La aplicación "Fogo Cruzado", creado por Amnistía Internacional y un investigador local, apunta a ayudar a los ciudadanos de Río a saber dónde se está produciendo un tiroteo para mantenerlos alejados del peligro.
Río de Janeiro. La violencia armada está en aumento en Río de Janeiro y el sonido de tiros se oye a diario en la ciudad costera de Brasil, donde bandas de narcotraficantes armados se enfrentan a diario entre ellas y contra policías que patrullan en las favelas.
Ahora existe una aplicación informática que muestra en tiempo real cuántos tiroteos ocurren y dónde, sobre la base de reportes de testigos, medios y la policía.
La aplicación "Fogo Cruzado", creado por Amnistía Internacional y un investigador local, apunta a ayudar a los ciudadanos de Río a saber dónde se está produciendo un tiroteo para mantenerlos alejados del peligro.
Aunque Río de Janeiro está acostumbrado hace tiempo a los tiroteos en o cerca de sus casi mil favelas, la ciudad se ha visto sorprendida por una serie de "balas perdidas" que impactan a transeúntes inocentes, incluyendo a un bebé la semana pasada que fue alcanzado dentro del vientre materno.
"Nuestro trabajo aquí no es denunciar a persona alguna, no tenemos un enfoque directo en la policía o en las bandas de narcotraficantes", afirmó esta semana Henrique Coelho Caamaño, un voluntario que ayuda a mantener la aplicación gratuita. "Nuestro enfoque realmente es mantener a las personas alejadas de las balas perdidas", aseguró.
Los asesinatos escalaron un 11%, a 2.329, en el estado de Río de Janeiro en los primeros cinco meses del año frente al mismo período del año pasado, según los datos disponibles más recientes.
El número de muertos por la policía en tiroteos durante los cinco primeros meses de este año saltó casi un 50% frente al mismo período del año pasado, con 480 muertes.
Las autoridades del estado de Río de Janeiro no llevan un registro del número de personas impactadas por balas perdidas y afirman que como no existe esa categoría criminal en el sistema legal brasileño, no tienen manera de llevar una medición precisa. Sin embargo, el número de reportes de balas perdidas en la prensa local ha estado subiendo junto a la violencia general.