La Dirección del Trabajo introducirá en abril una serie de medidas para prevenir el incumplimiento de jornadas, pagos de horas extra y fraudes de identidad en el mundo laboral.

La Ley de 40 horas en Chile cumplirá en abril su primer año de vigencia y ya arroja algunos resultados. Por ejemplo, si bien la reducción de 45 a 40 horas de trabajo semanales debe ejecutarse en etapas distribuidas a lo largo de cinco años, hay actores que dieron un paso mayor. De hecho, durante 2024, 31.000 empresas declararon ante el Servicio de Impuestos Internos (SII) que redujeron su jornada a 40 horas, sin pasar por el proceso gradual.

No obstante, los desacatos a la nueva ley aparecen de forma constante, resaltando el incumplimiento del registro de asistencia entre estos. Por suerte, la Ley de 40 horas incluye la Resolución 38 Exenta de la Dirección del Trabajo (DT).

Publicada el 9 de mayo de 2024, esta disposición busca garantizar que la información registrada en los sistemas de control digital de la jornada de los empleados sea precisa y no manipulable. Hablamos de una nueva normativa que regirá a partir de abril de 2025.

A través de su aplicación, se protege la veracidad de los datos de asistencia, la información sensible de los trabajadores contra accesos no autorizados, asegurando que solo las personas pertinentes puedan acceder a los datos mediante la confidencialidad.

Finalmente, el sistema debe asegurar que los datos de asistencia estén disponibles tanto para empleadores como para empleados de manera oportuna, facilitando el acceso a la información en todo momento. 

“La ley de 40 horas no sirve de nada si es que la gente no marca asistencia o si no se les obliga como sucedía en el antiguo artículo 22. Pero hoy en día, la Dirección de Trabajo (DT) mantiene todos los procesos con los proveedores de gestión de asistencia para realizar una fiscalización remota. No es necesario que se acerque a las oficinas de la empresa para saber si se cumple o no la ley”, explicó Kerim Rumie, Country Manager de GeoVictoria, multinacional especializada en controles de asistencia, a AméricaEconomía.

¿CÓMO OPERAN LOS CONTROLES DE ASISTENCIA?

Aunque para llegar a este punto, las proveedoras como GeoVictoria deben obtener la autorización de la DT y certificación de una entidad independiente para prestar servicios y cumplir al 100% los requisitos de los citados cambios a la Resolución 38.

“Básicamente, le doy acceso a un tercero para que verifique si mi plataforma es segura, si es que los datos que manejo son confiables de cara al empleado y al empleador”, añade Rumie.

Por otro lado, la fiscalización remota de la DT es igual de minuciosa. En primer lugar, GeoVictoria y las demás empresas del rubro deben habilitar una vía exclusiva para que puedan acceder a cierta información de sus clientes.

Así, la Dirección realiza una fiscalización proactiva: puede ingresar en un periodo aleatorio a una empresa para revisar los controles de asistencia o analizar el caso de un trabajador a quien no le pagaron sus horas extras o sus marcas de asistencia son erróneas.

“En esos casos, la Dirección del Trabajo va y sin pedir autorización al cliente final, puede ingresar al portal de GeoVictoria con una clave y proceso especial. Luego, le llega una notificación al cliente, diciendo que el fiscalizador ha ingresado. Así funciona el flujo de la fiscalización”, señala Rumie.

El Country Manager sostiene que actualmente, toda la información almacenada en sus dispositivos digitales va asociada de una forma u otra a la verificación biométrica, aquella que reconoce al usuario por su apariencia o conducta. Las controladoras de asistencia suelen cifrar los datos del cliente por seguridad. Esto permite trazar la información y confirmar que quien marca la asistencia es quien se encuentra en el sistema.

“Si lo comparamos con el libro de asistencia, que era una herramienta clásica en Chile, podemos decir que el papel aguanta cualquier cambio. Mientras que en la verificación biométrica, ninguna de las partes tiene cómo modificar la hora de una marca. Porque el juez transparente es el computador”, aclara.

¿QUÉ HAY DE LA CIBERSEGURIDAD?

No obstante, como es natural hay gente que desconfía de la seguridad de estos métodos tecnológicos. Rumie reconoce que existen formas de burlar un sistema de reconocimiento facial, aunque asegura que desde GeoVictoria han desarrollado métodos para impedir fraudes. 

“Si el cliente marca asistencia con el reconocimiento facial de su celular, tenemos una forma de bloquear el sistema para que el usuario solo pueda marcar desde ese dispositivo y no desde el celular de su compañero. Lo segundo tiene que ver con la data: cuando tomas una foto de alguien con la aplicación de GeoVictoria, lo que nosotros guardamos no es la foto. Tampoco viaja la imagen a nuestra plataforma. Esa imagen es codificada, cifrada y básicamente, se convierte en un código que brinda información, sin posibilidad de retornar a su estado original”, explica Rumie. 

Cabe destacar que si las empresas no cumplen con la Resolución 38 Exenta de la DT hasta abri, pueden recibir multas de hasta 60 Unidades Tributarias Mensuales (UTM), lo que equivale a 4.045.740 pesos chilenos (US$ 4.004).

Estas sanciones son acumulables: si un negocio contrata a una empresa no autorizada para controlar asistencias, la DT puede imponer una multa de 60 UTM. Pero si en tres semanas, el infractor vuelve a ser fiscalizado y sigue trabajando con el mismo proveedor no autorizado, se impone una multa con el mismo monto.

“También hay otro tema muy importante. Si no se lleva el control correcto de la asistencia, las empresas están sujetas a costos ocultos que la gente suele pasar por alto. Como por ejemplo, ausencias y atrasos no identificados y sobre todo, el mal pago de las horas extras para ambos lados”, advierte el vocero de GeoVictoria.

Rumie enfatiza este punto, porque si bien la DT otorga el plazo de un año para que las empresas acaten la nueva normativa, muchas veces estos detalles se ocultan detrás de los cambios más notorios como la reducción de horas semanales.

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