En total, estas obras habrían absorbido 159.135 millones de pesos (US$ 7.900 millones); sólo al Tren Maya se destinaron 130.260 millones de pesos (US$ 6.467 millones).
Del gasto que ejerció el gobierno mexicano en infraestructura, entre enero y septiembre de este año, 19,6 de cada 100 pesos gastados se destinaron a obras prioritarias, indicó un análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
De acuerdo con el Informe de Finanzas Públicas y la Deuda Pública al tercer trimestre del año, elaborado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) el gobierno destinó 811.915 millones de pesos (US$ 40.311 millones) al gasto en inversión física, lo que representó un incremento de 16,6% en comparación anual.
El incremento observado en el periodo, destacó Hacienda es el mayor del que se tiene registro desde 2014, cuando la inversión en infraestructura tuvo un incremento de 20% anual.
“El gasto en infraestructura presentó un avance de 88,3% respecto a lo aprobado anual. De los 811.915 millones de pesos (US$ 40.311 millones) ejercidos, 19,6% fue destinado a obras prioritarias, las cuales presentan un avance de 92,6%”, señaló el CIEP.
En total, las obras prioritarias del gobierno de México, como el Tren Maya, Tren Interurbano de Toluca, ampliación del Suburbano al AIFA, el Istmo de Tehuantepec y el Complejo Cultural de los Pinos, habrían absorbido 159.135 millones de pesos (US$ 7.900 millones) del gasto en infraestructura.
De este monto, la obra de infraestructura que mayores recursos absorbió en los primeros nueve meses del año fue el Tren Maya, obra insignia durante el sexenio pasado. En total, se ejercieron 130.260 millones de pesos (US$ 6.467 millones) en este proyecto.
De acuerdo con el CIEP, el gasto en inversión ha mantenido su crecimiento durante el año, por lo que ve probable que a través de ampliaciones presupuestales se termine gastando más de lo aprobado este 2024.
En total, para este año el Congreso de la Unión aprobó un gasto de inversión de 1,12 billones de pesos (US$ 55.607 millones), del cual 82,6% se destinará a inversión física, es decir 919.064 millones de pesos (US$ 45.630 millones).
“En materia de infraestructura económica, el gasto de inversión contempla recursos por 1 billón 108.400 millones de pesos (US$ 55.031 millones), de los cuales 80,2% se destinará a la inversión física. Con esto se busca consolidar y concluir los proyectos de infraestructura estratégica, en los sectores hidráulicos, carreteros, asociados al sector energético y de conectividad, orientados a promover el desarrollo económico, la generación de empleos y el bienestar de la población, particularmente en regiones históricamente rezagadas y aquellas zonas del país con mayor potencial”, explicó Hacienda en su momento.
MAYOR NIVEL DEL SEXENIO, PERO MENOS QUE CON PEÑA NIETO
El gasto en inversión física ejercido al tercer trimestre de este año resultó el mayor gasto que se realizó durante el sexenio pasado; sin embargo, se encuentra por debajo de lo que se alcanzó en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Los datos de Hacienda mostraron que en el mismo periodo, pero del 2014, el gasto en infraestructura rebasó el billón de pesos, con un monto de 1 billón 9.079 millones de pesos (US$ 94.726 millones).
“En septiembre hubo el mayor avance en el gasto de inversión en la última década, por mayor gasto en Pemex e inversiones en obras prioritarias. Hay que considerar que en 2024 disminuyó el monto aprobado anual en inversión”, señaló por su parte la organización México Evalúa.
En un análisis, mostró que, en promedio, durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador el gasto en inversión física fue de 653.000 millones de pesos (US$ 32.421 millones), que si bien es un monto mayor a lo visto con Felipe Calderón (632.300 millones de pesos o US$ 31.393 millones) y Vicente Fox (286.700 millones de pesos o US$ 14.234 millones) es inferior a los 807.000 millones de pesos (US$ 40.067 millones) del gobierno de Peña Nieto.
PRESIONES Y DÉFICIT
Si bien este año el gasto en infraestructura ha aumentado considerablemente fue menor a lo que se desembolsó para otros rubros como pensiones y costo financiero de la deuda, los cuales se consideran presiones en el presupuesto.
Del lado de las pensiones, el gobierno desembolsó 1 billón 42.132 millones de pesos (US$ 70.567 millones) entre enero y septiembre, un incremento anual de 5,1 por ciento.
Del lado del costo financiero de la deuda pública, la información de la SHCP mostró un desembolso de 851.075 millones de pesos (US$ 42.255 millones), un crecimiento anual de 7,1 por ciento.
A la par del aumento de estas dos presiones del gasto público, que disminuyen el espacio fiscal del gobierno para hacer política pública, está el incremento del déficit público.
Para este año, el estimado es que dicho déficit termine en 5,9% del Producto Interno Bruto (PIB), el mayor del que se tiene registró.
El motivo, de acuerdo con el gobierno pasado, fue lograr tener los recursos suficientes para terminar las obras prioritarias de infraestructura y, de esta manera, no heredar dichos gastos al nuevo gobierno.
Por ello, para el siguiente año Hacienda espera volver a un nivel de 3% del PIB del déficit; sin embargo, se ha cuestionado sobre qué tanto esto se puede materializar aun concluyendo las obras de infraestructura sin un aumento significativo de los ingresos públicos.