En Lima la mirada es crítica. César Peñaranda, director ejecutivo del Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial de la Cámara de Comercio de Lima, estima que enfocarse en una anexión de Brasil y Argentina al ‘bloque del Pacífico’ haría diluirse a la Alianza y trabaría su avance.
Desde que llegó a su segunda presidencia y en la primera cita de jefes de estado de los países de la Alianza del Pacífico -Chile, Colombia, México y Perú-, la presidenta Michelle Bachelet ha insistido en la importancia de un acercamiento de ese bloque con los países del Mercosur. Pero ¿es deseable o incluso factible este acercamiento? ¿Serviría para algo?
En Lima la mirada es crítica. César Peñaranda, director ejecutivo del Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IED) de la Cámara de Comercio de Lima, estima que enfocarse en una anexión de Brasil y Argentina al ‘bloque del Pacífico’ haría diluirse a la Alianza y trabaría su avance. “Si empiezan a incorporar países que en algunas cosas no hablan el mismo idioma, eso restaría y no se avanzaría”, dice el economista. Para Peñaranda a corto plazo no debería sumarse a ningún otro país a esta unión, al menos hasta que ella no se consolide. Eso recién comenzará a tener lugar el primer semestre de 2015, explica, “cuando la normatividad jurídica haga oficial la unión y sea aprobada por los congresos de los cuatro países”.
Esta ratificación del acuerdo marco es lo que permitirá un avance sostenido de todos los acuerdos que se han tomado, dice Humberto Astete, socio de Impuestos de la consultora Ernst&Young. Astete, al igual que Peñaranda, aboga por una primera consolidación antes de incorporar nuevos países.
Además de la aprobación por los congresos, la alianza tiene ante sí una multitud de retos. Entre ellos están la estandarización de la ventanilla única de comercio exterior, la armonización de aranceles entre los países miembros, o la concreción de las alianzas empresariales, asevera Juan Carlos Mathews, director de la Maestría de Negocios Globales de la peruana Universidad del Pacífico.
La postura es la opuesta a nivel de gobiernos, tanto en Perú como en Chile. En la reunión de ministros de comercio exterior de países de la Alianza del Pacífico en mayo, la ministra peruana Magali Silva aseguró que la alianza está abierta a la entrada de nuevos países y dijo que se invitaría a Brasil y Argentina. A fines de agosto, al participar en el Coloquio Chile-Brasil en Sao Paulo, el vicecanciller chileno Edgardo Riveros fue taxativo: “Queremos ser un puente entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur”, dijo. “Es falsa la visión de que las dos costas deban vivir dándose la espalda”.
Juan Ruiz, economista jefe para América del Sur de BBVA Research, ve lo anterior como palabras de buena crianza. Para que se diera una integración de Brasil y Argentina con la Alianza del Pacífico, estima, los países del Mercosur deberían cambiar su política económica para adaptarse a los mecanismos que exige la alianza. “Uno de los requisitos para incorporarse es tener un acuerdo de libre comercio firmado con todos los países que forman parte de la alianza. Entonces tienen que dar pasos concretos”, agrega. El mismo presidente de México, Enrique Peña Nieto, manifestó recientemente que la alianza estaba abierta a otros países siempre que ellos promuevan el libre comercio.
Las economías de la cuenca del Pacífico son mucho más abiertas, más estables macroeconómicamente y tienen más voluntad de reforma, dice Juan Carlos Martínez Lázaro, director de programas In-Company del IE Business School, “mientras que en el Mercosur algunas economías como Brasil, Argentina y Venezuela están en la línea contraria”. Las diferencias entre ambos bloques son palpables. “El Mercosur es una unión aduanera entre países que han firmado acuerdos de libre comercio con ocho o nueve países”, opina Ruiz, de BBVA Research, “mientras que los países de la Alianza han firmado más de cuarenta cada uno”.
Argentina podría hacer un giro en su política económica a partir de un cambio de gobierno el próximo año, plantea Juan Carlos Martínez Lázaro, del IE Business School, “pero creo que va a pasar mucho tiempo hasta que Venezuela esté en la misma sintonía política y económica. Lo que sí es factible es que se produzcan acuerdos puntuales entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico referentes a algún capítulo arancelario o cooperación económica.
“Con los países del Mercosur sería mejor fortalecer los vínculos y la integración entre ambos bloques en vez de tratar de conformar uno solo, pues los enfoques de los países miembros son bastante diferentes”, añade Hernán Vallejo, profesor asociado de la colombiana Universidad de los Andes, agregando que el actual acercamiento busca identificar áreas de interés común pero es muy preliminar.
Quienes no desean que entre al grupo un gigante heterodoxo como Brasil, apuntan a que lo central del atractivo de la Alianza es la concordancia de sus visiones.
Las cifras de los cuatro países miembros no dejan a nadie indiferente. Como bloque –explica Humberto Astete, de Ernst&Young– los cuatro serían la octava economía del mundo, con un PIB de más de US$ 2.000 millones al año, una población de 209 millones y expectativas de crecimiento de 5% a nivel consolidado. Para Juan Ruiz, la alianza se ha mostrado como una vitrina, una marca en sí misma que dice al mundo: “Somos un club de países con políticas económicas ortodoxas y prudentes que apostamos a la integración mundial”, dice. No es un activo para dilapidar.