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Mil días para cambiar la vida de un niño
Mar, 15/05/2012 - 18:16

Emma M. Iriarte

Emma M. Iriarte
Emma M. Iriarte

Emma M. Iriarte es Doctora y Secretaria Ejecutiva de la Iniciativa Salud Mesoamérica 2015.

En los países de la región mesoamericana habitan más de 70 millones de personas, de las cuales cerca de 40 millones viven en situación de pobreza, castigando especialmente a las mujeres y los niños. Estos dos grupos poblacionales sufren altos niveles de muerte -que en su mayoría es prevenible-, desnutrición crónica y otras enfermedades para los que ya hay tratamientos estándares de comprobada efectividad.

Sólo en Honduras, Guatemala y El Salvador mueren cada año alrededor de 110 mujeres por cada 100.000 nacidos vivos durante el embarazo, parto o puerperio, siendo la tasa promedio de América Latina de 85 por 100.000. Y los niños más pobres en Guatemala y Nicaragua, por poner otro ejemplo, tienen 6 veces más probabilidad de tener bajo peso comparados con niños de los estratos de mayor riqueza (8 veces más en Honduras y 13 veces más en El Salvador).

Muchos aún asocian la desnutrición crónica con un problema de los países pobres de África, pero para sorpresa de algunos, en ciertos países centroamericanos los niveles de desnutrición crónica  superan los niveles africanos. En general, se desconoce que en Mesoamérica hay 2,5 millones de niños menores de cinco años que padecen de desnutrición crónica, un problema que genera un retraso en el crecimiento de hasta de 6 centímetros de diferencia entre un niño pobre y uno rico.

Estudios demuestran que el futuro de un niño y una niña está determinado en gran parte por la calidad de la nutrición durante los primeros mil días de vida, comenzando desde el embarazo y hasta los 24 meses de vida.  En esta etapa se desarrolla el cerebro y las capacidades que permitirán a este niño tener una vida sana y productiva que le asegure un porvenir próspero a él y a su familia.

¿Qué hacer entonces durante estos primeros mil días? Todo empieza por establecer políticas públicas, programas de salud y presupuestos enfocados en este grupo. Un conjunto  mínimo de intervenciones debe incluir la administración de suplementos prenatales a la madre, la promoción de la lactancia materna de forma exclusiva en los primeros seis meses de vida, inmunizaciones oportunas a los niños, uso del zinc y suplementos de hierro y vitaminas, desparasitación, rehidratación oral en el tratamiento de la diarrea, la promoción de prácticas de higiene, y por supuesto el acceso a servicios de agua potable y saneamiento.  Los cambios en las prácticas de alimentación también son un factor clave de manera que el destete y la introducción de alimentación complementaria se realicen en la manera adecuada.

Esta no debe ser sólo la agenda de un gobierno. Toda la sociedad debe involucrarse para sensibilizar a los responsables de formular las políticas públicas; también a la cooperación internacional, las organizaciones de la sociedad civil y especialmente a las madres para que utilicen y demanden estos servicios y prácticas que han de cambiar sus vidas, la de sus familias y la de sus hijos.

Salud Mesoamérica 2015 nace para contribuir con esta agenda y mejorar las condiciones de salud de 1,8 millones de mujeres y niños pobres. Esta iniciativa marca un precedente de trabajo conjunto público-privado entre la Fundación Bill & Melinda Gates, el Instituto Carlos Slim de la Salud, el gobierno de España, el Banco Interamericano de Desarrollo y ocho países de Mesoamérica a favor de la agenda de salud de la región.

Mil días pasan volando para aquellos que gozan de salud y bienestar, pero para los niños que viven en pobreza y desnutrición pueden significar la diferencia entre salud y enfermedad o entre vida y muerte. ¿Cuántos días necesitamos para tomar acción y cambiar la vida de 2,5 millones niños con desnutrición crónica?

*Para obtener más información sobre este proyecto, haga click aquí.

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