Tras los atentados de España, las fuerzas de seguridad van a aprender y el terrorismo lo va a tener cada vez más difícil, dice a DW Jofre Montoto, analista en seguridad y experto en yihadismo de Barcelona.
- En los últimos cinco años, España había salido indemne de atentados mientras en otros países se sucedían los ataques terroristas. ¿Habría alguna explicación para entender por qué se ha perpetrado ahora esta serie de atentados?
Hasta ahora las fuerzas de seguridad habían conseguido detener a todas las células. Pero al final esta célula se ha escapado a su control. La seguridad al 100% no se puede garantizar y, al final, los terroristas han conseguido su objetivo. Seguro que lo van a seguir intentado, pero las fuerzas de seguridad van a aprender de esta experiencia y el terrorismo lo va a tener cada vez más difícil.
- Aunque no había atentados, usted mencionó en alguna ocasión que las alertas estaban activadas desde hace tiempo. ¿Se podría decir que hay una escena yihadista activa en la región?
Desgraciadamente, aproximadamente 4 de cada diez detenidos por yihadismo en España han sido detenidos en Cataluña. Contando con que hablamos de una población del 16% del total de España, imagínese el movimiento que tenemos en Cataluña. Barcelona es una ciudad internacional con mucha mezcla y riqueza cultural. Además está históricamente en medio del corredor del Mediterráneo que ya tenían los romanos y reúne todas las condiciones por estar bien situada y por su importancia como punto logístico. Además, es más fácil pasar inadvertido en una ciudad tan cosmopolita que en ciudades más pequeñas.
- ¿Se podría caracterizar esa escena con algún tipo de patrón concreto para describir de los que pertenecen a sus redes?
No. El patrón ha cambiado. La "primera generación” fueron, por así decirlo, los miembros de las primeras redes de Al Qaeda detenidos por los atentados de Madrid. Entonces sí tenían un patrón parecido. Eran inmigrantes y, en algunos casos, refugiados políticos. Pero posteriormente los perfiles han cambiado. Tenemos gente como pequeños delincuentes, universitarios, gente con buenos trabajos, gente de baja clase social. Es decir, hay de todo y no se puede decir que haya un perfil concreto.
- ¿Se habrían podido tomar medidas por parte de la política y las fuerzas de seguridad para evitar llegar a esta situación?
Es difícil decirlo. Claro que ahora se habla, por ejemplo, de si podrían haber puesto impedimentos físicos para que los coches no accedan al centro de La Rambla. Más allá de esto no sabría decir. Quizá poner más medios y más recursos, pero al final no sabemos concretamente cuántos medios habría que poner y no habría fin. Como digo, ahora mismo es difícil y cuando se tenga toda la información sobre la célula, de dónde venía y demás datos seguramente se podrá decir más en ese sentido. Hasta ahora, todos los medios eran los que tenían que ser. Por supuesto que todo es mejorable, pero por parte de las autoridades se estaban usando todos los medios que tenían que usarse.
- Como experto, ¿quizás haría falta más coordinación entre los distintos cuerpos policiales nacionales e internacionales?
Bueno, eso es un gran tema. Históricamente la policía siempre ha sido muy celosa con la información. ¿Por qué? Porque la información es para el que la trabaja. La información es mía y, si te la paso, corro el peligro de que se pierda o de que se utilice. Poco a poco esto ha ido cambiando y se ha mejorado, pero todavía hay muchas reticencias. A nivel interno, en España, entre los trabajadores de los distintos cuerpos no hay problema, pero a veces el problema viene de puestos que están más arriba. Sin embargo, la realidad es que se ha mejorado mucho. Hace pocos años se dio paso a la policía autónoma vasca y a la policía autónoma de Cataluña a todos los órganos de coordinación antiterrorista. Como digo, en este sentido se ha mejorado mucho.
- ¿Cómo deberían actuar las autoridades para frenar peligros como este en el futuro? ¿Qué medidas se pueden plantear para garantizar la seguridad de los ciudadanos?
Para mi hay dos aspectos muy importantes. Primero, seguir trabajando en el tema de seguridad, servicios de inteligencia y cuerpos policiales al 100%. Pero también hay que trabajar lo que yo llamo la parte político-social, que significa trabajar en la base, trabajar en institutos, trabajar con agentes sociales para poder detectar casos de radicalización por yihadismo.
Eso ya se está haciendo actualmente en España y se ha llegado a detectar gente muy joven que se está radicalizando. Pero hay que ir aún más allá. También hay que concienciar a la población. El yihadismo es una ideología política y totalitaria, y no todos los musulmanes son yihadistas, igual que no todos los cristianos blancos son supremacistas como los que se manifestaban estos días en Estados Unidos. Esto también hay que explicárselo a la gente para que no se confunda y no caiga en manos de manipuladores racistas, que también los hay.