El ministro de Asuntos Exteriores británico, David Cameron, dijo desde las islas que los habitantes del archipiélago podrán estar "el tiempo que quieran" bajo la Administración de Reino Unido.
El Gobierno argentino ha convocado a la embajadora de Reino Unido en Buenos Aires, Kirsty Hayes, a la que ha trasladado sus "preocupaciones" por la reciente visita del ministro de Asuntos Exteriores británico, David Cameron, al archipiélago de las islas Malvinas, que reivindica Argentina como propio.
El vicecanciller argentino, Leopoldo Sahores, y la secretaria de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Paola Di Chiaro, han transmitido a la diplomática británica las "preocupaciones generadas" por la visita y por los anuncios realizados en las últimas semanas, según fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina consultadas por Europa Press.
La visita de Cameron a las Islas Malvinas -la primera de un titular del gabinete desde 2016- se produjo después de que el presidente argentino, Javier Milei, reivindicara la soberanía de su país sobre estos territorios.
El propio Cameron dijo desde las islas que los habitantes del archipiélago podrán estar "el tiempo que quieran" bajo la Administración de Reino Unido. "Espero que sea por mucho tiempo, posiblemente para siempre", añadió el ministro Cameron, lo cual provocó un profundo malestar en Argentina.
Posteriormente Londres anuncio unilateralmente una ampliación de la zona marítima protegida en el sur del archipiélago, concretamente en las más australes islas Georgias del Sur y Sándwich del Sur, de unos 166.000 kilómetros cuadrados, con lo que acumularía 449.000 kilómetros cuadrados en zonas protegidas vetadas a la pesca en aguas que Argentina considera propias.
La disputa por la soberanía del archipiélago de las Malvinas -Falkland para Reino Unido- se remonta al siglo XIX y provocó en 1982 una guerra directa entre los dos países tras la invasión del archipiélago ordenada por la junta militar que en ese momento gobernaba el país suramericano. La reacción militar británica propició la rápida derrota y expulsión de las tropas argentinas.