En Brasil, un estudio halló que la población paga US$13.000 millones adicionales sólo para sentirse segura, mientras que en Uruguay la actividad económica sufre un impacto negativo de más de un 3% del Producto Interno Bruto (PIB).
Nueva York, Reuters. El crimen no paga es un famoso dicho. Pero sin dudas cuesta.
Una serie de estudios encargados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) cuantifican el costo del crimen y la violencia en América Latina y el Caribe usando una combinación de estadísticas económicas, sanitarias y de criminalidad para llegar a nuevas conclusiones.
En Brasil, un estudio halló que la población paga US$13.000 millones adicionales sólo para sentirse segura, mientras que en Uruguay la actividad económica sufre un impacto negativo de más de un 3% del Producto Interno Bruto (PIB), y además los impactos generacionales a largo plazo se encuentran en la salud de los bebés nacidos de madres que sufrieron violencia física.
"La gente paga por una sensación de seguridad", dijo David Vetter, autor principal del estudio que examina el impacto de la inseguridad resultante del crimen en el valor de las propiedades residenciales en las áreas metropolitanas de Brasil.
"Hay mucha más gente que tiene miedo del crimen y que no son víctimas de crímenes", dijo Vetter a Reuters en una entrevista telefónica.
Un tema común en los ocho estudios presentados es que las mujeres, los niños y las familias en general son los más afectados por el crimen y la violencia.
El BID señala que la región registra una de las tasas de homicidios más altas del mundo y es donde se encuentran 20 de las ciudades más violentas del globo.
Sin embargo, proyecciones del Fondo Monetario Internacional muestran que el crecimiento económico de un 3,6% de América Latina y el Caribe para este año es más del doble que el 1,4% para economías avanzadas y supera al 3,5% pronosticado para todo el mundo.
Ese nivel de crecimiento oculta, de alguna manera, el impacto del crimen y la violencia en las economías de la región.
En el estudio de Vetter, los costos de vivienda en Brasil están inflados en US$13.600 millones, basados en una "fuerte y significativa relación entre el alquiler mensual y la sensación de seguridad en la casa".
"Las implicancias del crimen en el bienestar de la región son potencialmente mucho mayores. La violencia no sólo victimiza a los individuos, sino que también socava la confianza en las instituciones públicas", dijo Ana Corbacho, economista de la división de Instituciones para el Desarrollo del BID, en un comunicado.
"La violencia y el crimen constituyen la mayor preocupación de las poblaciones de América Latina y el Caribe, superando otros temas como el empleo y la salud", dijo el BID en un comunicado.
Violencia del narcotráfico. Gran parte de la violencia en la región se puede atribuir al comercio de estupefacientes.
Una guerra del narcotráfico que asola a México ha llevado a una caída en la actividad económica en las municipalidades donde predomina la violencia relacionada con las drogas, halló otro estudio.
El mes pasado, el fiscal general mexicano, Jesús Murillo, estimó que unas 70.000 personas murieron en violencia relacionada con drogas durante el Gobierno del ex presidente Felipe Calderón, con casi 9.000 cuerpos identificados.
El estallido de la violencia siete años atrás entre cárteles rivales y la ofensiva del Gobierno contra los traficantes sirve como una línea de demarcación en el crecimiento económico.
Utilizando tasas de consumo eléctrico como un indicador del crecimiento económico en México, investigadores de la Universidad de Stanford hallaron que el nivel de actividad económica desde el 2006 entre las municipalidades con violencia relacionada con drogas y las que no se veían afectadas por ello era totalmente diferente.
En el período 2006-2010, las áreas donde los crímenes relacionados con el narcotráfico eran mayores quedaron rezagadas económicamente ante zonas menos violentas en un 6,8 por ciento por año.
Un segundo estudio de México hecho por economistas de la Universidad de Maryland, el Instituto Tecnológico Autónomo de México y la Universidad de Stanford halló que un aumento de un 1,0% en el número de homicidios resultó en una caída de un 1,8% en los precios de las viviendas en las áreas afectadas.
En Uruguay, el costo de la violencia para la economía fue de US$1.200 millones al año, o un 3,1% del PIB.
Mujeres y niños primero. Un tema presente en todos los estudios centrados en problemas sociales y de salud es el significativo impacto del crimen y la violencia en mujeres y niños y los efectos generacionales a largo plazo en salud, educación y gasto en medicamentos.
"Los niños cuyas madres sufren violencia física tienen problemas de salud", dijeron investigadores de la Universidad de California, en Riverside.
En su estudio sobre violencia doméstica contra mujeres en los censos demográficos y de salud en Colombia, República Dominicana, Haití, Honduras y Perú, los investigadores hallaron que los efectos negativos en niños menores de 6 años ocurren incluso antes de que nazcan.
Una mujer de entre 15 y 49 años que sufre abuso doméstico posiblemente tenga menos de las cuatro visitas prenatales obligatorias al médico. Los niños, una vez que nacen, son más propensos a sufrir diarrea en los últimos 15 días y tienden a mostrar bajo peso.
El estudio halló que las vacunas son menos que las dadas a niños cuyas madres no sufren violencia y que la altura de los niños se ve afectada.
Según otro estudio, las mujeres embarazadas en Brasil son más propensas a dar a luz a bebés con bajo peso si viven en áreas con altos índices de criminalidad y si recibieron poca educación.
"Esto sugiere que la violencia se suma a los mecanismos que afectan la trasmisión del estatus socioeconómico entre padres y sus hijos", escribieron los investigadores de la Universidad de Leicester y la Universidad Queen Mary de Londres.