando el panorama para la economía colombiana este año, según Ferrari, es que los niveles de inversión en sectores como minería e hidrocarburos están comenzando a disminuir y que, por otro lado, el Gobierno está tratando de compensar la revaluación del peso “a punta de subsidios, particularmente para el agro. Todo esto puede llevar a una estabilidad fiscal no tan buena”.
De acuerdo con un informe del Banco de la República, la economía colombiana aún sigue creciendo por debajo de su potencial, en un contexto de inflación controlada. Sin embargo, se espera que en lo que resta del año “reaccione el gasto agregado a las acciones previas de política monetaria y a los programas de inversión anunciados por el Gobierno”. Esto se traduciría en un crecimiento de 4,3% para 2013.
Aún así, la caída en la producción de carbón y señales de desaceleración en sectores como construcción, comercio, agro e industria no dejan de preocuparle al Emisor. A esto se suma que las exportaciones nacionales, al corte de febrero pasado, se redujeron más de 6%.