La nueva nota interpretativa del capítulo de inversiones del TLC busca evitar abusos legales y proteger la soberanía de ambos países sin afectar los incentivos a la inversión extranjera.
El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y Estados Unidos, en vigor desde 2012, alcanza una nueva etapa con la firma de una nota interpretativa del capítulo de inversiones.
Este avance, formalizado hoy, jueves 16 de enero, redefine los términos en que ambos países manejan las disputas entre inversionistas y Estados, buscando un balance entre el incentivo a la inversión y la defensa de los intereses públicos.
En un encuentro bilateral celebrado en Bogotá, Luis Carlos Reyes Hernández, ministro de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, y Katherine Tai, representante comercial de Estados Unidos, acordaron la Decisión 9 de la Comisión de Libre Comercio.
Este instrumento aclara aspectos cruciales del Capítulo 10 del TLC, relacionado con inversiones, sin modificar el texto original del tratado.
Puntos clave del acuerdo
- Protección de la soberanía judicial: los tribunales internacionales de inversión no podrán actuar como instancias de apelación para decisiones de jueces y autoridades nacionales. Este punto busca evitar casos como el de Telefónica, en el que se cuestionó la autoridad interna de Colombia bajo otro acuerdo internacional.
- Criterios claros para demandas: los inversionistas deberán demostrar con pruebas concretas el daño real ocasionado, descartando reclamos basados en expectativas hipotéticas o futuras.
- Exclusión de inversiones ilícitas: las inversiones que no cumplan con las normas internas del país receptor no podrán beneficiarse de las protecciones del TLC.
- No discriminación equilibrada: aunque se asegura un trato justo para los inversionistas extranjeros, la nota aclara que diferencias justificadas en regulaciones no serán consideradas discriminatorias.
Un modelo alineado con estándares internacionales
La nota interpretativa refleja las tendencias recientes en los debates globales sobre disputas inversionista-Estado, como las lideradas en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y las Naciones Unidas. Colombia ha sido un actor clave en estos foros, donde se busca, en principio, reducir los abusos legales por parte de los inversionistas y, en segundo lugar, garantizar que las inversiones respeten las normativas nacionales y los intereses públicos.
Además, el documento responde a sentencias de la Corte Constitucional colombiana que exigen que los acuerdos de inversión se ajusten al marco constitucional del país. De manera paralela, satisface una petición recurrente del Congreso estadounidense de equilibrar los instrumentos de protección a la inversión con las políticas soberanas de los países firmantes.
El minComercio, Luis Carlos Reyes, destacó que esta declaración no solo aclara las reglas de juego, sino que también fortalece la seguridad jurídica para los inversionistas genuinos, sin poner en riesgo la capacidad de Colombia para implementar políticas públicas, incluyendo aquellas relacionadas con la protección ambiental.
“Los inversionistas no pueden argumentar un daño frente a expectativas hipotéticas o posibles daños futuros, como ya ha ocurrido, sino que tiene que tratarse de daños concretos”, dijo el jefe de cartera.
Un debate del año pasado
Desde noviembre de 2024, se levantó el debate sobre cambios en el TLC tras la propuesta del presidente Gustavo Petro sobre renegociar el capítulo 10, en principio, porque consideró necesario alinearlos a las prioridades nacionales.
Sin embargo, en su momento, la Cámara Colombo Americana (Amcham) respondió que el tratado permite modificaciones consensuadas sin riesgos para la inversión extranjera, y, en caso de abrir la renegociación completa, se podría impactar negativamente la economía y las relaciones bilaterales.
“Modificar un tratado de esta envergadura no es un acto unilateral. Ambos países deben estar dispuestos a discutir y aceptar los cambios, lo que podría incluir temas sensibles como la protección de inversiones, seguridad nacional o los mecanismos de solución de controversias”, indicó AmCham.
Entre las implicaciones, según la entidad, podría repercutir en varios aspectos:
- Inversiones extranjeras: cambiar las disposiciones actuales, como el trato “justo y equitativo” o las garantías de protección, podría afectar la percepción de Colombia como destino de inversión.
- Aprobación legislativa en Estados Unidos: cualquier modificación sustancial al TLC necesitaría pasar por el Congreso estadounidense, un proceso que podría incluir debates prolongados y posibles ajustes adicionales al texto renegociado.
Con la nueva nota interpretativa, Reyes señaló que el TLC “se va a interpretar de una manera más favorable a los intereses del Estado colombiano”, ya que “a veces” se protegía “excesivamente” a las empresas que demandaban al Estado ante tribunales internacionales.
Impacto en la relación comercial entre Colombia y Estados Unidos
Estados Unidos es un socio comercial estratégico para Colombia, representando 29 % de las exportaciones totales y 31,6 % de las exportaciones no minero-energéticas.
Además, el país norteamericano es el principal origen de la inversión extranjera directa en Colombia. Hasta el tercer trimestre de 2024, esta alcanzó los US$4.163 millones, equivalentes a 42 % del total.
Con la firma de esta nota interpretativa, ambos gobiernos buscan fortalecer la confianza mutua, evitando litigios costosos que podrían desestabilizar las finanzas públicas. El documento, según las partes, establece un marco más claro y justo, lo que podría estimular nuevas inversiones extranjeras, siempre que estas respeten las normativas internas y contribuyan al desarrollo sostenible.
Un futuro de cooperación
El acuerdo también refleja una continuidad en las relaciones diplomáticas y comerciales entre los dos países. Según Reyes, este avance es resultado de una comunicación “productiva, transparente y constante”, y sienta las bases para seguir profundizando los lazos bilaterales.
Aunque el camino para implementar y monitorear estas reglas puede traer desafíos, la nota interpretativa representa un paso significativo hacia un modelo comercial más equilibrado. En última instancia, busca un beneficio mutuo: inversiones más responsables y un marco jurídico más sólido para ambos países.