Varios países de la UE importan plasma de yeguas preñadas en Argentina y Uruguay para agilizar la cría de cerdos. Diversas organizaciones denuncian el maltrato que sufren los equinos con este tipo de prácticas.
Un documental publicado por la organización alemana Animal Welfare Foundation (AWF) y la suiza Tierschutzbund Zürich (TSB) sobre el maltrato que sufre el ganado equino en Uruguay y Argentina ha despertado la atención de la opinión pública alemana. Según un artículo publicado por el periódico Süddeutsche Zeitung, en las granjas de caballos que la empresa Syntex S.A. tiene en ambos países, miles de yeguas son presuntamente torturadas a diario con la extracción de sangre para procesar una hormona conocida como PMSG, que se usa con fines industriales.
Tras varios meses de investigación en localidades donde tiene sus granjas Syntex, AWF y TSB produjeron el documental Blood Farms, en el que denuncian el presunto maltrato al que estas empresas someten a los caballos sin el conocimiento de las autoridades uruguayas, argentinas y europeas competentes.
Según los activistas de estas dos organizaciones y de la uruguaya For the Animals Uruguay (FTA), la actividad conocida como “sangría” se viene realizando desde hace treinta años en los dos países sudamericanos porque las leyes no permiten hacerlo en Europa.
En una grabación con cámara oculta, el veterinario encargado de una de las granjas de la empresa Syntex, Fernando Perdigón, declina explicar cómo es el proceso de extracción aludiendo a que “es un secreto comercial que no voy a revelar”. Segundos después, ante la insistencia del entrevistador, resume brevemente los pasos a seguir: “Las yeguas quedan preñadas, se extrae la sangre de la cual se extrae el plasma, que es congelado y exportado”.
El proceso de producción de la hormona PMSG implica una extracción semanal de 10 litros de sangre a yeguas preñadas para su posterior tratamiento. Lo que no explica el doctor Fernando Perdigón, actual catedrático de Veterinaria de la Universidad de la República, es que para que la sangre sea productiva, la intervención debe realizarse entre los 40 y 130 días de gestación. Una vez pasado ese período en el que se extraen semanalmente los 10 litros de sangre por la vena yugular, se introduce la mano por el útero de la yegua con el fin de romper la placenta y provocar, así, “un aborto espontáneo”, explica un extrabajador en el documental.
Tras la brutal interrupción inducida de la gestación, hay yeguas que pueden volver a ser montadas, otras sobreviven dos o tres años antes de morir por anemia o causas adyacentes al aborto y, aquellas que no pueden volver a reproducirse, son abandonadas o enviadas a frigoríficos aprobados por la Unión Europea. Un empleado de Sarel, uno de los tres frigoríficos de este tipo que funcionan en Uruguay, confirma que regularmente faenan yeguas utilizadas para la “sangría”.
En entrevista con Deutsche Welle, el presidente de la Sociedad de Medicina Veterinaria del Uruguay (SMVU), Dr. Carlos Morón, asegura que no le consta “que en esos establecimientos se produzca el maltrato animal”. Aunque reconoce que él no ha visitado ninguna de esas explotaciones, insiste en que en Uruguay “existe una ley y una comisión de bienestar animal, en la cual mi sociedad tiene un delegado, y a la que no ha llegado ninguna denuncia de ese tipo. Las denuncias deben ser formales, por escrito y no basadas en un comentario de Facebook o Internet”.
Cuando es preguntado acerca de los productos en cuestión, asegura que como “veterinario de ejercicio libre que trabaja con vacas, uso esos productos y no tengo elementos para decirle que -empresas como Syntex- estén haciendo un maltrato animal. Nosotros somos defensores del bienestar animal a ultranza”. Y añade: “Provocar el celo está permitido legalmente, aceptado acá y mundialmente”.
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Hormona señalada. La Gonadotrofina Coriónica Equina (eCG o PMSG, por sus siglas en inglés) que compran las farmacéuticas europeas IDT Biologika (Alemania) y MSD Animal Health (Suiza, Alemania y Holanda), es una hormona producida por las yeguas gestantes que es utilizada en terapias reproductivas y sirve para influir y elevar la capacidad reproductiva de ciertos animales, como por ejemplo los cerdos. “Un método practicado desde hace décadas que sirve para aumentar y sincronizar la entrada en celo es la administración de PMSG al respectivo animal para detener el ciclo 24 horas después de la separación de sus crías. Si se usa de manera adecuada, con cerdas híbridas saludables, es de esperar que más del 95 por ciento de los animales entren en celo en pocos días”. Esta es la descripción que hace del producto en cuestión la farmacéutica alemana IDT Biologika en su página web. Para promocionar el fármaco, la empresa utiliza el siguiente eslogan. PMSG: Armoniza a tus cerdas.
Según IDT Biologika, el uso del PMSG implica una reducción significativa del número de días poco productivos para los ganaderos, así como una mayor facilidad a la hora de planificar jornadas de trabajo. “Todo gracias al producto natural PMSG”, concluye.
El problema que plantean asociaciones como AWF y TSB es la falta de legislación o control legal que hay sobre esta actividad en Uruguay y Argentina. El objetivo de su campaña es frenar el ingreso de PMSG a la UE y, para lograr la prohibición, cuentan con el apoyo de las organizaciones Eyes on Animal (Holanda), Animals Angels (EE.UU), L214 Etique et Animaux (Francia) y For the Animals (Uruguay), que en su país cuenta con el respaldo de la ONG Mary Brown Animal Help, Libera delegación Uruguay y el grupo Basta de maltrato animal.
Empresa afectada. Con el fin de conocer la opinión de la empresa acerca de estas prácticas, Deutsche Welle trató de ponerse en contacto con directivos de Syntex S.A. que rechazaron hacer ningún comentario al respecto. Sin embargo, el director técnico de Syntex S.A. Argentina, Ignacio Videla Dorna, emitió un comunicado en el que reconoce la existencia de una filmación de "animales supuestamente propiedad de Syntex S.A. Argentina en la que se observan animales sometidos a prácticas que están vedadas en nuestro manual de Bienestar Animal, pero que lamentablemente son frecuentes en muchos establecimientos agropecuarios de la región". Además, recuerda que los productos de la compañía están aprobados en muchos países que "han auditado nuestras instalaciones y prácticas, habiendo sido certificados por los organismo públicos y privados correspondientes".