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Este problema se ha convertido en un obstáculo crítico, especialmente para el sector bananero y viene generando incertidumbre en mercados clave como EE. UU. y Europa.
Aunque en el 2024 las exportaciones de la oferta no petrolera ecuatoriana cerraron con un crecimiento del 12%, con US$ 24.849 millones, hay expectativa en el sector exportador por los primeros resultados del 2025 y conocer si la tendencia en general continuará al alza. Por lo pronto, uno de los principales productos de esa canasta, el banano, reportó un incremento de casi el 3% en los envíos en enero; y el primer producto, el camarón, que en 2024 cerró con el -3%, con US$ 6.992 millones en exportaciones, espera en estos días el reporte de los envíos del primer mes del año.
La preocupación del sector exportador se enfoca en los problemas logísticos que se han presentado en estas primeras semanas del 2025 por la falta de contenedores que afectan a la actividad. Para el presidente ejecutivo de la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador (AEBE), José Antonio Hidalgo, la falta de contenedores vacíos se ha convertido en un obstáculo crítico para las exportaciones ecuatorianas, afectando particularmente al sector bananero.
Explica que este problema surge debido a la interrupción en la rotación de contenedores, ya que los barcos que provienen de Asia y otras regiones están llegando con retrasos, lo que impide su reposición oportuna. Además, la competencia por estos contenedores es intensa, con mercados como Chile y otros países del Cono Sur absorbiendo gran parte de la disponibilidad. A esto se suma la prioridad que las navieras otorgan a rutas más rentables, lo que desfavorece a los exportadores ecuatorianos y encarece los fletes.
Hidalgo lamenta que la situación se ve agravada por la limitada capacidad portuaria del país, que no ha crecido al mismo ritmo que la demanda de carga.
“Los retrasos en los embarques no solo incrementan los costos logísticos, sino que afectan la calidad del producto, en especial en sectores como el bananero, donde una demora en la exportación acorta la vida útil de la fruta en los mercados de destino. Además, la escasez de contenedores ha provocado interrupciones en el proceso de embarque, generando incertidumbre en los clientes internacionales, especialmente en mercados clave como Estados Unidos y Europa”, comenta el vocero de la AEBE.
Indica que sin una solución estructural que incluya mejoras en la infraestructura portuaria y una mayor flexibilidad en la asignación de contenedores, la competitividad del sector exportador ecuatoriano seguirá viéndose comprometida.
Richard Salazar, director ejecutivo y administrador de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano del Ecuador (Acorbanec), confirma que para el sector bananero sí hubo una afectación sobre todo en las primeras semanas de enero, pero la situación fue mostrando mejora hasta la actualidad.
Recuerda que en la semana ocho no entró un servicio (un barco), y aunque fue un tema muy específico, en esta última semana se reportó un retraso en el servicio de Baltic, una naviera que lleva banano a Rusia, que en enero pasado se mantuvo como el segundo mejor mercado para la fruta ecuatoriana, con el 19,42% de las exportaciones totales de banano, solo superada por la Unión Europea (32,61%).
Por su parte, Xavier Rosero, vicepresidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), confirma que estos problemas de carga se venían evidenciando para algunos productos desde finales del 2024 y que en este año “hay productos que sufrieron importantes retrasos en el despacho”.
Además, explica que otra de las causas de estos inconvenientes logísticos son los problemas en el canal del Suez. “Los barcos tienen que dar la vuelta por el sur de África, lo que hace que estén más tiempo en tránsito”.
El canal de Suez y otros factores geopolíticos
Hidalgo asegura que a nivel global la situación logística se agrava debido a factores geopolíticos, uno de ellos justamente lo que ocurre en ese canal, que une el mar Rojo con el Mediterráneo y es la principal vía de navegación artificial del planeta, por la que circula el 12% del tráfico marítimo mundial.
Recuerda que desde noviembre de 2023, los ataques de los rebeldes hutíes en el estrecho de Bab el-Mandeb han comprometido la seguridad marítima en rutas críticas, obligando a las navieras a desviar sus trayectos alrededor del sur de África, lo que añade más de un mes al tiempo de navegación.
Esta inestabilidad, sumada a la congestión en puertos de China, Corea, México y Panamá, ha desajustado la sincronización en el retorno de barcos y la disponibilidad de contenedores, afectando directamente a países exportadores como Ecuador.
Y aunque las navieras han incrementado la adquisición de barcos y contenedores, la infraestructura portuaria global no ha crecido al mismo ritmo, generando cuellos de botella que limitan la capacidad exportadora, según Hidalgo. “La combinación de estos factores pone en riesgo la estabilidad del comercio internacional, afectando la competitividad de los exportadores ecuatorianos y generando costos adicionales en la cadena logística”, advierte.