Los nuevos movimientos de ateos se hacen sentir con fuerza en la región, buscando una mayor secularización de los Estados y el fin a los privilegios de la Iglesia Católica. Es un fenómeno mundial.
Un fantasma recorre la región más cristiana del mundo: es el fantasma del ateísmo. Desde México a Argentina, en los últimos cinco años han surgido decenas de voces y asociaciones que aglutinan a ateos, librepensadores y agnósticos con el fin de hacerse escuchar y avanzar en la secularización de los países de la región.
La mayoría de estos movimientos no busca la conversión de las personas religiosas, sino que hacer respetar sus derechos en países donde supuestamente la separación entre el Estado y la Iglesia debiese ser total. “El activismo de identidad atea no busca imponerse sobre otras opciones, sino que brega por mejorar la sociedad buscando respeto a la diversidad”, afirma el ingeniero argentino Fernando Esteban Lozada, portavoz para Latinoamérica y director de la Asociación Internacional de Libre Pensamiento.
Hace cuatro años Lozada -que también organizó las cuatro ediciones del Congreso Nacional de Ateísmo en Argentina- presentó una denuncia por discriminación en contra de la Universidad del Salvador (USAL), que tiene su sede en Buenos Aires y que fue fundada por jesuitas. ¿La razón? En la carta de principios de esa universidad se hace un llamado a promover “la lucha contra el ateísmo”. La declaración fue redactada en 1974 por el entonces provincial de la orden jesuita Jorge Bergoglio, el actual Papa Francisco. En una entrevista al diario Página 12, Lozada explicó el mLos nuevos movimientos de ateos se hacen sentir con fuerza en la región, buscando una mayor secularización de los Estados y el fin a los privilegios de la Iglesia Católica. Es un fenómeno mundial.otivo de su denuncia. “Como los ateos no solemos ser vistos como sujetos de derecho, me pareció una buena forma de empezar a existir como tales, lograr que el hecho de luchar contra nosotros sea visto como un acto discriminatorio”.
El Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI), dependiente del Ministerio de Justicia argentino, falló a favor de Lozada, pero la USALLosLos nuevos movimientos de ateos se hacen sentir con fuerza en Los nuevos movimientos de ateos se hacen sentir con fuerza en la región, buscando una mayor secularización de los Estados y el fin a los privilegios de la Iglesia Católica. Es un fenómeno mundial.la región, buscando una mayor secularización de los Estados y el fin a los privilegios de la Iglesia Católica. Es un fenómeno mundial. nuevos movimientos de ateos se hacen sentir con fuerza en la región, buLos nuevos movimientos de ateos se hacen sentir con fuerza en la región, buscando una mayor secularización de los Estados y el fin a los privilegios de la Iglesia Católica. Es un fenómeno mundial.scando una mayor secularización de los Estados y el fin a los privilegios de la Iglesia Católica. Es un fenómeno mundial. Los nuevos movimientos de ateos se hacen sentir con fuerza en la región, buscando una mayor secularización de los Estados y el fin a los privilegios de la Iglesia Católica. Es un fenómeno mundial.contraatacó y lo denunció a él “por discriminación basada en la religión”. Hasta hoy, la declaración de principios que la USAL exhibe en su página web incluye la “lucha contra el ateísmo” entre sus puntos más importantes.
La discriminación en el campo de la educación, que históricamente ha sido uno de los bastiones de la Iglesia Católica, es uno de los temas que más preocupa a los ateos y agnósticos. En Chile, por ejemplo, casi la mitad de los colegios católicos exige certificados de bautismo y de matrimonio religioso de los padres para poder postular a sus hijos. Y no se trata de escuelas privadas, sino que de instituciones que son subvencionadas por el Estado.
Expertos en educación y asociaciones como la Sociedad Atea de Chile han llamado la atención sobre este problema, y las reformas educacionales que propone el gobierno de Michelle Bachelet apuntan, en parte, a eliminar estos procesos de selección. Sin embargo, la resistencia de la iglesia ha sido fuerte. De momento, la Sociedad Atea se ha contentado con difundir una lista de escuelas verdaderamente laicas para la matrícula que se inicia en marzo de este año.
“Me parece importante tener una comunidad atea organizada, visible y atenta al debate”, afirma Cristóbal Bellolio, un analista político chileno que a fines de 2014 publicó Ateos Fuera del Clóset, un libro que habla de su conversión al ateísmo y de la necesidad de reducir el papel público que juega la religión en las políticas públicas. El libro estuvo varias semanas en el ránking de los más vendidos en ese país. “Hasta hace muy poco, en Chile no se invitaban a representantes de comunidades librepensadoras o escépticas a los programas de televisión donde se hablaba de moral, espiritualidad o religiosidad, (porque) se pensaba que sólo los representantes de las iglesias eran interlocutores válidos”.
Aunque la separación constitucional entre Estado e Iglesia se implementó hace décadas en la mayoría de los países de la región, en algunos aún subsisten ritos públicos que generan irritación entre los no creyentes. En Perú y Chile, por ejemplo, se celebran misas ecuménicas para celebrar las fiestas patrias. En estas, los arzobispos de Lima y Santiago realizan una misa a la que asisten todas las altas autoridades del Estado. Y en muchas casas de gobierno se instalan pesebres navideños para celebrar el nacimiento de Jesús.
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Cada vez más. Actualmente, casi 60 millones de latinoamericanos se describen a sí mismo como ateos, agnósticos o de ninguna religión, según una encuesta sobre religiosidad publicada en noviembre de 2014 por el PEW Research Center, un centro de estudios independiente con sede en Washington. Esta cifra corresponde a 8% de la población.
Mientras en Brasil y Costa Rica los no creyentes están dentro de este promedio regional, el porcentaje sube a 11% en Argentina, a 16% en Chile, a 18% en República Dominicana y contundente 37% en Uruguay, por lejos el país más laico y secular de América Latina.
Algunas encuestas locales muestran que el avance de los no creyentes es aún más significativo. Un sondeo realizado en noviembre de 2014 por la Universidad Católica de Chile y la agencia de estudios de mercado Adimark, muestra que los ateos y agnósticos representan hoy 22% de la población chilena, un aumento de 10 puntos frente a 2006. Mientras tanto, el porcentaje de católicos cayó de 70% en 2006 a 59% en 2014. Según estos datos la segunda mayor fuerza moral en Chile hoy son los no creyentes, que incluso superan a los evangélicos en número.
Detrás de este fenómeno hay varios factores, y uno de los más evidentes es la pérdida de fieles por parte de la Iglesia Católica en los últimos 15 años. En 1970 un 92% de la población latinoamericana se declaraba católica. Actualmente el porcentaje, según el estudio de PEW, ha descendido a un 69%. Tal vez las personas eran menos sinceras en declarar su catolicismo en 1970, pero no se puede descartar el impacto de los escándalos que han sacudido a la iglesia, desde la pedofilia a la corrupción. La caída en el número declarado de católicos se ha traducido, por una parte, en el crecimiento de las iglesias pentecostales y, por otra, en el auge y visibilidad de los ateos.
Es una tendencia global. Según el sitio adherents.com, que agrupa a asociaciones que reúnen estadísticas mundiales sobre la religiosidad, actualmente existen 2.100 millones de cristianos, el 33% de la población mundial. Le sigue el islam que cuenta con 1.500 millones de seguidores, equivalente a 21%. Los ateos, agnósticos y no religiosos son la tercera fuerza, con 1.100 millones y el 16% de la población global. Aunque cueste creerlo, hay más ateos y agnósticos que seguidores de Krishna, Buda y los ocho inmortales de la religión tradicional china.
Este dinámica llevó a un grupo de científicos estadounidenses de la Northwestern University a crear, en 2011, un modelo matemático para predecir las tendencias religiosas de las próximas décadas. El resultado fue sorprendente. En el estudio llamado “Dinámicas de Competencia en Grupos Sociales: Modelando el Declive de Filiación Religiosa”, los académicos Daniel Abrams, Haley Yaple y Richard Wiener sostienen que las personas que aseguran no ser creyentes constituyen la minoría religiosa de más rápido crecimiento en casi todo el mundo. “Nuestro modelo predice que en sociedades en las que la utilidad percibida de no adherir a una religión es mayor a la utilidad de adherir a una, la religión será empujada hacia la extinción”.
Al revés, podría argumentarse que la coerción y el uso de la fuerza disuaden a muchos que quisieran declarar su ateísmo. Según una encuesta de Gallup, el 5% de los sauditas son agnósticos u ateos, pero no lo pueden decir en público. Por el contrario, en democracias liberales occidentales como Suecia, la religión oficial lleva décadas languideciendo.
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El factor Francisco. Los ateos y agnósticos reconocidos suelen ser bombardeados de preguntas. La más típica es: ¿qué valores tienes si no eres cristiano? En algunos casos es peor. “Nos llaman satánicos y nos perciben como seres amorales”, afirmó Mónica Moreno Rubio, una de las organizadoras del Primer Congreso Mexicano de Ateísmo, a una agencia local de ese país.
La mayoría de los no creyentes funda su pensamiento en el humanismo universal y en los métodos empíricos de la ciencia. Para hacer frente a la gran interrogante de si se puede ser buena persona y no creer en Dios, muchas asociaciones han realizado campañas públicas para dar a conocer su postura. En Mar del Plata, Argentina, la asociación local de ateos lanzó una campaña en los buses públicos de la ciudad con el eslogan: “Probablemente Dios no existe, así que relájate y disfruta la vida”.
En Ciudad de México la asociación Ateos y Librepensadores Mexicanos está preparando una campaña en grandes vallas publicitarias para llamar la atención sobre su pensamiento y también los prejuicios que existen respecto a los no creyentes. El eslogan es: “No te preocupes por los que somos buenos sin creer en Dios. Preocúpate por los que necesitan creer en Dios para ser buenos”.
Todos los estudios que se han realizado en el mundo acerca de ateos y agnósticos muestran que se trata de un grupo que, en promedio, tiene más años de educación, que son más tolerantes y más liberales y, sorprendentemente, que saben más de religión que el promedio de los creyentes. Esto puede explicar en parte el auge de los no creyentes en América Latina.
“Tengo la impresión que estamos despertando de un letargo en temas como el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo y la influencia de la religión en las escuelas”, asegura Bellolio. “En todo el continente hay grupos que desafían el sitial de privilegio del que goza el discurso religioso en el espacio público”.
Muchos católicos creen que la enorme popularidad de la que ha gozado hasta ahora el Papa argentino Francisco podría revertir la fuga de fieles católicos. Sin embargo, su buena imagen general no es algo que afecte a los no creyentes. “No creo que Francisco sea suficiente para revertir la caída del catolicismo en América Latina, pero sí puede serlo para contener la sangría”, sostiene Bellolio.
“Bergoglio cambió de piel para volverse Francisco y dejar atrás sus pecados, su violencia, su intolerancia y autoritarismo explícito”, afirma Lozada, recordando el discurso que el entonces arzobispo de Buenos Aires dio con motivo del 20º aniversario de la USAL. “La lucha contra el ateísmo indica luchar contra toda negación de trascendencia y afirmar la presencia en nuestra historia del Viviente, del único Viviente. Luchar contra las diversas formas del ateísmo es afirmar la trascendencia”, afirmó Bergoglio en esa ocasión.
Lozada reconoce que el papa Francisco ha logrado un manejo mediático y político efectivo, pero cree su efecto pasará. “En el fondo la doctrina de la iglesia sigue intacta y es contraria a las conquistas en derechos humanos”, afirma.