En la actualidad, una gran parte de la población tiene un sentimiento de desconfianza frente a las empresas debido a que han habido numerosos casos de mal comportamiento: competencia desleal, uso de información privilegiada, colusión y otras prácticas que han afectado a la sociedad chilena en los últimos años. Ante esto, la mirada se dirige a los gobiernos corporativos que han debido tomar un rol fundamental para el control de estas situaciones, velando al mismo tiempo por generar valores de integridad para los accionistas, clientes, colaboradores, proveedores y comunidad en general.
Bajo esta misma línea, un informe realizado por PwC Chile y el ESE Business School, de la Universidad de los Andes, dio a conocer que cerca de 70% de las empresas de nuestro país no están cumpliendo con las "buenas prácticas" recomendadas para disminuir estos riesgos. Naciones Unidas propicia instaurar mecanismos claros donde se analicen los conflictos de interés, gestión de riesgo, análisis de denuncias internas, sistema de compensaciones, participación equilibrada en juntas de accionistas, inclusión de género en los niveles de dirección, entre otras materias.
Si bien la adopción de la mayoría de estas prácticas no es obligatoria, uno de los objetivos generales de los organismos que velan por los gobiernos corporativos es buscar que se generen los incentivos para que los inversionistas tomen sus decisiones privilegiando aquellas compañías en que sus intereses estén mejor resguardados, tomando en cuenta factores que aseguren la sostenibilidad. El Pacto Global de Naciones Unidas, en su principio 10, propicia la transparencia y busca prevenir y erradicar la corrupción de las funciones públicas y privadas.
La gestión adecuada de un buen gobierno corporativo es clave para restaurar la confianza de los inversionistas, colaboradores y clientes, impulsando el crecimiento hoy necesario para mejorar la situación de nuestro país.
Pacto Global hace un llamado para que las empresas incorporen las buenas prácticas en sus gobiernos corporativos, para que impidan y controlen las anomalías del poder y del mercado, y se recupere la confianza en las organizaciones, elemento vital para un crecimiento sostenible que la sociedad necesita y al cual Chile se ha comprometido al firmar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.