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¿Qué explica la alta impunidad delictual de Brasil?
Lun, 02/06/2014 - 14:43

Franco Norero

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Franco Norero

Franco Norero Arenas es periodista. Se desempeña como editor de AmericaEconomiaBrasil.com.br desde agosto de 2013. Ha trabajado como researcher en los sectores de Petróleo&Gas, Energía y Petroquímca en BNamericas.com, como periodista en ValorFuturo.com, agencia de noticias filial del Grupo El Mercurio, y guionista en el Canal de TV cable Via X.

Hace un par de semanas un amigo que vive en Brasil me envió a través de una red social un reportaje de la TV Globo que hablaba de la alta tasa de impunidad en Brasil. De cada 100 asesinatos, más de 90 no llegan a tener un juicio. Una alta tasa en un país en que cada año hay más de 50 mil muertos.

Pero a pesar de los preocupantes datos, lo que más me llamó la atención fue que el principal canal de la televisión brasileña hiciera un comparativo con Chile. Destacaba que a pesar de la diferencia en el tamaño de la población y de que ambos países tienen los mismo problemas sociales, en el caso de Chile la policía local sí lograba solucionar el 98% de los crímenes.

Como yo vivo en Chile, mi amigo me pedía además una opinión al respecto. Y esto fue lo que le contesté:

Querer comparar a Brasil con Chile, en este ámbito, es querer comparar peras con manzanas, ya que son dos realidades completamente diferentes, donde lo único parecido es que los dos países están ubicados en América Latina. En Chile, el criminal más poderoso es un amateur en comparación a la realidad brasileña. Además, la fuerza policial chilena tiene mejor infraestructura y más capital humano por habitante. En cuentas simples, de acuerdo al Censo 2012, el país tiene cerca de 17,5 millones de habitantes, una población que, entre la Policía de Investigaciones (PDI) y Carabineros, cuenta con aproximadamente 67 mil hombres. En Brasil, donde según estimaciones del IBGE, para 2013, hay una población de más de 201 millones, existen aproximadamente 527 mil efectivos entre la Policía Civil y Militar (equivalentes a la PDI y Carabineros, respectivamente). En resumen, Chile tiene 1 oficial por cada 260 habitantes y Brasil 1 por cada 380 habitantes. Si a estas cifras le añadimos el no menor componente de la magnitud de la delincuencia brasileña, el desarrollo organizacional que tienen sus bandas criminales, verdaderas asociaciones ilícitas y por miles, me atrevo a decir que el alto grado de impunidad es producto de que Brasil ha llegado a un nivel de delincuencia estructural.

Mi percepción de periodista quise contrastarla con la de un experto, otro amigo, Leandro Totino Soares, abogado y jefe de Inteligencia de la Policía Civil e integrante del Núcleo de Combate a la Corrupción y el Crimen Organizado del estado de Amapá. Leandro partió contándome que, en general, se observa en Brasil que mientras la población crece, la cantidad de oficiales baja. "El servidor policial comprometido es la principal pieza de cualquier investigación, y hoy faltan policias. La razón, los bajos sueldos y las condiciones insalubres de trabajo. Y como falta material humano y de infraestructura, la policía no logra investigar la mayoría de los crímenes”, resume. 

A modo de ejemplo, en marzo de 2014 fueron registrados 14 mil asaltos en el estado de Sao Paulo. Según detalló Leandro, un equipo de investigación de la Policía Civil de Sao Paulo está compuesto por dos investigadores, o sea, solo en marzo se habrían necesitado 28 mil investigadores para investigar los 14 mil asaltos, esto sin sumar los demás crímenes ocurridos en ese estado y considerando que la Policía Civil de Sao Paulo tiene alrededor de 35 mil efectivos. De acuerdo con los últimos datos estadísticos de la Asociación Brasileña de Criminalidad, divulgados en 2011, en todo Brasil hubo 1 millón de asaltos, y en Sao Paulo, el estado con mayor contingente policial del país, sólo el 2% de esos delitos fueron investigados.

Al mismo tiempo, si a esta impunidad le agregamos que solo los tribunales del estado de Acre, Tocantins y Amapá cumplen con el 60% de las acciones penales dentro del plazo establecido por la Estrategia Nacional de Justicia y Seguridad Publica, según el Consejo Nacional de Justicia, resulta más  insólito hacer una comparación, escala 1 a 1, entre la realidad brasileña y lo que ocurre en Chile.

Leandro cree además que Brasil vive una crisis de autoridad, donde no se respeta la ley, y por eso se hacen más leyes. “En Brasil existe ley para todo, pero pocas son cumplidas. Por esta razón, la población recurre al Poder Judicial con las más inusitadas situaciones, como por ejemplo, una disputa entre escuelas de samba. Eso abarrota el poder judicial de procesos”, agregó.

En esa misma línea, el magistrado de Justicia de Sao Paulo, José Renato Nalini, hizo un diagnostico sobre el universo de 20 millones de acciones judiciales en curso en el estado. “Respecto a los millones de juicios, le cumple a la sociedad meditar: ¿la sociedad está enferma? Es una patología constatar que Sao Paulo tiene 20 millones de querellas y 45 millones habitantes. Restemos el total de niños, que en regla no demandan. Piensa que cada proceso tiene dos querellantes. Entonces, ¿todo Sao Paulo litiga? Es una falacia. Y si es verdad, entonces, es peor. Estamos viviendo una patología grave”, comentó la autoridad al diario O Estado de S. Paulo.

Tal como le dije, al finalizar la conversación con mi amigo, creo que por ser Brasil una república federativa, donde cada estado tiene autonomía propia y su propio gobierno; y donde a cada cambio de gobierno, sea a este a nivel federal o en los estados, las políticas nacionales de seguridad públicas también van cambiando, o sea, no existe una continuidad en las políticas públicas que superen los acuerdos partidarios, entonces, cada gobierno elige sus prioridades, y muchas veces la seguridad pública no lo es. A esto se suma la diversidad de policías: civil, militar, federal, Federal de Carretera, Federal de Ferrocarriles, entre otras... En síntesis, el problema del alto índice impunidad en Brasil proviene de su sistema político y de las estructuras del sistema.

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