¿Qué significa la inversión extranjera directa para las personas, empresas y economías de América Latina y el Caribe? ¿Cómo pueden los gobiernos atraer con mayor éxito la IED? Estos son algunos de los temas en los que usted podrá profundizar en este curso dirigido a profesionales del sector privado, funcionarios públicos y estudiantes universitarios interesados.
Países desarrollados, pero de forma incipiente los en desarrollo, conforman hoy un paquete muy apetecido por los gobiernos de turno, el llamado flujo de Inversión Extranjera Directa (IED), que representa un gran motor del desarrollo.
Y América Latina no es la excepción. Así que interesado en este tema, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) decidió realizar un curso virtual sobre la materia, donde usted podrá profundizar sus conocimiento sobre la IED y su potencial para impulsar el desarrollo económico de América Latina y el Caribe.
¿Qué significa la inversión extranjera directa para las personas, empresas y economías de América Latina y el Caribe? ¿Cómo pueden los gobiernos atraer con mayor éxito la IED? ¿Pueden las alianzas público-privadas aumentar la inversión extranjera en infraestructura? ¿Cuáles son algunos de los casos de éxito en América Latina y el Caribe? Estos son algunos de los temas en los que usted podrá profundizar en este curso dirigido a profesionales del sector privado, funcionarios públicos y estudiantes universitarios interesados.
Otras aristas de la IED que serán tocadas son el rol de la inversión extranjera en el desarrollo sustentable, sus impactos económicos, las diversas políticas nacionales de inversión, incluyendo el rol de las alianzas público-privadas; las principales disposiciones de los acuerdos internacionales de inversión que obligan a empresas y gobiernos, y distintas estrategias para implementar políticas exitosas de inversión en América Latina y el Caribe.
Este curso cuenta con tres expertos del BID, profesores con los que usted podrá interactuar. Estos son: Antoni Estevadeordal, gerente del sector de Integración y Comercio, y los especialistas principales del mismo sector, Joaquim Tres y Matthew Shearer.
Se trata de un curso gratuito, pero en el que puedes ser certificado por un valor de US$25.
Para saber más de la materia, AméricaEconomía contactó a Joaquim Tres, especialista del BID:
-¿Cuál es el objetivo de la fórmula de alianzas público-privadas como política de atracción de inversión?
-Tener infraestructura adecuada es fundamental para que un país aumente su conectividad, competitividad y crecimiento económico. Pero en muchos países, incluso los de América Latina y el Caribe, hay un nivel subóptimo de inversión en infraestructura pública -entre el 2% y el 3% del producto interno bruto, comparado con el 6%-10% en Asia Oriental. Entonces, la fórmula de alianzas público-privadas (APP) como política de atracción de inversión sirve como herramienta para mejorar la calidad, mediante cooperación entre gobiernos y empresas del sector privado, que sean del mismo país o internacionales. Las APP son una manera de movilizar los recursos necesarios para completar proyectos de infraestructura en el contexto actual de limitaciones fiscales.
El modelo APP tiene dos ventajas del punto de vista de la atracción de inversión. Primero, cuando las empresas multinacionales participan directamente en las APP, se puede aprovechar su capacidad financiera y tecnológica, y también su experiencia en gestión eficaz de recursos, y más generalmente de proyectos. Junto a las capacidades propias del sector público, esto aumenta la eficiencia del proyecto. Segundo, la mejora de la infraestructura pública a través de las APP genera condiciones bajo las cuales se ven beneficiados los flujos de inversión extranjera directa.
Para asegurar el éxito de las APP a largo plazo, es necesario fortalecer su marco legal, lo que ya hicieron algunos países como Argentina, Costa Rica, El Salvador, Nicaragua y Paraguay en los últimos cinco años, entre otros. También es necesario alinear la selección de proyectos con planes nacionales de desarrollo de infraestructura, lo que hicieron Colombia y Jamaica en 2012.
En fin, las alianzas público-privadas sirven para cerrar la brecha de financiamiento, entre las capacidades del gobierno de un país receptor y las necesidades de infraestructura del mismo país.
-¿Qué importancia tiene la seguridad jurídica en el estímulo a la inversión extranjera en la región?
-La seguridad jurídica es el elemento central para la atracción y el estímulo de la inversión extranjera directa (IED). La IED generalmente toma una perspectiva de largo plazo de los retornos de la inversión, en comparación con la inversión de cartera. Por tanto, los inversionistas quieren evitar el riesgo y la incertidumbre. Entonces, la seguridad jurídica y la estabilidad de los marcos institucionales son factores esenciales en las decisiones de invertir.
Un marco jurídico seguro establece reglas y expectativas sobre los derechos y responsabilidades del inversionista. Las empresas multinacionales (EMN) quieren asegurarse, por ejemplo, de que su propiedad intelectual, que es una fuente de ventajas competitivas, será protegida, o de que la tasa de impuestos corporativos, que influye sobre sus ganancias, no cambiará inesperadamente. De esa manera, una EMN puede planear sus actividades en el país receptor con mayor certeza. Por su parte, el país puede contar con la contribución de la EMN a su economía para un plazo más largo.
Además, las buenas experiencias de inversionistas actuales refuerzan la credibilidad de un país, desde la perspectiva de las empresas que buscan lugares donde invertir con menor riesgo de expropiación u otras acciones que los inversionistas pueden juzgar arbitrarias.
A menudo, los países firman tratados bilaterales de inversión o acuerdos comerciales con disposiciones sobre inversión para proporcionar refuerzo legal al marco de inversión, mediante estándares de tratamiento y protección, tanto como mecanismos de solución de controversias. Estos acuerdos internacionales de inversión crecieron rápidamente en número, y son frecuentemente el objeto de destacados debates.