En 2008, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, hizo una parada en Libia para visitar a Muammar Gaddafi, luego de haber visitado a Mahmoud Ahmadinejad en Irán. Al regresar a Ecuador, relató su visita en un programa semanal que se transmite los sábados en todos los medios públicos. Es muy revelador cómo Correa se quedó impresionado por un líder como Gaddafi y, además, sus opiniones acerca de alguien que ya llevaba en 2008 40 años en el poder. Aquí pueden leer la transcripción del audio:
“Llegamos a las 11:00. Vimos una caravana de 20 carros, tremendos carros, Mercedes Benz y todo eso y me llevan directo a la caravana… Bajamos donde el presidente y era una de las fiestas más importantes del islamismo, el día en que Abraham iba a sacrificar a su hijo en muestra de obediencia y Dios le manda un carnero gordo para que lo sacrifique. Entonces, el mundo islámico hace también esa fiesta y sacrifican un carnero ese día, en algunos países son dos o tres días de fiesta.
Resulta que, para sorpresa mía, me estaba esperando el presidente Gaddafi a unos diez minutos del aeropuerto, en una pampa que es una reserva natural… Que camellos, gacelas y en carpas.
Unas carpas maravillosas, pero carpas… cuidado se confundan con estas, (esas) enormes del tamaño de este patio, con calefacción, muebles y nos estaba esperando para festejar con nosotros la fiesta del sacrificio islámico, imagínense qué detalle.
Yo no conocía a Gaddafi, entonces me dio mucho gusto conocerlo. Aquí también es de las figuras muy maltratadas porque lo ponen como esos locos criminales, sedientos de sangre, etc. Sepan ustedes que Gaddafi fue un capitán de 26 años… Libia era una colonia italiana, Italia es vencida en la Segunda Guerra Mundial, entonces se ponen bases norteamericanas, inglesas en Libia.
Se la trata como colonia pese a que ya había declarado su independencia. Hay una monarquía corrupta, entreguista y decadente del rey Idris y toda su familia y habían 45.000 italianos que manejaban toda la economía de Libia: petróleo, agricultura etc.
Entonces, qué pasa: Gaddafi, creo que estudiaba en Londres, y de repente va a un casino por curiosidad, eh incluso el Islam prohíbe el juego, y encuentra a un tipo que estaba perdiendo millones de dólares en la ruleta qué se yo. Cuando se acerca ve que era un miembro de la familia real de Libia gastándose toda la plata del pueblo libio, entonces decide hacer la revolución (Gaddafi). Hace el golpe de Estado, revela las tropas contra la monarquía y, de 26 años asume el poder. Ya lleva más de 40 años en el poder.
Eso es otra cosa que tenemos que entender aquí: que debe haber elecciones cada cuatro años, que debe haber alternabilidad… Eso está muy bien para nosotros, pero hay otras culturas, entendamos. Pero no todos deben ser así. Buenos, entonces, digan a los reyes europeos que se sometan a elecciones…
Entonces, también hay una hipocresía, una doble moral terrible ahí. En Europa está bien que tenga reyes, pero ¡uy¡ que Irán tenga un Ayatolah, terrible verdad o que el Libia haya otro sistema de comunidades de base, etc. y elijan permanentemente al mismo dirigente ¡uy! qué terrible. Entendamos que hay otras visiones, otras culturas, otras formas de ver el mundo, otras clases de democracia… Entendamos eso por favor. En todo caso, es ahí donde hace la revolución Gaddafi y expulsa las bases norteamericanas, inglesas, expulsa a los italianos, nacionaliza la industria hidrocarburífica y por eso también le tiene tanto apetito el mundo occidental.
Bien, en todo caso nos recibió de una manera extraordinaria y le estamos muy agradecidos e incluso compartimos con ellos la cena del sacrificio, cheverísimo, con couscous… ¿Si han comido couscous, no? Es como sémola, es un plato típico árabe riquísimo, cordero, comen mucho cordero…
*Fuente del audio: Diario El Comercio (www.elcomercio.com)
**Esta columna fue publicada en el blog Libremente del centro de estudios públicos ElCato.org.