El presidente Nicolás Maduro ordenó que los viernes de abril y mayo serían no laborables para la mayoría de los 2,8 millones de trabajadores públicos, buscando aliviar la sequía que afecta a la represa de El Guri, que surte dos tercios del requerimiento energético de la nación petrolera.
Caracas/Punto Fijo, Venezuela. Acatando órdenes del presidente Nicolás Maduro, los empleados públicos de Venezuela han dejado de trabajar los viernes para reducir el gasto energético del país, pero muchos simplemente están aumentando el consumo en casa.
En vez de utilizar los largos fines de semana para relajarse en la playa, los trabajadores usan su tiempo libre para hacer filas y buscar escasos bienes en el mercado o encienden los electrodomésticos de sus hogares que ya demandan el grueso de la energía, según el Gobierno.
Maduro ordenó que los viernes de abril y mayo serían no laborables para la mayoría de los 2,8 millones de trabajadores públicos, buscando aliviar la sequía que afecta a la represa de El Guri, que alimenta a la principal central hidroeléctrica en el sur del país y surte dos tercios del requerimiento energético de la nación petrolera.
Pero no todos se han tomado en serio la medida.
"El viernes pasado me los dieron libre y lo que hice fue ver televisión con 'full' aire acondicionado", dijo Ángel Arangúren, un ingeniero de 33 años que reside en la ciudad costera de Punto Fijo, estado Falcón, donde el servicio eléctrico se interrumpe casi a diario.
"No sé cómo eso va a ayudar al sistema eléctrico del país. Es una medida estúpida, más bien deberían ponerse a desarrollar proyectos energéticos", criticó.
A pesar de los fines de semana largos, el Gobierno socialista anunció que a partir de la próxima semana tendrá que aplicar un esquema de cortes eléctricos poco populares en todo el país, por cuatro horas diarias durante 40 días.
Críticos del Gobierno de Maduro se han burlado del decreto, alegando que debería cerrar a todo el país de una vez. Pero el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta, dijo a Reuters que medidas estatales como la semana laboral de cuatro días para los empleados públicos, han ayudado a compensar la irresponsabilidad en el consumo del sector privado.
Algunos trabajadores de la Alcaldía de Chacao, un municipio capitalino controlado por la oposición, sin embargo dijeron que evadían la medida usando unidades móviles para visitar la localidad.
"Un país no puede progresar si no trabaja", consideró Meudys Reyes, trabajadora de la Alcaldía.
Aunque los viernes libres podrían sonar atractivos, varios funcionarios consultados afirmaron que su sueldo no les permite realizar viajes o tener otras comodidades cuando el país atraviesa una profunda contracción económica y una inflación de tres dígitos.
Nohely Martínez, asistente administrativa de 42 años, pasó el viernes pasado en la casa de su madre porque en su residencia en Punto Fijo no había electricidad. "No hago nada esos días libres porque no tengo dinero y tampoco cae mi número de cédula para las colas" y comprar los escasos bienes disponibles, dijo.
Debido a la escasez de alimentos y el surgimiento de lo que Maduro califica una "mafia" revendedora, el Gobierno ha implementado un sistema de compras racionadas de acuerdo al último numeral del documento de identidad.
Y quienes califican para comprar bienes racionados los viernes, lo aprovechan al máximo.
"Amanezco los viernes para hacer cola. La semana pasada encontré harina y arroz. Esta semana, estoy buscando aceite y leche", dijo Julietta Jiménez, una ascensorista de 33 años, mientras salía con sus padres a recorrer los supermercados de Caracas.
"Si tengo suerte hoy, eso me permite pasar mañana tranquila con mis hijos. Así que, si me preguntas a mí, yo estoy de acuerdo con esto, funciona para mí", dijo, entre risas.