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La importancia del cash flow de una empresa para invertir con éxito
Mar, 17/05/2016 - 09:29

Andrés Cardenal

Tres compañías tecnológicas con sólidos dividendos
Andrés Cardenal

Andres Cardenal es Analista de Sala de Inversión América.

Cuando una compañía reporta resultados en el mercado, la mayor parte de la atención de los analistas y medios de prensa suele enfocarse en variables relacionadas con el estado de resultados, principalmente las ventas y ganancias por acción. Pero el cash flow del negocio puede ser tanto o más importante que las ganancias contables, y resulta clave aprender a interpretar esta información.

Cash flow versus ganancias. Las ganancias contables incluyen básicamente diferentes rubros que hacen a los ingresos y costos del negocio. Se trata evidentemente de un indicador muy importante, aunque no necesariamente nos dice todo lo que necesitamos saber. Por ejemplo, si una compañía cuenta con ventas y ganancias crecientes, esto no garantiza que los flujos de caja estén en aumento.

Muchas empresas de alto crecimiento necesitan financiar a sus clientes, o invertir sumas crecientes de dinero en inventarios para abastecer la demanda. Por lo tanto, es posible que el negocio esté consumiendo efectivo, incluso si el estado de resultados muestra datos alentadores en cuanto a ventas y ganancias.

La diferencia para el inversionista puede ser determinante: un negocio que consume efectivo puede necesitar financiamiento externo vía emisión de deuda, lo cual tiene grandes implicancias en términos de riesgo. También es posible que la empresa necesite emitir nuevas acciones para conseguir financiamiento, y esto diluirá el valor de las acciones en el tiempo, afectando negativamente el retorno del accionista.

A diferencia de los resultados contables, los flujos de caja tienen en cuenta los ingresos y salidas de efectivo, lo cual puede brindar una idea mucho más transparente sobre la evolución de la compañía desde el punto de vista financiero.

Por ejemplo, si una compañía realiza ventas pero no las cobra en un determinado período, el estado de resultados reflejará las ventas y las ganancias correspondientes a esa operación. En cambio, el flujo de caja deja en claro que la venta ha sido realizada, pero los ingresos de efectivo no se materializaron porque la empresa está financiando la transacción. En algunos casos, tener en cuenta esta diferencia puede resultar determinante.

Cash flow operativo. El principal componente de un estado de flujos de caja es el cash flow operativo. El mismo refleja la cantidad de dinero que el negocio produce o consume en base a sus operaciones en un periodo determinado. En general, incluye muchas de las variables que se incorporan en un estado de resultados, como los ingresos por ventas y rubros de costos tales como costos brutos y gastos operativos.

Por otro lado, existen también algunas diferencias importantes entre el flujo de caja operativo y las ganancias contables del negocio. En primer lugar, el aumento de inventario consume efectivo, mientras que una reducción de este inventario libera flujos de caja. Lo mismo sucede con las cuentas por cobrar: si la empresa está financiando a los clientes, esto reduce el flujo de caja operativo en el período.

También es importante tener en cuenta algunos rubros que implican costos desde el punto de vista contable, aunque no necesariamente impactan en los movimientos de flujo de caja. Las amortizaciones y depreciaciones son un ejemplo típico. La contabilidad las incorpora como un costo del negocio, aunque la empresa no debe enfrentar erogaciones de efectivo para cubrirlas. 

Lo mismo sucede con la compensación a los ejecutivos vía acciones de la compañía. Si bien se trata de un costo con un impacto real sobre el negocio, estas erogaciones no se realizan en efectivo, y por lo tanto no impactan sobre el cash flow operativo.

Cash flow de inversiones. El flujo de caja de las inversiones muestra la asignación que el management del negocio le da al efectivo generado por las operaciones. Un punto central a tener en cuenta en este sentido son los gastos de capital, es decir, las erogaciones en propiedad, planta y equipo.

El flujo de caja libre es una medida clave de la rentabilidad del negocio, y se calcula descontando del cash flow operativo los gastos de capital. Básicamente, indica qué cantidad de dinero el negocio logra retener luego de financiar las inversiones necesarias.

Mientras mayor el flujo de caja libre, mayor es la cantidad de dinero del cual el equipo directivo de la empresa dispone para actividades como distribuciones de ganancias vía dividendos, por lo tanto, se trata de una medida determinante para los accionistas.

En este punto resulta fundamental diferenciar los gastos de capital que tienen que ver con mantener o incrementar la capacidad productiva de la empresa. Si el dinero se invierte en mantenimiento, básicamente logra sostener los volúmenes de producción. En cambio, los gastos de capital que generan una expansión del negocio implican ventas y ganancias crecientes para la empresa en el futuro.

Cash flow financiero. Una vez que hemos analizado el flujo de caja operativo y de inversiones, el flujo de caja financiero nos indica cuál es el uso que la compañía le está dando al flujo de caja libre. Por ejemplo, la empresa puede elegir cancelar deuda, pagar dividendos, o recomprar acciones.

En el caso en que el negocio demanda capital, el flujo de caja financiero nos muestra si la empresa elige financiarse con deuda o con emisión de nuevas acciones, lo cual tiene implicancias importantes en términos del riesgo del negocio y rentabilidad de las acciones.

Estos son sólo algunos puntos importantes a tener en cuenta, y el análisis del cash flow es tanto un arte como una ciencia. Sin embargo, el aspecto central es que el efectivo es la sangre vital de un negocio, y los flujos de caja muchas veces nos muestran información que va más allá de los estados de resultados.

*Esta columna fue publicada originalmente en Sala de Inversión.