"¿Cuál país del mundo tiene un modelo socialista exitoso? ¡Ninguno!", dijo Carlos Larrazábal, recién electo presidente de Fedecámaras, el principal gremio empresarial.
Maracaibo, Venezuela. Venezuela enfrenta la peor crisis económica de su historia contemporánea y la situación puede empeorar si el Gobierno de Nicolás Maduro insiste en modificar la Constitución para implantar un modelo socialista "fracasado", advirtieron los empresarios del país petrolero.
Por iniciativa de Maduro, el 30 de julio se elegirán los 545 constituyentes que redactarán la nueva carta magna, una polémica convocatoria que azuzó las protestas de calle que acumulan más de tres meses y en medio de las que han muerto casi 100 personas.
"¿Cuál país del mundo tiene un modelo socialista exitoso? ¡Ninguno!", dijo a Reuters Carlos Larrazábal, recién electo presidente de Fedecámaras, el principal gremio empresarial. "(La Constituyente) es un retroceso porque busca llevarnos a un modelo que es fracasado", agregó convencido de que incluso, durante el proceso, la crisis se acentuará.
"(En) un proceso constituyente, con las características como se está planteando, no hay ninguna seguridad jurídica y eso no atrae la inversión, más bien la espanta", argumentó.
Larrazábal, un empresario de 60 años educado en Estados Unidos, dijo que, más allá de la profundización de la revolución socialista y la inclusión de algunos programas en la futura Constitución, no hay mayor claridad de lo que se quiere cambiar con la Asamblea Nacional Constituyente.
Y destacó que los empresarios reunidos en la asamblea anual de Fedecámaras coincidieron en que esa "incertidumbre" aleja a los inversionistas, necesarios para salir de la crisis, que incluye una inflación de tres dígitos, recesión económica y escasez de alimentos, medicinas y repuestos.
La oposición, que el domingo recogió 7,6 millones de firmas en rechazo a la Constituyente, ha dicho que la pretensión de Maduro con la iniciativa es evitar las elecciones, como las presidenciales de fin de 2018, y eternizarse en el poder.
Sin embargo, el mandatario socialista de 54 años asegura que su propuesta busca pacificar el país y derrotar, de una vez por todas, la "guerra económica" que, dice, lleva a cabo la oposición con el fin de desbancarlo.
"Aquí no hay guerra económica. Aquí la empresa privada está viviendo las consecuencias de un modelo socialista del Siglo XXI, donde se han expropiado más de 1.500 establecimientos económicos, se han tomado más de 5,2 millones de hectáreas de tierras", se quejó Larrazábal. "La guerra económica es que todas esas empresas que eran privadas hoy no producen".
"Pronósticos catastróficos". El mayor gremio que agrupa a los minoristas privados, Consecomercio, tampoco espera "nada bueno" con la reforma constitucional porque cree que se avecinan más controles sobre una economía ya bastante supervisada.
"Los pronósticos son catastróficos. No tenemos ninguna expectativa positiva", dijo a Reuters la presidenta de Consecomercio, María Uzcátegui, en un alto de la asamblea de Fedecámaras, en la ciudad petrolera de Maracaibo.
Mientras no se impulse el aparato productivo, el sector comercio y servicio, que es el último eslabón de la economía, se verá seriamente afectado, explicó la ingeniera informática.
Según estimaciones de Consecomercio, en el último año y medio se han perdido casi un millón de empleos privados, a lo que habría que agregar el saqueo de unos 1.150 comercios en medio de violentas protestas. Al menos el 45% de esos negocios no prevé volver a abrir sus puertas por pérdida total.
Venezuela no ha conseguido salir de la recesión en la que entró a principios del 2014 y, por el contrario, la caída de la producción parece haberse profundizado, acelerando una inflación que organismos internacionales consideran la más alta del mundo.
Aunque no hay cifras oficiales desde hace año y medio, la economía habría sufrido una contracción del 18,6 por ciento en el 2016, la peor en 13 años, según datos obtenidos por Reuters a comienzos de 2017.
En medio del descalabro económico, los empresarios demandan una flexibilización de los controles de cambio y de precios.
"En ningún momento el Presidente habla de reactivación del aparato productivo, de liberación de los controles de cambio o precios, que sería la verdadera solución a los problemas que aqueja el país", se lamentó Uzcátegui.