Según el Centre for Aviation, hay 318 proyectos solo en América Latina, es decir, el 13,6% de los proyectos mundiales. Sin embargo, el gasto de capital en este ámbito en América Latina es mucho menos llamativo.
El tráfico aéreo hacia América Latina y el Caribe está experimentando un buen panorama y las cifras más recientes muestran que el crecimiento de la región en este ámbito es el segundo más alto del mundo, llegando al 8,2% anual en 2015. Si bien el crecimiento económico reciente del Brasil no ha sido como el de otras economías de la región -como Chile, Colombia o el Perú-, se prevé que todos estos países experimenten un crecimiento persistente del tráfico aéreo.
Según las previsiones de largo plazo, Brasil pasará del décimo al quinto lugar en la lista de mercados más importantes del mundo para las aerolíneas. El crecimiento del transporte aéreo de carga es menos robusto, pero también significativo.
Lo anterior queda reflejado también en el número de proyectos de construcción de aeropuertos en la región. Según el Centre for Aviation, hay 318 proyectos sólo en América Latina, es decir, el 13,6% de los proyectos mundiales. Sin embargo, el gasto de capital regional es mucho menos llamativo. Sólo está previsto que el 6,3% del gasto mundial total en aeropuertos tenga lugar en la región: US$34.200 millones, según las estimaciones. Esto significa que los proyectos en curso en América Latina son relativamente pequeños.
El porcentaje correspondiente a la región del total mundial de nuevos aeropuertos es del 12,7%, por delante de Oriente Medio (6,9%) y de América del Norte (2,4%).
Los aeropuertos son un elemento significativo y relevante de la infraestructura, ya que requieren grandes inversiones y apoyan la implementación de otro tipo de IED y de desarrollo en cada país. Además, son unos proyectos de infraestructura que reciben una proporción relativamente amplia de inversiones extranjeras, en comparación con otros tipos de infraestructura.
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Tradicionalmente, los aeropuertos son gestionados por el Estado, pero durante los últimos 20 años se han producido numerosas privatizaciones y se han introducido las alianzas público-privadas y otras formas de titularidad compartida en la región. Ya es frecuente que se otorguen concesiones durante decenios a operadores privados.
No obstante, la situación en este ámbito es muy diferente en cada país. Por ejemplo, la gestión de la mayoría de los aeropuertos de México está en manos de tres grandes empresas públicas: Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), que gestiona 19 aeropuertos; Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP), que gestiona doce, y Aeropuertos del Sureste (ASUR), que tiene encomendados nueve terminales.
En cambio, en Brasil diversos consorcios de compañías nacionales y extranjeras gestionan los aeropuertos de mayor tamaño.