La tragedia se registró la semana pasada en la mina San Fernando, ubicada en una zona montañosa del municipio de Amagá.
Bogotá. Los grupos de rescate terminaron de recuperar los cadáveres de los 73 mineros que murieron sepultados después de una explosión en una mina de carbón en el noroeste de Colombia, en la peor tragedia de ese tipo en el país en más de 30 años, informaron este viernes las autoridades.
La tragedia se registró la semana pasada en la mina San Fernando, propiedad de una empresa privada, y ubicada en una zona montañosa del municipio de Amagá, en el departamento de Antioquia, 250 kilómetros al noroeste de Bogotá.
"Nueve días de espera y dolor que nos llevan a solidarizarnos con las esperanzas de los dolientes y nos comprometieron con la ardua búsqueda y el rescate final de sus seres queridos, nos llevan a comprender lo intenso y prolongado de su dolor y de su vigilia", dijo el gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos.
"Una vez concluida la tarea de rescate no nos queda más que reconocer la actuación de los antioqueños y colombianos comprometidos con la recuperación de los cuerpos y el acompañarlos con nuestro afecto y nuestras oraciones", agregó.
En las labores de rescate participaron 160 socorristas, además de personal del Ejército, la Policía Nacional, bomberos y la Fiscalía General, precisó Ramos.
La mina, con una producción de 240.000 toneladas anuales de carbón térmico para el consumo nacional y que en el pasado sufrió accidentes fatales similares, se encuentra lejos de las principales explotaciones de carbón a cargo de grandes empresas como Drummond y Glencore, ubicadas en el norte del país.
La tragedia, al parecer ocasionada por acumulación de gases, fue la peor desde la que se registró en la misma región de Antioquia en julio de 1977 y que provocó la muerte de 86 mineros.
La industria minera de Colombia incluye desde enormes depósitos explotados por multinacionales hasta cientos de pequeños e improvisados yacimientos que producen carbón y oro para los mercados locales.
Las industrias del petróleo y la minería cobraron impulso bajo el Gobierno del presidente Álvaro Uribe, con una mayor inversión extranjera por la mejoría en la seguridad que se logró con la ofensiva militar contra la guerrilla izquierdista.
Los insurgentes en el pasado extorsionaban a multinacionales y a empresas locales e incluso atacaban sus instalaciones y secuestraban a sus trabajadores.
Pero la ofensiva los obligó a replegarse a apartadas zonas montañosas y selváticas, con la consecuente reducción de asesinatos, masacres, secuestros, asaltos a pueblos y ataques contra la infraestructura petrolera y energética del país.
Colombia es considerado el quinto exportador mundial de carbón y su producción es de 70 millones de toneladas anuales.
Pese a que en la nación sudamericana existen numerosas minas subterráneas de oro y carbón, los accidentes son poco frecuentes aunque algunas explotaciones no toman suficientes medidas de seguridad.