Economistas desconfían del crecimiento del tercer trimestre, al cual valoran como mero rebote desde la débil expansión de 0,1% en el segundo trimestre.
Londres. La economía de Gran Bretaña estaría al borde de la recesión, más allá del sólido crecimiento mostrado durante el tercer trimestre, lo que aumenta la presión sobre el Gobierno para estimular el crecimiento mientras la crisis en la zona euro crea nuevos riesgos.
El Producto Interno Bruto (PIB) creció 0,5% en el tercer trimestre respecto al segundo, liderado por el mayor incremento trimestral en cuatro años de los servicios empresariales y financieros, declaró este martes la Oficina de Estadísticas Nacionales.
La tasa de expansión superó en un punto lo pronosticado por analistas que consultó Reuters.
Sin embargo, un índice de gerentes de compras (PMI por sus siglas en inglés) mostró que la actividad del sector manufacturero cayó en octubre a su tasa más fuerte desde junio del 2009.
Los economistas ven la mayor parte del crecimiento del tercer trimestre como un mero rebote desde la débil expansión de 0,1% en el segundo trimestre, cuando unos feriados extraordinarios debido a la boda real británica e interrupciones en la cadena de suministro causada por el tsunami en Japón golpearon a la economía.
"Este desempeño sobrestima la fortaleza subyacente de la economía y sería lo mejor que vamos a ver por un tiempo", dijo Howard Archer, economista de IHS Global Insight.
"Las últimas cifras retratan a una economía que está teniendo serias dificultades y que parece estar en serio riesgo de estancarse o algo peor en el cuarto trimestre", agregó.
La oficina de estadísticas refirió que la tasa de crecimiento anual se moderó 0,5% en los tres meses a septiembre, desde 0,6% del segundo trimestre.
Los servicios empresariales y financieros fueron los principales aportantes al crecimiento general en el tercer trimestre, creciendo 0,8%. Los servicios generales crecieron 0,7%.
La producción industrial creció 0,5%, mientras las fábricas apenas se expandieron un crecimiento de 0,2% y la construcción cayó 0,6% en el trimestre.
El Banco de Inglaterra lanzó una nueva ronda de expansión cuantitativa a principios de octubre con la inyección de otros 75.000 millones de libras de efectivo en la economía, mientras las autoridades advirtieron que la crisis del euro amenaza con hundir a Gran Bretaña en la recesión.
Una serie de encuestas pintaban un panorama sombrío para la economía británica. El PMI sobre la actividad manufacturera cayó a 47,4 en octubre, apuntando a un comienzo extremadamente débil del sector fabril en el último trimestre del año.
En tanto, la confianza del consumidor se desplomó a niveles que previamente marcaban el comienzo de una recesión, mientras que una encuesta del grupo industrial CBI mostró que los fabricantes sufrieron la mayor caída en pedidos en un año y esperaban recortar su producción.
Con una tasa de desempleo en máximos de 17 años en los tres meses a agosto y muchos hogares preocupados sobre la seguridad laboral y sus propias finanzas, está creciendo la presión sobre el Gobierno para que relaje sus políticas de austeridad y tome más medidas para estimular el crecimiento.
