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Corea del Norte y sus satélites misilísticos
Mar, 09/02/2016 - 08:29

Rodrigo Álvarez

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Rodrigo Álvarez

Rodrigo Álvarez es Académico-Investigador Escuela de Periodismo de la Universidad Mayor, Coordinador e Investigador del Programa-Centro de Estudios Coreanos Chile de IDEA y Profesor de la Carrera de Periodismo de las Universidad de Santiago de Chile. Es Doctor en Estudios Latino Americanos, mención Relaciones Internacionales; Master of Arts en Economía Política Internacional por la Universidad de Tsukuba (Japón) y IVLP por el The United States Department of State Bureau of Educational and Culture Affairs. Además, es Periodista y Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Diego Portales (Chile). Es miembro del Nuclear Security Governance Expert Group (NSGEG), del Fissile material Working Gruop (FMWG) y de la Red de Seguridad de América Latina (Resdal).

Sólo hace unas semanas analicé los alcances de lo que ha sido definido como la cuarta prueba nuclear realizada por Corea del Norte. Entonces, hice ver que esto alcanzaba una gran complejidad cuando se sumaba a su Programa de Misiles. Ahora, hace sólo unos días, Corea del Norte, desoyendo al sistema internacional, ha realizado una nueva prueba de su sistema de misiles.

El programa de misiles norcoreano, encubierto en un programa satelital, como es lo común en estos casos, ha sido desarrollado desde la década de los 60. Desde entonces, a partir del modelo Scud soviético, este país ha desarrollado sus misiles Nodong, Taepodong-1, Musudan y Taepodong-2. Lo complejo, como lo sostuve, es que sus misiles podrían alcanzar un rango entre los 6.000 y 9.000 kilómetros; y hoy con la versión del Taepodong-3, que están desarrollando, por sobre los 10.000 kilómetros. De este modo, Corea del Norte ha alcanzado el conocimiento necesario para manejar un programa de misiles, y aún más crítico para la seguridad internacional, misiles balísticos intercontinentales.

Efectivamente, para esto, bajo el discurso de estar poniendo en órbita el satélite de observación Kwangmyonsong-4, probó un misil de largo alcance que contempló la utilización de tecnología propia de un tipo de misil balístico. Los datos de este lanzamiento ya eran claros para febrero 3 y 4 de este año. En esa fecha, satélites de observación mostraron claros movimientos en la Estación de Lanzamiento Satelital de Corea del Norte, en Sohae, imágenes que permitían asegurar lo que vendría: Corea del Norte no sólo ha vuelto a desafiar al mundo, sino que vuelve a tensionar la seguridad y paz del sistema internacional.  

La cuestión es de real preocupación y ha generado la reacción de Corea del Sur, Japón y Washington, quienes llamaron a una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para condenar esta nueva provocación de Corea del Norte. La condena se basa en que la acción norcoreana viola las resoluciones de las Naciones Unidas 1718, 1874, 2087 y 2094; así como que requiere de una posición global más enérgica.  

Por esta razón, teniendo claridad que el programa de lanzamientos de cohetes norcoreanos es de carácter militar y no de investigación científica, la condena debe ser fuerte y amplia frente a sus acciones; en especial ahora que se cree que este país estaría preparando una quinta detonación nuclear.