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El caso de Ransa y cómo las operadoras logísticas pueden beneficiarse por la guerra comercial
Lunes, Abril 14, 2025 - 18:30
Fuente: Ransa

La multinacional peruana ha acordado fusiones y adquisiciones estratégicas que le han permitido operar en las cadenas de suministro de 12 países latinoamericanos.

La operadora logística Ransa mantiene metas ambiciosas, a pesar del éxito reciente de los últimos años. Tras más de 80 años gestionando cadenas de suministro y el diseño de soluciones logísticas, la compañía de origen peruano apunta a crecer un 14% en comparación con 2024. Actualmente, Ransa opera en 12 países latinoamericanos a través de 95 sedes y más de 9.200 colaboradores. Dependiendo del contexto, sus servicios operan en sectores como el retail, alimentos, bebidas, tecnología, minería, energía, entre otros.

“Lo que nos diferencia como operador logístico es que nos consolidamos a lo largo de toda la costa del Pacifico latinoamericano, desde México hasta Chile. Una plataforma logística así es clave para la expansión de los clientes, porque les permite enfocarse en su core business, mientras nosotros somos el vehículo de crecimiento tanto a nivel local como regional”, explicó Sergio Torrico, vicepresidente en la Región Andina y Centroamericana de Ransa, a AméricaEconomía

FUSIONES Y ADQUISICIONES

Por otro lado, el Megapuerto de Chancay, obra que según la SUNAT, ya registró más de US$ 400 millones en importaciones y exportaciones entre noviembre y marzo, ha impactado positivamente en las operaciones de Ransa. Según Torrico, la apertura del puerto ha incrementado el “pastel de las importaciones” y otros países como El Salvador quieren replicar el ejemplo, lo que aportaría a la estrategia de “regionalización” de la empresa.

Este enfoque tuvo un hito importante en julio de 2023, cuando Ransa anunció su fusión con TCF, empresa especializada en servicios de transporte de carga terrestre, almacenamiento y reparación de contenedores en Centroamérica, México y Colombia. Previo a la fusión, TCF atendía a más de 13 puertos y realizaba más de 180.000 movimientos de carga anuales. De esta forma, Ransa pasó a cubrir toda la cadena logística de inicio a fin en una decena de países.

“Nosotros no teníamos transporte desde el puerto hacia los almacenes ni tampoco transporte internacional, TCF era muy fuerte en Centroamérica, ahora hemos cruzado y expandido sus operaciones también a Perú y el cruce entre fronteras ha sido muy importante para Ransa”, sostiene Torrico.

Posteriormente, en marzo de 2024, la multinacional adquirió Loginsa, operador logístico chileno, enfocado en almacenamiento en frío y seco, distribución, así como entregas de última milla. El consorcio se especializaba en la industria farmacéutica, contaba con más de 230.000 metros cuadrados de almacenamiento y más de 150 clientes de diversos sectores en Chile. La compra ha permitido a Ransa ampliar sus operaciones a 95 localidades en Latinoamérica y cubrir más de 4,25 millones de metros cuadrados de infraestructura.

“Cuando adquirimos Loginsa, pasamos a manejar el sector médico, que no solíamos dominar. Y el hecho de integrar dos empresas aporta a una cultura laboral más sólida. Tenemos un programa centrado en el cliente que se llama Modo C: allí buscamos un enfoque de seguridad, calidad, compromiso ambiental y una gestión eficiente de costos, donde se sustenta el trabajo colaborativo de nuestra gente, pero guiado hacia los clientes”, agregó el ejecutivo.

Por otro lado, Torrico afirma que la expansión de Ransa en economías centroamericanas como El Salvador y Costa Rica se basó en el sector retail, lo que los llevó a manejar la logística de los supermercados. Esto los ha llevado a instalar plataformas y cadenas del frío en esta región. 

Mientras que en Perú, el foco es el sector minero, debido a su protagonismo en el país andino. No descarta que Ransa impulse la logística de este sector en Honduras o Guatemala, donde hay cierta producción minera. Aunque el vicepresidente señala que la clave es trasladar el conocimiento y la experiencia del personal de los países con cadenas logísticas ya consolidadas a los nuevos mercados. 

EL EJE DE LA SOSTENIBILIDAD

En paralelo a la absorción de actores, Ransa recibió otro impulso notable cuando en septiembre de 2024, la Corporación Financiera Internacional (IFC) le otorgó un financiamiento de US$ 150 millones para consolidar su crecimiento en la región y avanzar en su estrategia de sostenibilidad. En el último año, la compañía ha reciclado 2.255 toneladas de materiales y en El Salvador, implementaron más de 2.500 paneles solares en sus instalaciones. 

“También estamos evaluando programas de transporte eléctrico y a gas. Esto depende también que los países donde operamos posean la infraestructura adecuada. Por ejemplo, en Perú queremos adquirir una flota a gas para un proyecto que tenemos con una cervecera y en Centroamérica, estamos gestionando flotas eléctricas. Además, buscamos expandir el uso de paneles solares a Ecuador, Perú y Guatemala, donde estamos a punto de cerrar la adquisición”, sostiene Torrico. 

La próxima meta de Ransa es alcanzar US$ 700 millones en ventas mediante el cross-selling con los clientes actuales, el empuje de nuevas ventas y la eficiencia en costos a través de automatizaciones. Ante el impacto de una nueva guerra comercial entre Estados Unidos y China en el comercio latinoamericano, Torrico se muestra optimista. “Debido a la coyuntura de los aranceles, van a abrirse mercados que antes no explorábamos dentro de Latinoamérica. Hay mucho potencial”, afirma.

Autores

Sergio Herrera Deza